He decidido llenarme de sentimentalismo y nostalgia, además de dejarme llevar por la presión de la sociedad y la costumbre, y más de esta, que es una costumbre casi que mundial: se acaba el año.
En estas fechas, mi cabeza tiene como menester pensar en cómo será el próximo año; si le seguiré cayendo mal a ese profesor, si fumaré más, si cambiaré de amigos, si viajaré hacia algún destino interesante, o si mi mamá dejará de hacer sus cosas a pesar de la artritis.
Pero lo que se dice en los otros meses del año es totalmente aplicable al último mes de cada año. Mañana será otro día, y eso es todo. Sí hoy es 25 de marzo, mañana será 26 de marzo. Si hoy es 31 de diciembre, mañana será 1 de enero. Pasamos de un mes a otro como en el resto del año, solo que iniciamos el ciclo que permite contar el tiempo de una manera más sencilla. El día siguiente al hoy siempre será un mañana, otro día, uno más para aprovechar y vivir.
¿Por qué esperar a que se acabe el año para gozársela como es? Cuando podemos gozar y vivir todos los días del año. Considero entonces, que esa cosa de que el fin de año se goza, es cierta, pero siempre hay que gozarse con la misma intensidad el resto del año, sabiendo que al siguiente día tendremos un bello día, como todos los del año.
Por mi parte, espero que todas las cosas sigan su curso, y que todo sea como deba ser, dentro de lo trivial y lo relevante. Espero que las cosas sigan como van, con sobresaltos y momentos de remembranza eterna, porque cada día, sin importar la fecha, es un pedazo de tiempo que hay que aprovechar.
Espero mis amigos sigan creciendo, y espero yo poder crecer unos centímetros de más. Espero tener otro tatuaje, y encontrar más sitios para vivir diferentes experiencias, además de frecuentar los ya apropiados. Seguiré fumando y tomando café con mis amigos después de clase, y dejaré que ese cáncer de pulmón siga latente, porque como dice una amiga: "El cigarrillo es una muerte lenta, pero ¿quién tiene afán de morirse?"
Seguiré aprovechando la universidad y mis amigos, porque quién sabe cuándo termine la carrera y cuándo se alejen mis amigos de mí, se mueran o viajen lejos y se demoren en volver. Los atardeceres me seguirán pareciendo majestuosos, y bailar con mis amigos siempre será lo máximo. Disfrutaré todos los encuentros fortuitos y los reencuentros con mis amigos y personas especiales, y de todas formas seguiré gozando. Seguiré diciendo adiós con los brazos abiertos a nuevas personas, y seguiré dando besos apasionadamente.
Voy a seguir molestando y siempre pasando vergüenzas porque este año me ha servido para darme cuenta de que me resulta inevitable no hacerlo, pero también me di cuenta de que no me importa. Seguiré haciendo lo que me gusta sin importar a quien le guste. Voy a escribir más, a leer más, y a ver más películas, sin hablar de tomar fotografías, alucinar con mis amigos, y llorar de risa. Porque la rumba se hace en el café y entre risas se aprende mucho.
Seguiré siendo yo, pero con cambios en algunos detalles gradualmente, hasta ser diferente, manteniendo la misma esencia. Seguiré yendo a la universidad a pie, y seguiré mojándome los tennis cada vez que llueva en Popayán. Además seguiré viviendo y disfrutando cada día del año, tal y como lo he venido haciendo. También, seguiré pensando que el 1 de enero es otro día.
Les recuerdo, el 19 de enero del año 2012 cumplo diecisiete años, y no creo en el fin del mundo, ya que no me puedo morir siendo menor de edad. Saludos a la señora de la tienda que me agrada tanto, y al señor Uriel que espero encontrármelo el próximo año.
sábado, 31 de diciembre de 2011
domingo, 25 de diciembre de 2011
Navidad de cada año.
Puede ser importante para muchos. Pero para muchos otros, que se ven pocos, resulta ser el deseo de querer días normales, en los cuales se viva como siempre, y que todos tengan el mismo valor en nuestras vidas. Para mí es un medidor de qué tanto ha cambiado mi vida y mi entorno a lo largo de mi existencia.
Pensar en la ropa y en regalo que recibí en las pasadas navidades, es muy diferente a como estoy vestido en este momento, y al regalo que he recibido. La navidad se ha convertido en una festividad mercantil, dentro de la cual, si no compras un regalo o tu muda de ropa para estrenar, compras bebidas embriagantes o comida en exceso para compartir con tus seres queridos.
La navidad ha perdido el propósito espiritual que supuestamente tenía. Cuando yo era más pequeño, recuerdo que yo sólo pensaba en ver la pólvora en el cielo, comerme un pedazo de pavo que no me gustaba, y recibir el juguete que yo quería, aunque nunca lo recibiera. Ahora soy vegetariano, así que me toca pasar estas festividades a punta de buñuelo, natilla y ensalada de papa; la pólvora sólo me interesa para fotografiarla porque prefiero las estrellas, y agradezco la cámara que me han regalado porque me facilitará muchas cosas.
Antes quería verme bien, ahora solo me interesa sentirme cómodo. Antes, la navidad se vivía hasta las 4 de la mañana del 25 de diciembre, porque mis papás ya estaban cansados y decidían que nos fuéramos a casa. Ahora, no dura ni hasta las 11 porque ya no hay gente para pasarla bien, y no hay las fuerzas para hacerlo. Ya no hay ni la misma cantidad de comida que había antes. Sólo suena la misma música y el mismo alboroto que nunca cambia. Ahora, termino en mi casa de crianza tomando cerveza con mis papás, porque no tengo amigos para salir en Neiva, ya que mis amigos ahora se encuentran en Popayán.
Las costumbres navideñas se han venido deteriorando y se empiezan a convertir en reuniones familiares, fuera de lo festivo o internacional que pueda llegar a ser. Mientras muchas personas están bailando y embriagándose celebrando el nacimiento del niño Jesús, que posiblemente nunca nació, otras personas, que cada vez son más, están queriendo que este día sea normal.
Hay personas que no quieren estar con su familia bebiendo alcohol, sino que quieren terminar su año en una montaña, encontrándose consigo mismos. Hay otras personas que se duermen temprano porque el día anterior se trasnocharon mucho, y hay otras personas que se engoman con su regalito y solo les importa eso. A mí, me gustaría que este día fuera normal, para no tener que viajar a mi tierra y quedarme en donde vivo porque la paso bien, y me siento mejor, sin necesidad de que sea navidad, de que me den un regalo, o me compren ropa.
Yo quiero que la navidad no tenga esencia mercantil, y que la navidad sea una reunión de amigos, comiendo, fumando y bebiendo, mientras charlamos y tocamos música. Yo quiero que la navidad sea con el regalo de la amistad. Yo quiero que la navidad sea como todos los días, o que no exista, o que siempre sea navidad; que no pensemos en sobrevivir sino en vivir. Yo quiero que la navidad sea felicidad, con muchas o una persona. No me gusta que la navidad sea un momento de ganar afectos con felicitaciones y buenos deseos falsos, sino que sea un momento de reafirmar los lazos ya creados.
Cuando pasas dos navidades seguidas en tu casa comiendo buñuelos y tomando cerveza, te das cuenta que esa magia no existe, que Papá Noel nunca nació y que los regalos te los compran. Cuando pasas una navidad queriendo irte a pasar un rato con tus amigos y reír mucho, te das cuenta de eso no se supone que es la navidad. Yo no quiero tener que viajar a mi tierra que porque es navidad, sino que quiero tomarme un café y ya, porque es como los otros días.
Informo que la próxima navidad la pasaré conociendo algún lugar turístico, o tomándome un café con mis amigos, cantando canciones, riéndome, fumando y bebiendo de a poco como si fuera un día normal, porque l navidad termina siendo siempre una día como los demás, en el fondo de su ano dilatado y destruído.
Pensar en la ropa y en regalo que recibí en las pasadas navidades, es muy diferente a como estoy vestido en este momento, y al regalo que he recibido. La navidad se ha convertido en una festividad mercantil, dentro de la cual, si no compras un regalo o tu muda de ropa para estrenar, compras bebidas embriagantes o comida en exceso para compartir con tus seres queridos.
La navidad ha perdido el propósito espiritual que supuestamente tenía. Cuando yo era más pequeño, recuerdo que yo sólo pensaba en ver la pólvora en el cielo, comerme un pedazo de pavo que no me gustaba, y recibir el juguete que yo quería, aunque nunca lo recibiera. Ahora soy vegetariano, así que me toca pasar estas festividades a punta de buñuelo, natilla y ensalada de papa; la pólvora sólo me interesa para fotografiarla porque prefiero las estrellas, y agradezco la cámara que me han regalado porque me facilitará muchas cosas.
Antes quería verme bien, ahora solo me interesa sentirme cómodo. Antes, la navidad se vivía hasta las 4 de la mañana del 25 de diciembre, porque mis papás ya estaban cansados y decidían que nos fuéramos a casa. Ahora, no dura ni hasta las 11 porque ya no hay gente para pasarla bien, y no hay las fuerzas para hacerlo. Ya no hay ni la misma cantidad de comida que había antes. Sólo suena la misma música y el mismo alboroto que nunca cambia. Ahora, termino en mi casa de crianza tomando cerveza con mis papás, porque no tengo amigos para salir en Neiva, ya que mis amigos ahora se encuentran en Popayán.
Las costumbres navideñas se han venido deteriorando y se empiezan a convertir en reuniones familiares, fuera de lo festivo o internacional que pueda llegar a ser. Mientras muchas personas están bailando y embriagándose celebrando el nacimiento del niño Jesús, que posiblemente nunca nació, otras personas, que cada vez son más, están queriendo que este día sea normal.
Hay personas que no quieren estar con su familia bebiendo alcohol, sino que quieren terminar su año en una montaña, encontrándose consigo mismos. Hay otras personas que se duermen temprano porque el día anterior se trasnocharon mucho, y hay otras personas que se engoman con su regalito y solo les importa eso. A mí, me gustaría que este día fuera normal, para no tener que viajar a mi tierra y quedarme en donde vivo porque la paso bien, y me siento mejor, sin necesidad de que sea navidad, de que me den un regalo, o me compren ropa.
Yo quiero que la navidad no tenga esencia mercantil, y que la navidad sea una reunión de amigos, comiendo, fumando y bebiendo, mientras charlamos y tocamos música. Yo quiero que la navidad sea con el regalo de la amistad. Yo quiero que la navidad sea como todos los días, o que no exista, o que siempre sea navidad; que no pensemos en sobrevivir sino en vivir. Yo quiero que la navidad sea felicidad, con muchas o una persona. No me gusta que la navidad sea un momento de ganar afectos con felicitaciones y buenos deseos falsos, sino que sea un momento de reafirmar los lazos ya creados.
Cuando pasas dos navidades seguidas en tu casa comiendo buñuelos y tomando cerveza, te das cuenta que esa magia no existe, que Papá Noel nunca nació y que los regalos te los compran. Cuando pasas una navidad queriendo irte a pasar un rato con tus amigos y reír mucho, te das cuenta de eso no se supone que es la navidad. Yo no quiero tener que viajar a mi tierra que porque es navidad, sino que quiero tomarme un café y ya, porque es como los otros días.
Informo que la próxima navidad la pasaré conociendo algún lugar turístico, o tomándome un café con mis amigos, cantando canciones, riéndome, fumando y bebiendo de a poco como si fuera un día normal, porque l navidad termina siendo siempre una día como los demás, en el fondo de su ano dilatado y destruído.
sábado, 10 de diciembre de 2011
Noche de olvido.
Muchas música adaptada a las circunstancias. Muchas risas y voces danzando. Y mis ojos cerrados sintiendo la energía de mi amigos.
Resultar ser muy divertido mirar a tus amigos y lograr descifrar el color de sus almas, y de la energía que te transmiten. Encontré naranja brillante y naranja pálido en Laura y Pipe respectivamente. Camilo me anzaba el azul, el Costeño aguamarina, y Manu un gris sobrio. Además, el negro de Fry y el rosado de Diana con el café de Carolina. Cerraba los ojos y me veía en un arco iris pintado por su amistad, porque resulta ser lo que matiza nuestra vida en cada circunstancia.
Otra canción, un vinito, cigarrillos y más humo, se convirtió en nuestro ambiente en esta ocasión. La noche se aclaraba y la luna golpeaba más fuerte esta velada de sentimientos.
Estas nuevas fuerzas que brotaban velozmente como volcanes descontrolados en los papiros sin escribir de nuestro libro del cuerpo, hizo parte de nuestra amistad, y de una plana en cada uno de esos papiros. La música se apoderaba de nosotros, mientras los pasos esperaban ser nuestro volar en el cielo de pavimento.
Tal vez ahora no esté riendo, tal vez lo esté haciendo, pero estoy seguro de que ni siquiera yo mismo lo noto. Estoy seguro de que sé que los amigos son el presente, que no se olvidan y que siempre se esperan. Sé que no estás conmigo, pero que el tiempo se accidentará en nosotros, para sangrar ese amor que tanto he querido derramar sobre el cielo esmeralda, mientras bailo contigo.
Que la distancia no nos torture y que los autos no nos desanimen. Que las lágrimas se fulminen, y que el amor solucione todo. Que los recuerdos dancen, y que las miradas se desenfoquen, pensando que somos todo y ya.
A pesar de todo, te recuerdo que estoy con mis amigos, que estoy bebiendo y que estoy fumando, hasta riendo. Te recuerdo que cuando estoy con ellos, personajes de tonos perdidos, no recuerdo nada y el amor no existe, excepto el de fraternidad.
La amistad proviene de la relación social que tienen todos los individuos dentro de su proceso de reivindicación como ser social por naturaleza, pero principalmente es el resultado de la interacción energética entre diferentes almas. Ahí está la pequeña diferencia entre este característico signo que hace parte de nuestro diario vivir y comunicar. Pero la tenemos. La tenemos y la explotamos.
Tenemos piel, y tenemos tintas, tenemos marcas en ella, pero más importante aún, en la piel de nuestro espíritu. Ese espíritu que grita con descontrol, que baila hasta el cansancio, que brilla y fluye como río. Esa amistad que nos hacer recordar la razón de cada marca.
Me encuentro tatuado hasta el centro, por una amistad que es inolvidable, y que me hace seguir disfrutando y aprendiendo de estas noches de olvido.
Resultar ser muy divertido mirar a tus amigos y lograr descifrar el color de sus almas, y de la energía que te transmiten. Encontré naranja brillante y naranja pálido en Laura y Pipe respectivamente. Camilo me anzaba el azul, el Costeño aguamarina, y Manu un gris sobrio. Además, el negro de Fry y el rosado de Diana con el café de Carolina. Cerraba los ojos y me veía en un arco iris pintado por su amistad, porque resulta ser lo que matiza nuestra vida en cada circunstancia.
Otra canción, un vinito, cigarrillos y más humo, se convirtió en nuestro ambiente en esta ocasión. La noche se aclaraba y la luna golpeaba más fuerte esta velada de sentimientos.
Estas nuevas fuerzas que brotaban velozmente como volcanes descontrolados en los papiros sin escribir de nuestro libro del cuerpo, hizo parte de nuestra amistad, y de una plana en cada uno de esos papiros. La música se apoderaba de nosotros, mientras los pasos esperaban ser nuestro volar en el cielo de pavimento.
Tal vez ahora no esté riendo, tal vez lo esté haciendo, pero estoy seguro de que ni siquiera yo mismo lo noto. Estoy seguro de que sé que los amigos son el presente, que no se olvidan y que siempre se esperan. Sé que no estás conmigo, pero que el tiempo se accidentará en nosotros, para sangrar ese amor que tanto he querido derramar sobre el cielo esmeralda, mientras bailo contigo.
Que la distancia no nos torture y que los autos no nos desanimen. Que las lágrimas se fulminen, y que el amor solucione todo. Que los recuerdos dancen, y que las miradas se desenfoquen, pensando que somos todo y ya.
A pesar de todo, te recuerdo que estoy con mis amigos, que estoy bebiendo y que estoy fumando, hasta riendo. Te recuerdo que cuando estoy con ellos, personajes de tonos perdidos, no recuerdo nada y el amor no existe, excepto el de fraternidad.
La amistad proviene de la relación social que tienen todos los individuos dentro de su proceso de reivindicación como ser social por naturaleza, pero principalmente es el resultado de la interacción energética entre diferentes almas. Ahí está la pequeña diferencia entre este característico signo que hace parte de nuestro diario vivir y comunicar. Pero la tenemos. La tenemos y la explotamos.
Tenemos piel, y tenemos tintas, tenemos marcas en ella, pero más importante aún, en la piel de nuestro espíritu. Ese espíritu que grita con descontrol, que baila hasta el cansancio, que brilla y fluye como río. Esa amistad que nos hacer recordar la razón de cada marca.
Me encuentro tatuado hasta el centro, por una amistad que es inolvidable, y que me hace seguir disfrutando y aprendiendo de estas noches de olvido.
jueves, 8 de diciembre de 2011
Pensamiento de mis regalos no entregados.
Regalar cosas a nuestros seres queridos es una forma sencilla, pero a la vez muy bonita, de demostrar ese afecto, o lo especial que hemos descubierto que son esas personas. Sí, he sabido de gente a la que le han dado regalos, y que ha dado regalos. Pero, ¿qué pasa cuando un regalo no se entrega?
Ahí gira mi situación. Debo confesar que en mi habitación, específicamente en mis cajones, se encuentran los regalos no entregados. Estos son un tipo de regalos bastante diverso. Acá, se pueden encontrar dibujos hechos con pasteles secos, dibujos hechos con tinta china, postales de San Agustín y Buga, porta-lápices de búhos, estatuillas indígenas, libros y demás.
Todos estos regalos no entregados van dirigidos a personas especiales, pero no fueron entregados nunca. Bajo ninguna circunstancia fue posible realizar esta acción, pero mucho menos bajo ninguna circunstancia temporal y espacial, es posible hacerlo después.
Los regalos no entregados tienen algo en común, y es amor. A los regalos no entregados sólo los he visto yo. Los regalos no entregados aún esperan ser entregados. Los regalos no entregados, siguen sin ser entregados.
A pesar de las situaciones que rodean mi transcurrir en la vida, sigo haciendo regalitos sin poder entregar a la gran mayoría. De todas maneras, ocurre algo curioso, y es que los regalos no entregados son mis regalos no entregados, y siguen en mi habitación como un álbum de foto nunca tomadas, y que nunca serán tomadas. Mis regalos no entregados ya son míos y son sólo míos.
Muestras de afecto, de cariño, de agradecimiento, los regalos no entregados son la muestra clara de la distancia. Esa distancia que no se disminuye, sino que sigue creciendo desaforadamente en mi vida, creando vacíos y llenándolos después, efectivamente para hacer más regalos no entregados con mucha devoción.
El hecho de no haber entregado esos regalos, implica que me quede con ellos porque no los puedo dejar solos, así que, al final, los regalos no entregados los hago para mí. Mis regalos no entregados, que termino entregándomelos a mí mismo sin darme cuenta, y se convierten en el consuelo de la distancia.
Sin embargo, esos regalos no entregados siguen sin entregarse, pero son un regalo. Sin entregarse, son la muestra concreta de afecto que tengo yo hacia ua o varias personas que desafortunadamente para ellas o para mí, ya no están conmigo.
Y no me importa si vuelven o no, mis regalos no entregados serán mis regalos siempre, sin tener en cuenta el curso de las historias, ni de la edad de la distancia. Siempre tendré esos regalos, y espero ellos siempre me tengan ahí, porque no se unieron nunca a su desgraciado destinatario.
Ahí gira mi situación. Debo confesar que en mi habitación, específicamente en mis cajones, se encuentran los regalos no entregados. Estos son un tipo de regalos bastante diverso. Acá, se pueden encontrar dibujos hechos con pasteles secos, dibujos hechos con tinta china, postales de San Agustín y Buga, porta-lápices de búhos, estatuillas indígenas, libros y demás.
Todos estos regalos no entregados van dirigidos a personas especiales, pero no fueron entregados nunca. Bajo ninguna circunstancia fue posible realizar esta acción, pero mucho menos bajo ninguna circunstancia temporal y espacial, es posible hacerlo después.
Los regalos no entregados tienen algo en común, y es amor. A los regalos no entregados sólo los he visto yo. Los regalos no entregados aún esperan ser entregados. Los regalos no entregados, siguen sin ser entregados.
A pesar de las situaciones que rodean mi transcurrir en la vida, sigo haciendo regalitos sin poder entregar a la gran mayoría. De todas maneras, ocurre algo curioso, y es que los regalos no entregados son mis regalos no entregados, y siguen en mi habitación como un álbum de foto nunca tomadas, y que nunca serán tomadas. Mis regalos no entregados ya son míos y son sólo míos.
Muestras de afecto, de cariño, de agradecimiento, los regalos no entregados son la muestra clara de la distancia. Esa distancia que no se disminuye, sino que sigue creciendo desaforadamente en mi vida, creando vacíos y llenándolos después, efectivamente para hacer más regalos no entregados con mucha devoción.
El hecho de no haber entregado esos regalos, implica que me quede con ellos porque no los puedo dejar solos, así que, al final, los regalos no entregados los hago para mí. Mis regalos no entregados, que termino entregándomelos a mí mismo sin darme cuenta, y se convierten en el consuelo de la distancia.
Sin embargo, esos regalos no entregados siguen sin entregarse, pero son un regalo. Sin entregarse, son la muestra concreta de afecto que tengo yo hacia ua o varias personas que desafortunadamente para ellas o para mí, ya no están conmigo.
Y no me importa si vuelven o no, mis regalos no entregados serán mis regalos siempre, sin tener en cuenta el curso de las historias, ni de la edad de la distancia. Siempre tendré esos regalos, y espero ellos siempre me tengan ahí, porque no se unieron nunca a su desgraciado destinatario.
sábado, 26 de noviembre de 2011
Mujer, mujer particular.
Las noches brillan constante cuando es su momento de iluminar las tristezas de muchos mortales, pero ellas no las vuelven felices, a menos de que nosotros escojamos pasarnos al otro extremo. Te quiero decir, mujer de carismas, que tú iluminas muchas tristezas y las matas.
Romper las rutinas de todos los días, de los normales y los descontrolados, siempre resulta impactante, pero después termina uno en acostumbrarse a disfrutar las sorpresas, por muy desconocidas que sean. Después de todo, con el tiempo, lo desconocido se convierte en conocido y en amigo, hasta en parte de uno mismo. Por eso, mujer de sonrisas, ya no eres una sorpresa desconocida.
Las noches del mundo, donde estamos muchos y a la vez pocos, volando y disfrutando por todas partes, son amenas porque hay tranquilidad en otras partes. Siempre es bueno un equilibro entre la locura y la paciencia, para disfrutar plenamente de ambas. Por eso, mujer de rostro apacible, nivelas las energías de todas estas personas desenfrenadas.
Muchas veces he intentado ser totalmente amable, humilde y servicial, además de detallista, pero mi forma de ser no me lo permite en muchas ocasiones, porque el orgullo y la imponencia siempre salen a relucir sus zapatos. Pero tú, tienes la fuerza para manejar todas estas energías, además de lograr amar sin desdén, que es tu punto débil, aunque de cierta forma demuestra que eres capaz de todo.
Mujer que de la distancia contemplo, y en algunas ocasiones siento cerca, eres más de lo que se percibe. Eres más que una sonrisa y que un gesto de cortesía y amabilidad. Más que una cara bonita, eres un corazón bonito y violento también. Porque la fuerza no viene de tu cuerpo, sino de tu espíritu, y confieso que en muchas ocasiones, he quedado conmovido por la belleza de tu espíritu, que pasa desde días sofocantes hasta días tormentosos, sonriendo y transmitiendo energía positiva como misiles a nuestros cuerpos.
Corazones gitanos, corazones de hierro, corazones de hielo, corazones de papel, corazones de mujer. Tú corazón ha resultado se mutante, ser diferente, hacerse notar. Corazón de lápices de colores que dibujan en las existencias de todo el mundo, a través de detalles y gestos significantes, que para tí no son nada porque son tu cotidianidad, mujer de acciones inolvidables.
Ya me mostraste tu faceta de artista; la faceta en la que me muestras que tu corazón de tonos cálidos, tonos fiesteros, y tonos helados, puede expresar lo que siente a través de este idioma tan bonito y profundo. Pues déjame decirte, mujer artista, que me impresionas y que te felicito. Déjame decirte, mujer colorida, que me encantaría poder verte escribiendo más, y expresar la retaíla de historias que habrás de tener para contar, y así deleitar y enseñar a muchos más. Porque puedes generar reflexión, sólo que no te has dado por enterada de ello.
Te invito a no dejar que el sistema te haga olvidar lo que tiene tu espíritu, y no pierdas esa magia que tienen tus acciones, además de poder transmitir sonrisas, que se hacen más fuertes, grandes y sinceras, mientras vas dejando de ser una desconocida. Y ya no eres una desconocida para mí, y para muchos, y agradezco, encontrar reflexión, y un corazón de otro material diferente al de los demás corazones. Sigue, sigue iluminando noches, tristezas y potenciando alegrias.
Romper las rutinas de todos los días, de los normales y los descontrolados, siempre resulta impactante, pero después termina uno en acostumbrarse a disfrutar las sorpresas, por muy desconocidas que sean. Después de todo, con el tiempo, lo desconocido se convierte en conocido y en amigo, hasta en parte de uno mismo. Por eso, mujer de sonrisas, ya no eres una sorpresa desconocida.
Las noches del mundo, donde estamos muchos y a la vez pocos, volando y disfrutando por todas partes, son amenas porque hay tranquilidad en otras partes. Siempre es bueno un equilibro entre la locura y la paciencia, para disfrutar plenamente de ambas. Por eso, mujer de rostro apacible, nivelas las energías de todas estas personas desenfrenadas.
Muchas veces he intentado ser totalmente amable, humilde y servicial, además de detallista, pero mi forma de ser no me lo permite en muchas ocasiones, porque el orgullo y la imponencia siempre salen a relucir sus zapatos. Pero tú, tienes la fuerza para manejar todas estas energías, además de lograr amar sin desdén, que es tu punto débil, aunque de cierta forma demuestra que eres capaz de todo.
Mujer que de la distancia contemplo, y en algunas ocasiones siento cerca, eres más de lo que se percibe. Eres más que una sonrisa y que un gesto de cortesía y amabilidad. Más que una cara bonita, eres un corazón bonito y violento también. Porque la fuerza no viene de tu cuerpo, sino de tu espíritu, y confieso que en muchas ocasiones, he quedado conmovido por la belleza de tu espíritu, que pasa desde días sofocantes hasta días tormentosos, sonriendo y transmitiendo energía positiva como misiles a nuestros cuerpos.
Corazones gitanos, corazones de hierro, corazones de hielo, corazones de papel, corazones de mujer. Tú corazón ha resultado se mutante, ser diferente, hacerse notar. Corazón de lápices de colores que dibujan en las existencias de todo el mundo, a través de detalles y gestos significantes, que para tí no son nada porque son tu cotidianidad, mujer de acciones inolvidables.
Ya me mostraste tu faceta de artista; la faceta en la que me muestras que tu corazón de tonos cálidos, tonos fiesteros, y tonos helados, puede expresar lo que siente a través de este idioma tan bonito y profundo. Pues déjame decirte, mujer artista, que me impresionas y que te felicito. Déjame decirte, mujer colorida, que me encantaría poder verte escribiendo más, y expresar la retaíla de historias que habrás de tener para contar, y así deleitar y enseñar a muchos más. Porque puedes generar reflexión, sólo que no te has dado por enterada de ello.
Te invito a no dejar que el sistema te haga olvidar lo que tiene tu espíritu, y no pierdas esa magia que tienen tus acciones, además de poder transmitir sonrisas, que se hacen más fuertes, grandes y sinceras, mientras vas dejando de ser una desconocida. Y ya no eres una desconocida para mí, y para muchos, y agradezco, encontrar reflexión, y un corazón de otro material diferente al de los demás corazones. Sigue, sigue iluminando noches, tristezas y potenciando alegrias.
viernes, 25 de noviembre de 2011
Ay, señor de voces y calles.
Estaba caminando como todos los días en un día normal en Popayán, dirigiéndome hacia el centro histórico de la ciudad, que es generalmente donde mantengo todos los días, con mis tennis rojo desgastado y un frío un poco incómodo. El cielo quería llover y mojarme a mí, porque sabe que siempre que llueve, mis pies se empapan, junto con mis medias y mis tennis que son de tela, y eso me molesta aún más.
Cruzando la avenida, teniendo que cruzar tres semáforos a pie, conociendo la falta de inteligencia vial y educación en tránsito que no tiene la mayoría de los usuarios de los diferentes vehículos de transporte público y privado, tuve que hacer, como siempre, acrobacia, piques y demás para poder cruzar la avenida. Resulta ser, para mí, un gran ejercicio de concentración en el cual tu vida depende de tu atención, agilidad y concentración.
Sin embargo, en esta ocasión, tuve una desconcentración bastante radical, al escuchar un "¡Joven Julián!", desde un andén, mientras yo estaba en la mitad de una de las vías, caminando afanado para que no me cogiera el color verde. Al verme obligado a voltear mi cabeza para saber quién era el de la voz gruesa pero sabrosona que gritaba mi nombre, me sorprendí. El señor Uriel, que había conocido hace unos meses, que cuidaba carros y además cantaba de una manera espectacular, me saludaba. Sonreí de forma amable, alcé mi brazo en ademán de saludo y grité "¡Señor Uriel!", mientras yo seguía mi rumbo, y él también.
Cabe anotar, que en esta ocasión, el señor Uriel no tenía una vestimenta andrajosa como en la ocasión en la que me pidió un cigarrillo y tuvimos la conversación tan particular que logramos entablar, sino que al contrario, utilizaba un pantalón, un saco verde, y zapatos, lo cual me dio a pensar que posiblemente su situación ha mejorado gradualmente desde nuestro encuentro. Tal vez, y solo tal vez.
Mientras y seguía caminando, me enfoqué en especular sobre qué podría estar haciendo el señor Uriel actualmente, ya que no lo había vuelto a ver cuidando carros. Tal vez sí está en el coro de canto de alguna iglesia, o canta en bares, o tal vez consiguió un empleo que le ha permitido vestirse de manera decente. Pero sobre todas estas cosas, tenía claro que el señor Uriel había tomado una decisión, y esa era progresar y no estancarse más.
Ojalá el señor Uriel explote su voz, y aprenda a tocar guitarra, para que él mismo componga sus canciones y que todas salgan de su voz. Espero nunca verlo en televisión, porque me rompería el corazón verlo ahí, ya que el señor Uriel es de esos personajes que no se notan nunca, que no son famosos, y que tienen un talento y una historia bella por contar no en un libro, ni en nada tangible, sino que se cuentan en las memorias de las demás personas. Quisiera en un futuro saber en qué está trabajando el señor Uriel, o verlo cantando en la calle con su guitarra, siendo una historia más, una bonita, que no busca fama, sino seguir la vida con tranquilidad y naturalidad.
Si fui yo, o fue otra cosa lo que impulsó a que este personaje tomara fuerzas, no me importa, pero lo intentó y lo está logrando. El señor Uriel se llama como mi papá y cuidaba carros mientras cantaba. Ahora, el señor Uriel se viste bonito, sigue cantando y espero no verlo cuidando carros nunca más, pero sí espero verlo otra vez en la calle, cantando junto a su guitarra, que espero ya la tenga, y decirle "¡Señor Uriel!", junto con una sonrisa amable y mi brazo alzado en ademán de saludo, mientras sigo caminando, pero no molesto por el clima, sino satisfecho de que mis días habrán de ser mejores por haber conocido antes al hombre que canta con su guitarra en la calle.
Y dejaré de llamarlo 'el cuidador de carros que sabía cantar', para llamarlo 'el señor que cantaba en las calles', así yo sepa que se llama Uriel como mi papá, porque no quiero que se haga famoso y ni tener que verlo en televisión porque no me gustaría
sábado, 19 de noviembre de 2011
El Episodio - El Dolor.
Otro poema de Pablo Neruda, que se encuentra en 'Memorial de Isla Negra', y debo confesar que en este libro de poemas, hay varios que de cierta forma me identifican bastante.
El Episodio.
-El dolor
Así se forma el alma enrarecida:
con espejo, con nadie, con retrato,
sin hombres, sin Partido, sin verdad,
con susurro, con celos, con distancia,
sin compañero, sin razón, sin canto,
con armas, con silencio, con papeles,
sin pueblo, sin consulta, sin sonrisa,
con espías, con sombras y con sangre,
sin Francia, sin Italia, sin claveles,
con Berias, con sarcófagos, con muertos,
sin comunicación, sin alegría,
con mentirosos látigos y lenguas,
sin comunicación, sin alegría,
con la imposición y la crueldad,
sin saber cuándo cortan la madera,
con la soberbia triste, con la cólera,
sin compartir el pan y la alegría,
con más y más y más y más y más
y sin nadie, sin nadie, sin ninguno,
con las puertas cerradas y con muros,
sin el pueblo de las panaderías,
con cordele, con nudos, con ausencia,
sin mano abierta, sin flor evidente,
con ametralladora, con soldados,
sin la contradicción, sin la conciencia,
con destierro, con frío, con infierno,
sin ti, sin alma, solo, con la muerte.
El Episodio.
-El dolor
Así se forma el alma enrarecida:
con espejo, con nadie, con retrato,
sin hombres, sin Partido, sin verdad,
con susurro, con celos, con distancia,
sin compañero, sin razón, sin canto,
con armas, con silencio, con papeles,
sin pueblo, sin consulta, sin sonrisa,
con espías, con sombras y con sangre,
sin Francia, sin Italia, sin claveles,
con Berias, con sarcófagos, con muertos,
sin comunicación, sin alegría,
con mentirosos látigos y lenguas,
sin comunicación, sin alegría,
con la imposición y la crueldad,
sin saber cuándo cortan la madera,
con la soberbia triste, con la cólera,
sin compartir el pan y la alegría,
con más y más y más y más y más
y sin nadie, sin nadie, sin ninguno,
con las puertas cerradas y con muros,
sin el pueblo de las panaderías,
con cordele, con nudos, con ausencia,
sin mano abierta, sin flor evidente,
con ametralladora, con soldados,
sin la contradicción, sin la conciencia,
con destierro, con frío, con infierno,
sin ti, sin alma, solo, con la muerte.
'Soliloquio en las olas' y 'Se amanece'.
Rebuscando entre mis libros, encontré una vez más a 'Memorial de Isla Negra' de Pablo Neruda, que es una recopilación de poemas del autor, referentes a diferentes etapas de su vida.
Rebuscando entre este libro, encontré dos poemas, que de cierta forma son diferentes, expresan cosas un poco ligadas o relacionadas, eso depende de cada quién. Uno de ellos se me quedó grabado en la mente, mientras que el otro, volaba en mis recuerdos queriendo florecer.
Acá les dejo dos poemas de Neruda, que espero les gusten ambos, pero principalmente espero que a tí te gusten.
Soliloquio en las olas.
Sí, pero aquí estoy solo.
Se levanta
una ola,
tal vez dice su nombre, no comprendo,
murmura, arrastra el peso
de espuma y movimiento
y se retire. A quién
preguntaré lo que me dijo?
A quién entre las olas
podré nombrar?
Y espero.
Otra vez se acercó la claridad,
se levantó en la espuma
el dulce número
y no supe nombrarlo.
Así cayó el susurro:
se deslizó a la boca de la arena:
el tiempo destruyó todos los labios
con la paciencia
de la sombra y el
beso anaranjado
del verano.
Yo me quedé solo
sin poder acudir a lo que el mundo,
sin duda, me ofrecía,
oyendo
cómo desgranaba la riqueza,
las misteriosas uvas
de la sal, el amor desconocido
y quedaba en el día degradado
sólo un rumor
cada vez más distante
hasta que todo lo que pudo ser
se convirtió en silencio.
Se amanece.
Se amanece sin deudas
y sin dudas
y luego
cambia el día,
rueda la rueda,
se transfigura el fuego.
No va quedando nada
de lo que amaneció, se fue quemando
la tierra uva por uva,
se fue quedando el corazón sin sangre,
la primavera se quedó sin hojas.
Por qué pasó todo esto en este día?
Por qué se equivocó de campanas?
O todo tiene que ser siempre así?
Cómo torcer, desembrollar el hilo,
ir remontando el sol hasta la sombra,
devolver luz hasta que la noche
se embarace de nuevo con un día,
y que este día sea nuestro hijo,
interminable hallazgo, cabellera
del tiempo recobrado,
conquistando a la deuda y a la duda
para que nuestra vida
sólo sea
una materia matutina,
una corriente clara.
Rebuscando entre este libro, encontré dos poemas, que de cierta forma son diferentes, expresan cosas un poco ligadas o relacionadas, eso depende de cada quién. Uno de ellos se me quedó grabado en la mente, mientras que el otro, volaba en mis recuerdos queriendo florecer.
Acá les dejo dos poemas de Neruda, que espero les gusten ambos, pero principalmente espero que a tí te gusten.
Soliloquio en las olas.
Sí, pero aquí estoy solo.
Se levanta
una ola,
tal vez dice su nombre, no comprendo,
murmura, arrastra el peso
de espuma y movimiento
y se retire. A quién
preguntaré lo que me dijo?
A quién entre las olas
podré nombrar?
Y espero.
Otra vez se acercó la claridad,
se levantó en la espuma
el dulce número
y no supe nombrarlo.
Así cayó el susurro:
se deslizó a la boca de la arena:
el tiempo destruyó todos los labios
con la paciencia
de la sombra y el
beso anaranjado
del verano.
Yo me quedé solo
sin poder acudir a lo que el mundo,
sin duda, me ofrecía,
oyendo
cómo desgranaba la riqueza,
las misteriosas uvas
de la sal, el amor desconocido
y quedaba en el día degradado
sólo un rumor
cada vez más distante
hasta que todo lo que pudo ser
se convirtió en silencio.
Se amanece.
Se amanece sin deudas
y sin dudas
y luego
cambia el día,
rueda la rueda,
se transfigura el fuego.
No va quedando nada
de lo que amaneció, se fue quemando
la tierra uva por uva,
se fue quedando el corazón sin sangre,
la primavera se quedó sin hojas.
Por qué pasó todo esto en este día?
Por qué se equivocó de campanas?
O todo tiene que ser siempre así?
Cómo torcer, desembrollar el hilo,
ir remontando el sol hasta la sombra,
devolver luz hasta que la noche
se embarace de nuevo con un día,
y que este día sea nuestro hijo,
interminable hallazgo, cabellera
del tiempo recobrado,
conquistando a la deuda y a la duda
para que nuestra vida
sólo sea
una materia matutina,
una corriente clara.
Días no tan aburridos.
Nos encontramos en la diversidad. Nos encontramos en un lugar donde hay tantos tipos de camisetas manjares como nuestra vida no logrará deleitar. Incluso, nos encontramos en un lugar donde hay tantos tipos de cabellos, como condones usados y por usar hay, sin contar las experiencias sexuales. Y tenemos que ser conscientes de eso.
Las historias de vida son todas diferentes, aunque muchas se intersecten con muchas otras. Pero el estar sentado viendo cómo todas se intersectan mínimamente, resulta ser agotador para una sola persona, además de subjetivo.
Ver motos, automóviles, bicicletas y hasta pies por todas partes es interesante por su diversidad, pero desde otro punto de vista, un poco más general, ver lo mismo termina por hastiarme de las calles, de la gente y de mi entorno. Hasta el mismo cielo empieza a aburrir, así siempre tenga colores diferentes cada segundo que pasa en el universo y en el pedacito de atmósfera que mis características visuales logran observar, por cuestiones biológicas.
Nos encontramos en un mundo de lo mismo, pero diferente, y al ser subjetivo yo, y al ser subjetivos todos, es donde le damos ese tinte de diversidad a nuestro entorno. Las cuestiones culturales y las líneas personales siempre conllevan a diferentes interpretaciones de los acontecimientos y de las cosas que llegamos a percibir aleatoriamente.
Pero bueno, la mujer que pasa al frente mío con una falda blanca de flores rojas y verdes, resultaría diferente si pasara con un pantalón marrón y botas altas. ¿No resulta interesante, y hasta entretenido pensar en eso?
El tiempo pasa y tengo una arañita verde corriendo a lo largo de mi brazo descubierto, ambos chupando frío porque no me dan ganas de abrigarme. Se cae esta arañita verde cumbia al intentar luchar contra la gravedad, como si sus intentos de rebeldía hacia la naturaleza que la creó, tuvieran un efecto positivo para ella.
Y mi monótono momento pasó a una clasificación diferente. Ya no soy una persona sola y aburrida viendo pasar gente mientras empieza a atardecer, sino que soy una persona aburrida que ve pasar gente con la compañia de una arañita verde que reta a la gravedad mientras empieza a atardecer, como supongo, muchas otras personas. ¿Será que la gravedad hace caer todo, así no esté compuesto por materia?
Y el cielo empieza a atardecer y veo un plano color azul con pincelazos de todos cálidos. Tal vez, siendo más exacto, es como si hubieran aruñado o rasgado esa pared azul y detrás existiera un viejo tapiz cálido, como si la felicidad y la fraternidad hubiera sido teñida de frialda y falacias entristecedoras. Después de todo, la existencia y la soledad momentánea no son tan aburridas, ni tan iguales a todas las demás soledades y demás existencias fragmentadas.
Las historias de vida son todas diferentes, aunque muchas se intersecten con muchas otras. Pero el estar sentado viendo cómo todas se intersectan mínimamente, resulta ser agotador para una sola persona, además de subjetivo.
Ver motos, automóviles, bicicletas y hasta pies por todas partes es interesante por su diversidad, pero desde otro punto de vista, un poco más general, ver lo mismo termina por hastiarme de las calles, de la gente y de mi entorno. Hasta el mismo cielo empieza a aburrir, así siempre tenga colores diferentes cada segundo que pasa en el universo y en el pedacito de atmósfera que mis características visuales logran observar, por cuestiones biológicas.
Nos encontramos en un mundo de lo mismo, pero diferente, y al ser subjetivo yo, y al ser subjetivos todos, es donde le damos ese tinte de diversidad a nuestro entorno. Las cuestiones culturales y las líneas personales siempre conllevan a diferentes interpretaciones de los acontecimientos y de las cosas que llegamos a percibir aleatoriamente.
Pero bueno, la mujer que pasa al frente mío con una falda blanca de flores rojas y verdes, resultaría diferente si pasara con un pantalón marrón y botas altas. ¿No resulta interesante, y hasta entretenido pensar en eso?
El tiempo pasa y tengo una arañita verde corriendo a lo largo de mi brazo descubierto, ambos chupando frío porque no me dan ganas de abrigarme. Se cae esta arañita verde cumbia al intentar luchar contra la gravedad, como si sus intentos de rebeldía hacia la naturaleza que la creó, tuvieran un efecto positivo para ella.
Y mi monótono momento pasó a una clasificación diferente. Ya no soy una persona sola y aburrida viendo pasar gente mientras empieza a atardecer, sino que soy una persona aburrida que ve pasar gente con la compañia de una arañita verde que reta a la gravedad mientras empieza a atardecer, como supongo, muchas otras personas. ¿Será que la gravedad hace caer todo, así no esté compuesto por materia?
Y el cielo empieza a atardecer y veo un plano color azul con pincelazos de todos cálidos. Tal vez, siendo más exacto, es como si hubieran aruñado o rasgado esa pared azul y detrás existiera un viejo tapiz cálido, como si la felicidad y la fraternidad hubiera sido teñida de frialda y falacias entristecedoras. Después de todo, la existencia y la soledad momentánea no son tan aburridas, ni tan iguales a todas las demás soledades y demás existencias fragmentadas.
martes, 15 de noviembre de 2011
Para mis hermanos estudiantes.
Estas semanas y estos tiempos han sido diferentes. Han sido de cambios, de abrir los ojos, no sólo los míos, sino los de muchos otros como yo. Dejé de estudiar en las aulas mi plan de estudios para el programa de pregrado que curso, y empecé a estudiar algo que en las aulas no se aprende. ¿Por qué? Porque se aprende en las calles. Porque los trabajos de esta materia no son en hojas grapadas, ni son maquetas, ni son ensayos. Los trabajos en esta materia son carteles, pancartas, maquillaje, música, gritos, consignas y la realización del concepto de unión.
Como muchos otros, antes era un apático al movimiento social estudiantil, y me parecía que no debía emplear mi tiempo en eso, cuando podía estudiar o tomarme un café. Con el tiempo, me di cuenta que no es sólo eso. Con el tiempo me di cuenta de que no soy sólo yo, sino que tengo compañeros de semestre, de carrera, de facultad, de universidad, y que no podía ser ajeno a esto. Si estudio, se supone que lo hago para poder actuar después. ¿Y por qué no empezar a actuar desde ya? ¿Por qué no empezar a darme cuenta de la fuerza que tengo como ser humano, ser político y social como lo dice Aristóteles, y mejor aún, emplearla?
Pues sí, empecé a marchar, a gritar, a cantar, a pintarme la cara, con el mayor compromiso que este exige, como si mi vida y mi futuro dependieran de ello. Y de hecho, así es. Entendí que la presión social ejercida por nosotros los estudiantes, que somos los futuros gobernantes, los futuros empresarios, ingenieros, músicos; somos los creadores de nuevos logotipos, de nuevos libros, y de muchas investigaciones; es bastante fuerte e invencible.
Sé que para una buena cantidad de gente esa teoría de 'el pueblo unido jamás será vencido' y de 'la unión hace la fuerza' puede ser bastante dudosa y poco efectiva. Pero yo no la entiendo como una teoría, la entiendo como una práctica que resulta indudablemente eficaz y útil. Cuando uno se mete a una marcha, canta, grita, corre, y sonríe al darse cuenta de que hay mucha gente como uno, marchan y gritando, con la cara pintada o con un cartel, probando que a la práctica esto sí funciona. Ahí es donde me apropié del movimiento estudiantil como estudiante de universidad pública, que es lo que soy. Yo no sé si los estudiantes de universidades privadas en su mayoría, sepan lo que se ir puntual a una asamblea de programa, de facultad, o general. No sé si sepan qué es gritar en esas asambleas que viva la universidad. No sé si sepan lo que es madrugar a marchar con toda la universidad porque queremos una educación pública de calidad. No sé si sepan lo que es tener que chupar gas, y arrastras a una persona desconocida pero que se sabe es estudiante para que esté bien. Pero lo que verdaderamente estoy seguro de que no saben, es del sentimiento que entra por todo el cuerpo al ver tanta gente, tantos estudiantes, profesores y funcionarios en la misma tónica de luchas por lo que merecemos; ese picazón en todo el cuerpo que estremece cada uno de nuestros vellos al gritar que somos estudiantes, y que estamos unidos y que lo lograremos todo. Sentir el orgullo de ser estudiante y de estar luchando por lo mío, por lo de mis amigos, mis enemigos, y muchos desconocidos que se convierten en compañeros, es algo inigualable.
Evidentemente no sólo son marchas, sino también conciertos, performances, flash mob, y ollas comunitarias. El sentimiento de la olla es lo más parecido a un paseo de olla pero en la calle. Sólo que acá hay más unión, así no conozca mucha de la gente que está comiendo de la olla. Estar presente ya es suficiente orgullo. Ver aplaudir a los transeúntes que nos dicen que nos apoyan y los autos y motocicleta pitando en apoyo a nuestra causa, es una de las cosas más alentadoras que pueden existir para mí, y para muchos estudiantes como yo. La gente y nuestros compañeros resulta ser nuestro motivo para seguir en pie de lucha, y siempre resistiendo.
Varias de mis clases me enseñaron que para crear un nuevo orden, la propuesta empieza siendo vista como un desorden, transgresor al ya establecido, pero una vez se establece el desorden, se vuelve un orden. Los que me dicen revoltoso y revolucionario, la verdad me halagan. Porque nosotros somos el desorden que luego logrará instaurarse como orden. Ahí estará reflejada nuestra victoria como movimiento social estudiantil, y donde nos daremos cuenta que este tiempo de lucha habrá valido la pena. Volantear, gritar, explicarle a la gente, pintarnos la cara y madrugar a marchar y a las asambleas, e incluso aguantar hambre hasta la hora que esté la olla, valdrán la pena. Lo sé, porque soy estudiante; porque estoy impregnado de sociedad, de colectividad, y de unión. Lo sé, porque acá estoy, intentando explicar que me siento orgulloso de estar existiendo, me siento orgulloso de ser un estudiante más en este mundo, y de ser un factor de cambio junto a los demás estudiantes que dejan de ser desconocidos, y se convierten en compañeros y hermanos.
Esto que está ocurriendo y esto que con fuerza hemos logrado, es la muestra de que podemos hacer muchas cosas, y que jamás debemos desfallecer. Somos nosotros ahora, y después serán otros que también lucharán y defenderán con intelecto, libros y mucho arte las imposiciones que se les hagan. Porque todos somos gente, todos somos estudiantes, todos somos pueblo, y unidos debemos mantenernos. Quiero hacer la invitación a que, no importa en dónde se encuentren, no importa que estén haciendo ahora o en un futuro, siempre y cuando sigan luchando por nuestra educación, por nuestros derechos, por lo que es nuestro, y principalmente, por nosotros mismos, podremos lograr lo que nos propongamos hoy, mañana, y siempre.
domingo, 13 de noviembre de 2011
Noches del mundo.
Las experiencias de amistad logran formarse entre desconocidos, conocidos, amigos y hermanos. Baladas y risas con una fluidez intercontinental.
Cigarros, hierba, hasta una bomba; todos acompañados del humo danzarín, que tiene por escenario esta habitación verde desgastado, que ahora tenía un toque cítrico. Marcela y su rojizo que ya le he dicho que me encanta, y cada vez que fuma y se queda mirando al vacío mientras elimina sus pesares, estaba a mi lado consagrando este momento en nuestras risas y recuerdos.
A Nati siempre la veré en su encinte, con su aire gitano y de mujer espectacular, como si sólo el mundo existiera para hacernos gozar y disfrutar todas las mañanas, noches y atardeceres. Mientras miro a Pame, puedo decir que en todos los lados y dimensiones, será la mujer fresca, tranquila y maravillosa que sé que es. La musiquita toma el tinte de Pablito, que es tierra de mi tierra, mezclada con carisma, plenitud y comedia. nos encontramos en una posición geográfica que no está en ningún mapa. Sólo aparece en nuestra mente.
Las historias de vida, amorosas, dolorosas o relevantes, se han olvidado porque el tiempo ahora es de una noche. Con desorden o sin desorden mental, espacial, dimensional o personal, la música penetra a cualquiera, a un momento de plenitud que se sabe que es temporal, pero que también se sabe que se debe disfrutar al máximo. Verdes, verdes, personas verdes en la pared que cuentan sus historias, proyectadas por la luz de la habitación que crea estas sombras. No hay más que estas sombras en la pared. No hay más que esto aquí conmigo.
"¡Oh! ¡Fuera! Sigue escribiendo." Me dice Marcela al reírse porque le preguntamos que si ya había intimado con su novio, aunque yo ya supiera la respuesta. Y las conversaciones fluyen al sonido de un violín. Y estamos en un concierto bello e inigualable, de palabras y risas.
Rompamos los vidrios de mentiras con golpes de gracia y comedia, para que las flores no se pisen ni se marchiten en nuestra juventud. Estupideces y corduras interpuestas entre frío, velos levantados, y colores de ropa bonita.
Y quiero más, porque estoy en el limbo de dos mundos, con las ondas tranquilas de mis pensamientos. Voces desenfocadas del tiempo, mientras la luz toma un filtro cálido y selvático. Tomaré la mirada de la amistad y disfrutaré del juego.
La oscuridad ha terminado y nos metemos en caminitos de cielo, dibujados por nuestras propias manos y con todos nuestros sentidos. No pararé, ni nadie parará hoy, en minutos y horas, que es nuestra única línea de tiempo
Cigarros, hierba, hasta una bomba; todos acompañados del humo danzarín, que tiene por escenario esta habitación verde desgastado, que ahora tenía un toque cítrico. Marcela y su rojizo que ya le he dicho que me encanta, y cada vez que fuma y se queda mirando al vacío mientras elimina sus pesares, estaba a mi lado consagrando este momento en nuestras risas y recuerdos.
A Nati siempre la veré en su encinte, con su aire gitano y de mujer espectacular, como si sólo el mundo existiera para hacernos gozar y disfrutar todas las mañanas, noches y atardeceres. Mientras miro a Pame, puedo decir que en todos los lados y dimensiones, será la mujer fresca, tranquila y maravillosa que sé que es. La musiquita toma el tinte de Pablito, que es tierra de mi tierra, mezclada con carisma, plenitud y comedia. nos encontramos en una posición geográfica que no está en ningún mapa. Sólo aparece en nuestra mente.
Las historias de vida, amorosas, dolorosas o relevantes, se han olvidado porque el tiempo ahora es de una noche. Con desorden o sin desorden mental, espacial, dimensional o personal, la música penetra a cualquiera, a un momento de plenitud que se sabe que es temporal, pero que también se sabe que se debe disfrutar al máximo. Verdes, verdes, personas verdes en la pared que cuentan sus historias, proyectadas por la luz de la habitación que crea estas sombras. No hay más que estas sombras en la pared. No hay más que esto aquí conmigo.
"¡Oh! ¡Fuera! Sigue escribiendo." Me dice Marcela al reírse porque le preguntamos que si ya había intimado con su novio, aunque yo ya supiera la respuesta. Y las conversaciones fluyen al sonido de un violín. Y estamos en un concierto bello e inigualable, de palabras y risas.
Rompamos los vidrios de mentiras con golpes de gracia y comedia, para que las flores no se pisen ni se marchiten en nuestra juventud. Estupideces y corduras interpuestas entre frío, velos levantados, y colores de ropa bonita.
Y quiero más, porque estoy en el limbo de dos mundos, con las ondas tranquilas de mis pensamientos. Voces desenfocadas del tiempo, mientras la luz toma un filtro cálido y selvático. Tomaré la mirada de la amistad y disfrutaré del juego.
La oscuridad ha terminado y nos metemos en caminitos de cielo, dibujados por nuestras propias manos y con todos nuestros sentidos. No pararé, ni nadie parará hoy, en minutos y horas, que es nuestra única línea de tiempo
sábado, 12 de noviembre de 2011
Anímese a pintar o lo que sea.
Hoy las nubes iluminan las casas tristes, aplacadas por los años y los gritos de muchos hombres y mujeres que han vivido las calamidades de su existencia. Hoy también soy uno de ellos. Estas paredes blancas, las cuales he querido llenar de colores, dibujos y fotos con mucho entusiasmo, me encierran en pensamientos que hace rato no encontraba, navegando en una pequeña balsa a lo largo de mis recuerdos.
Mi silencio sube el volumen y no hay un solo cigarrillo que me distraiga. Perder un lapicero, unas cuantas monedas y hasta un amigo, resulta ser muy diferente a perder el amor, y quien lo ame a uno. Es como sentir que uno es una cáscara de naranja podrida que ya no tiene nada provechoso por dentro, y que se encuentra totalmente vacía e inservible.
Sentir decepción es una de las mejores emociones que nos permiten decantar las lágrimas, y gritarse a uno mismo muchas cosas que se habían guardado, por amor e ilusión. Además, saber que nada volverá a ser como antes, es un propulsor para darse cuenta que se pueden hallar mejores cosas. Yo perdí un amor pero descubrí el cielo en todas sus presentaciones; conocí naturaleza, libros infinitos, amistades incomparables, situaciones únicas, y mucha locura y libertad, además de personas mejores.
Sé que a los relojes de arena se les acaba la arena, y que el tiempo no para, pero que nosotros lo desobedecemos y seguimos nuestro rumbo, así él ya no marque un tiempo. Así tiene que ser siempre.
Como la lluvia sí puede colorear las calles y los tejados con sus propios colores, y yo no puedo pintar mi cuarto, me desquito pensando que ya encontré un nuevo color, una nueva experiencia en potencia.
Sos vos, porque me suena más amenos. Sos vos, porque dejo las cursilerías y expreso mi cariño de otra manera. Sos vos que sos diferente y pintas con tu energía el lienzo de mis recuerdos. Sos vos, que me haces pensar que puedo amar otra vez, sin importar si es bueno o malo, pero que amaré al fin y al cabo. Sos vos, sos vos.
Ahora que estás vos, puedo caminar tranquilo, y puedo sonreír con más motivos. Ya que mi pared no puede ser pintada, pintaré mi vida con vos. Porque ya perdí el miedo y la lluvia seguirá de todas formas pintando sin progresar. ni terminar. La lluvia no se va a enamorar, pero yo sí. Mis cigarrillos no me distraerán todo el tiempo y tendré un nuevo fruto radiante como el sol, pero a su manera, y a mi manera. A la manera de vos, que me excita tanto. porque la mía es muy corazonada.
Dejaré los formalismos y me apropiaré de o que de verdad es mío, porque ahora me da igual qué pase. Qué pase o qué no pase será lo mismo porque seguirás existiendo vos, y yo seguiré existiendo. Ahí vemos cómo hacemos para cromatizarnos.
Mi silencio sube el volumen y no hay un solo cigarrillo que me distraiga. Perder un lapicero, unas cuantas monedas y hasta un amigo, resulta ser muy diferente a perder el amor, y quien lo ame a uno. Es como sentir que uno es una cáscara de naranja podrida que ya no tiene nada provechoso por dentro, y que se encuentra totalmente vacía e inservible.
Sentir decepción es una de las mejores emociones que nos permiten decantar las lágrimas, y gritarse a uno mismo muchas cosas que se habían guardado, por amor e ilusión. Además, saber que nada volverá a ser como antes, es un propulsor para darse cuenta que se pueden hallar mejores cosas. Yo perdí un amor pero descubrí el cielo en todas sus presentaciones; conocí naturaleza, libros infinitos, amistades incomparables, situaciones únicas, y mucha locura y libertad, además de personas mejores.
Sé que a los relojes de arena se les acaba la arena, y que el tiempo no para, pero que nosotros lo desobedecemos y seguimos nuestro rumbo, así él ya no marque un tiempo. Así tiene que ser siempre.
Como la lluvia sí puede colorear las calles y los tejados con sus propios colores, y yo no puedo pintar mi cuarto, me desquito pensando que ya encontré un nuevo color, una nueva experiencia en potencia.
Sos vos, porque me suena más amenos. Sos vos, porque dejo las cursilerías y expreso mi cariño de otra manera. Sos vos que sos diferente y pintas con tu energía el lienzo de mis recuerdos. Sos vos, que me haces pensar que puedo amar otra vez, sin importar si es bueno o malo, pero que amaré al fin y al cabo. Sos vos, sos vos.
Ahora que estás vos, puedo caminar tranquilo, y puedo sonreír con más motivos. Ya que mi pared no puede ser pintada, pintaré mi vida con vos. Porque ya perdí el miedo y la lluvia seguirá de todas formas pintando sin progresar. ni terminar. La lluvia no se va a enamorar, pero yo sí. Mis cigarrillos no me distraerán todo el tiempo y tendré un nuevo fruto radiante como el sol, pero a su manera, y a mi manera. A la manera de vos, que me excita tanto. porque la mía es muy corazonada.
Dejaré los formalismos y me apropiaré de o que de verdad es mío, porque ahora me da igual qué pase. Qué pase o qué no pase será lo mismo porque seguirás existiendo vos, y yo seguiré existiendo. Ahí vemos cómo hacemos para cromatizarnos.
domingo, 6 de noviembre de 2011
Trainspotting.
"Elige tu futuro. Elige la vida. ¿Por qué querría eso? Elijo no elegir la vida. Elijo otra cosa. ¿Las razones? No hay razones. ¿Quién las necesita si hay heroína?" Así empieza la declaración de un adicto a la heroína, para explicar por qué consume heroína. Sí, en el intento de "buscar una vena para inyectarse droga" o hacer Trainspotting, coloquialmente utilizado por los escoceses, un grupo de amigos, que después se convierten entre comillas, muestran su sin-rumbo por la vida en el Edimburgo de la década de los años 90'.
Danny Boyle, se basa en el libro de Irvine Welsh, del mismo nombre, para presentar una producción de 1996, en la cual no hay restricciones y un sólo límite, la muerte. Trainspotting nos dibuja en los ojos y en la imaginación el nivel de decadencia al que puede llegar un heroinómano, desde la perspectiva de diferentes jóvenes, pero enfocándose en la filosofía de Mark Renton, el protagonista, en su razón de inyectarse heroína, metadona, sedante o cualquier otro tipo de droga.
Llevar una vida común y corriente, con estudios, trabajo, familia, pareja, impuestos, casa, auto y todo este tipo de complicaciones personales y sociales, es bastante complicado y agotador. Los personajes sólo tienen que conseguir dinero, ir a su sitio, pagar por su dosis, y la reciben ya en su jeringa lista para inyectar. No se tienen que preocupar por absolutamente nada más, por lo cual, actúan y viven literalmente como individuos. "Si la sociedad existía, yo no estaba dentro de ella". Siempre hablando la voz en off de Mark, tocando su filosofía y su pensar.
En diferentes intentos por liberarse de la adicción, y volver a recaer, ocurren diferentes situaciones que nos esclarecen que esta filosofía de vida, que consiste en no escoger la vida tal y como se plantea, no puede funcionar hasta el final, por cual se necesita de amor y de contacto social para sobrevivir, y sino, pues morir.
Nos encontramos ante teorías de vida como "Envejecemos, no aguantamos más y se acabó" y "Mirando al frente, hasta morir", enmarcadas en cuadros de relaciones sexuales desenfrenadas, encontrones de deseo en los que nos damos cuenta de que "Somos heterosexuales por descarte, no por decisión", aunque depende de quién le guste a uno, ya que es una cuestión igualmente estética. Hallamos peleas, discusiones, traiciones entre "amigos", llegando al punto de darle dinero a los amigos para que continúen su adicción, ya que no es un problema para ellos. Encontramos muertes, desenfreno psicológico, ansiedad, y muchas situaciones simultáneas que nos mantienen impactados y pendientes de qué va a ocurrir después, o de qué va a pasar con la próxima dosis.
Nos accidentamos con la realidad y entendemos que todo cambia, y que tenemos que seguir con el cambio. Cambiar de música, de drogas, de amigos, de modelo de vida. Entendemos que la droga es un escape y un alivio a nuestros problemas, pero un punto de fuga fácil, y que no nos libera del problema. Entendemos que la droga no es sólo muerte, desesperación y adicción, sino también placer, porque o sino no se consumiría.
Hay en Trainspotting, el pasar por la juventud, por la crisis, el drama, el placer y las ansias de ser felices, de escapar del sistema y de los problemas. No querer afrontar la realidad, ni querer ser como todos los demás, atrapados, esperando a cansarse y morir, es motivo para tomar una pastilla, una jeringa, y continuar un camino alejado de lo que no queremos. Al final, nos damos cuenta que tenemos que ir a ese modelo de vida para subsistir, pero haciéndole unas pequeñas variaciones, y saber que siempre hay últimas dosis, pero que nunca se sabe cuándo es la última.
Con un reparto bastante interesante y muy bien logrado en las escenas, Trainspotting muestra a Mark, Spud, Tommy, Sick Boy y Begbie, y levemente a Diane, en el inconstante camino de la heroinomanía, caputrando sin censura lo que implica serlo. Con la dirección de fotogafía de Brian Tufano y el montaje de Masahiro Hirakubo, nos sorprendemos y sentimos la película en todo nuestro cuerpo, además de sentir la adrenalina que sienten los personajes, gracias a la banda sonora tan espectacular, que incluye canciones de Iggy Pop, Blur, Joy Division, Lou Reed, Sleeper y demás, para completar un largometraje maravilloso, catalogado como una de las mejores películas británicas de toda la historia.
Algo para ver, sentir, e imaginar una filosofía en la de pronto lo tienes, y de pronto lo pierdes, y se fue para siempre. "Me mantendré limpio y en movimiento, caminando derecho y eligiendo la vida. Busco otra cosa. Seré como ustedes".
Acá les dejo los links para ver y descargar el largometraje. Ambas están subtituladas.
Ver Trainspotting.
Descargar Trainspotting.
Danny Boyle, se basa en el libro de Irvine Welsh, del mismo nombre, para presentar una producción de 1996, en la cual no hay restricciones y un sólo límite, la muerte. Trainspotting nos dibuja en los ojos y en la imaginación el nivel de decadencia al que puede llegar un heroinómano, desde la perspectiva de diferentes jóvenes, pero enfocándose en la filosofía de Mark Renton, el protagonista, en su razón de inyectarse heroína, metadona, sedante o cualquier otro tipo de droga.
Llevar una vida común y corriente, con estudios, trabajo, familia, pareja, impuestos, casa, auto y todo este tipo de complicaciones personales y sociales, es bastante complicado y agotador. Los personajes sólo tienen que conseguir dinero, ir a su sitio, pagar por su dosis, y la reciben ya en su jeringa lista para inyectar. No se tienen que preocupar por absolutamente nada más, por lo cual, actúan y viven literalmente como individuos. "Si la sociedad existía, yo no estaba dentro de ella". Siempre hablando la voz en off de Mark, tocando su filosofía y su pensar.
En diferentes intentos por liberarse de la adicción, y volver a recaer, ocurren diferentes situaciones que nos esclarecen que esta filosofía de vida, que consiste en no escoger la vida tal y como se plantea, no puede funcionar hasta el final, por cual se necesita de amor y de contacto social para sobrevivir, y sino, pues morir.
Nos encontramos ante teorías de vida como "Envejecemos, no aguantamos más y se acabó" y "Mirando al frente, hasta morir", enmarcadas en cuadros de relaciones sexuales desenfrenadas, encontrones de deseo en los que nos damos cuenta de que "Somos heterosexuales por descarte, no por decisión", aunque depende de quién le guste a uno, ya que es una cuestión igualmente estética. Hallamos peleas, discusiones, traiciones entre "amigos", llegando al punto de darle dinero a los amigos para que continúen su adicción, ya que no es un problema para ellos. Encontramos muertes, desenfreno psicológico, ansiedad, y muchas situaciones simultáneas que nos mantienen impactados y pendientes de qué va a ocurrir después, o de qué va a pasar con la próxima dosis.
Nos accidentamos con la realidad y entendemos que todo cambia, y que tenemos que seguir con el cambio. Cambiar de música, de drogas, de amigos, de modelo de vida. Entendemos que la droga es un escape y un alivio a nuestros problemas, pero un punto de fuga fácil, y que no nos libera del problema. Entendemos que la droga no es sólo muerte, desesperación y adicción, sino también placer, porque o sino no se consumiría.
Hay en Trainspotting, el pasar por la juventud, por la crisis, el drama, el placer y las ansias de ser felices, de escapar del sistema y de los problemas. No querer afrontar la realidad, ni querer ser como todos los demás, atrapados, esperando a cansarse y morir, es motivo para tomar una pastilla, una jeringa, y continuar un camino alejado de lo que no queremos. Al final, nos damos cuenta que tenemos que ir a ese modelo de vida para subsistir, pero haciéndole unas pequeñas variaciones, y saber que siempre hay últimas dosis, pero que nunca se sabe cuándo es la última.
Con un reparto bastante interesante y muy bien logrado en las escenas, Trainspotting muestra a Mark, Spud, Tommy, Sick Boy y Begbie, y levemente a Diane, en el inconstante camino de la heroinomanía, caputrando sin censura lo que implica serlo. Con la dirección de fotogafía de Brian Tufano y el montaje de Masahiro Hirakubo, nos sorprendemos y sentimos la película en todo nuestro cuerpo, además de sentir la adrenalina que sienten los personajes, gracias a la banda sonora tan espectacular, que incluye canciones de Iggy Pop, Blur, Joy Division, Lou Reed, Sleeper y demás, para completar un largometraje maravilloso, catalogado como una de las mejores películas británicas de toda la historia.
Algo para ver, sentir, e imaginar una filosofía en la de pronto lo tienes, y de pronto lo pierdes, y se fue para siempre. "Me mantendré limpio y en movimiento, caminando derecho y eligiendo la vida. Busco otra cosa. Seré como ustedes".
Acá les dejo los links para ver y descargar el largometraje. Ambas están subtituladas.
Ver Trainspotting.
Descargar Trainspotting.
Repetición de bagatelas.
Dicen que la tercera es la vencida, y efectivamente así es. La tercera noche seguida de llorar en un colchón que no es mío, por alguien que tampoco es mío. Los recuerdos vuelven a mi imaginación y veo esos momentos diminutos pero de inmensa felicidad, que sé que ahora me lo están arrebatando. Sí, a usted me lo están arrebatando.
Saber que siempre me dirán que soy lindo, inteligente, que soy especial, que valgo mucho, y toda esa parafernalia del valor del ser humano, para yo tener presente que no soy especial; que a diferencia de los demás, soy raro por no tener esa especialidad, o porque esa cosa especial es de otra dimensión. Saber que ser bonito, inteligente y todas estas cosas no te garantiza tener amor, pero sí sentirlo hasta la médula y gritar y brincar por cada corrientazo emocional.
Mis días transcurren descontroladamente, porque no cargo reloj y mi noción del tiempo es bastante imprecisa, resulto estar solo en la incandescencia de mi existir, puesto que sus besos no pegan, sus besos no cantan ni sus miradas pintan. Sólo son una expresión de nada, ya que usted no siente, pero usted logra mostrarme que lo puedo querer y puedo olvidar lo demás.
Ocurre que usted me tira al suelo y todo se me cae, ya que cuando vuelvo a ti, ya tienes más, algo más que yo. No soy lo máximo ni nada por el estilo, sólo soy yo y usted ya me olvidó. Me botó y tiene el descaro de decirme que no me cambia por nada, después de extrañar, querer, desear, llorar incondicionalmente y cuidarlo, por no decir amar. Eso lo hice yo.
Cosas que pasan, cosas que ocurren, cosas que se esfuman, cosas que se queman. Las circunstancias me golpean como si pensaran que soy sadomasoquista, sin saber que todos somos circunstancias, y como ahora lloro yo, los haré sonreír a ustedes después.
La soledad pega más en mi pared. Ser visto y deseado pero que la gente conserve el miedo a tenerme cerca, a sentirme, a saber que amo, y que los puedo amar. No es necesaria la personalidad ni nada para tener a alguien. Sólo es necesario maldecir al cielo y saber que él sí nos siente.
Saber que siempre me dirán que soy lindo, inteligente, que soy especial, que valgo mucho, y toda esa parafernalia del valor del ser humano, para yo tener presente que no soy especial; que a diferencia de los demás, soy raro por no tener esa especialidad, o porque esa cosa especial es de otra dimensión. Saber que ser bonito, inteligente y todas estas cosas no te garantiza tener amor, pero sí sentirlo hasta la médula y gritar y brincar por cada corrientazo emocional.
Mis días transcurren descontroladamente, porque no cargo reloj y mi noción del tiempo es bastante imprecisa, resulto estar solo en la incandescencia de mi existir, puesto que sus besos no pegan, sus besos no cantan ni sus miradas pintan. Sólo son una expresión de nada, ya que usted no siente, pero usted logra mostrarme que lo puedo querer y puedo olvidar lo demás.
Ocurre que usted me tira al suelo y todo se me cae, ya que cuando vuelvo a ti, ya tienes más, algo más que yo. No soy lo máximo ni nada por el estilo, sólo soy yo y usted ya me olvidó. Me botó y tiene el descaro de decirme que no me cambia por nada, después de extrañar, querer, desear, llorar incondicionalmente y cuidarlo, por no decir amar. Eso lo hice yo.
Cosas que pasan, cosas que ocurren, cosas que se esfuman, cosas que se queman. Las circunstancias me golpean como si pensaran que soy sadomasoquista, sin saber que todos somos circunstancias, y como ahora lloro yo, los haré sonreír a ustedes después.
La soledad pega más en mi pared. Ser visto y deseado pero que la gente conserve el miedo a tenerme cerca, a sentirme, a saber que amo, y que los puedo amar. No es necesaria la personalidad ni nada para tener a alguien. Sólo es necesario maldecir al cielo y saber que él sí nos siente.
martes, 1 de noviembre de 2011
La gente también es una droga.
La gente puede decir que soy muy frío, que porque trato de manera desafiante y con desdén a la gente. Puedo ser directo, honesto y humillante en todas sus presentaciones, y definitivamente eso no me interesa. Pero le recuerdo a usted, que soy un ser humano, y por consiguiente, siento hasta la raíz de mis nervios, los sentimientos que soy capaz de provocar.
Déjeme decirle que me he acostumbrado a permanecer en solitario todas las noches; de estar rodeado de mucha gente en las mañanas y en las tardes; de estar hasta tarde viendo las estrellas, fumando, riendo, e interiorizando mi jornada.
Déjeme decirle que aunque permanezca solo, no significa que no quiera estar con nadie, ni que lo necesite. Estar aislado en las noches es de sonrisas individuales e invisibles, de golpes sordos e incluso, de orgasmos diminutos e insignificantes.
Pero, debo decirle que tengo ataques de paranoia, de gritos, llantos y preocupaciones desesperadas que salen como animales en mi habitación, y yo me encuentro indefenso totalmente, mientras mi mente ataca con imágenes desgarradoras. Le digo que ahora que está usted, la paranoia se muere, la soledad se equilibra, las sonrisas son diferentes. Ahora que está usted hay más cosas, más conversaciones, más sentimientos.
Me automediqué el amor y a corto plazo ha funcionado. Me automediqué el amor, pero no sé si a largo plazo pueda erradicar la enfermedad venérea que resulta ser mi personalidad; no sé si automedicarme provoque mi curación; si me vacune, o aumente este decaimiento, pero sé que ésta es mi droga, mi adicción, mi perdición.
Agradezco que puedo decir esto, y decírselo a usted, porque sus sonrisas y sus besos le dan levedad a mi alma, así sea una adicción. Sus besos y sus caricias no hacen juego con los míos, pero sí con mis sentimientos y algunos pesares.
Estoy dejando gente atrás y no me importa; estoy drogándome casi a diario y no me importa. Rompí mi rutina y me tiene sin cuidado, porque estoy desequilibradamente bien.
Déjeme decirle que me he acostumbrado a permanecer en solitario todas las noches; de estar rodeado de mucha gente en las mañanas y en las tardes; de estar hasta tarde viendo las estrellas, fumando, riendo, e interiorizando mi jornada.
Déjeme decirle que aunque permanezca solo, no significa que no quiera estar con nadie, ni que lo necesite. Estar aislado en las noches es de sonrisas individuales e invisibles, de golpes sordos e incluso, de orgasmos diminutos e insignificantes.
Pero, debo decirle que tengo ataques de paranoia, de gritos, llantos y preocupaciones desesperadas que salen como animales en mi habitación, y yo me encuentro indefenso totalmente, mientras mi mente ataca con imágenes desgarradoras. Le digo que ahora que está usted, la paranoia se muere, la soledad se equilibra, las sonrisas son diferentes. Ahora que está usted hay más cosas, más conversaciones, más sentimientos.
Me automediqué el amor y a corto plazo ha funcionado. Me automediqué el amor, pero no sé si a largo plazo pueda erradicar la enfermedad venérea que resulta ser mi personalidad; no sé si automedicarme provoque mi curación; si me vacune, o aumente este decaimiento, pero sé que ésta es mi droga, mi adicción, mi perdición.
Agradezco que puedo decir esto, y decírselo a usted, porque sus sonrisas y sus besos le dan levedad a mi alma, así sea una adicción. Sus besos y sus caricias no hacen juego con los míos, pero sí con mis sentimientos y algunos pesares.
Estoy dejando gente atrás y no me importa; estoy drogándome casi a diario y no me importa. Rompí mi rutina y me tiene sin cuidado, porque estoy desequilibradamente bien.
sábado, 29 de octubre de 2011
Rocksistencia desde otro lado.
Luces con formas de camiones y cabellos regados por el piso. En un toque, en una sonrisa o en un fragmento indefinido de humo. Las fuerzas gritan en otro tono "ni ley 30 ni reforma". En una marcha no se ve esta energía, aunque igual se grite, baile, y se luche.
Todas las cabezas y cuerpos se mueven en todas las direcciones del universo, mientras son penetrados por el mismo sonido. No me importa la letra ni el sentido. Me importa la energía; una que podría lograr los fiines que se propusiera.
La sociedad puede ser prejuiciosa, y las muchedumbres desorganizadas y diversas; pero las metas tienen un camino y está militarizado por uniformados.
En la ciudad blanca, histórica y monótona, incluimos pincelazos coloridos de imaginación e intelecto. La gente pelea porque las paredes adquieren imaginación y color del pueblo, que atenta contra su monotonía aburrida, esclavista y consumista, a un campo de reflexión y pensamientos, para quitar las barreras del uniforme y la homogeneidad.
La energía saltando de un lado para otro y contagiar como un virus de alegría a todos ahí. el humo es una jauría de perros mientras el pogo gira, transgresor a las manecillas del reloj.
Sentir energía rebosante de mi cuerpo con tanta fuerza me hace igual a los demás, que tienen lo mismo que yo. La música brilla en un espacio estudiantil, porque ese es nuestro sitio y esta es nuestra tierra.
Alcohol, humo de muchas fuentes, cabellos desordenados, sonrisas fuertes y una meta a lograr, convergen en música enérgica, para unos varios que resultaron muy inconformes y que focalizan su energía fuertemente. Siguen y seguimos luchando con la energía en todas partes y en todos nosotros.
Todas las cabezas y cuerpos se mueven en todas las direcciones del universo, mientras son penetrados por el mismo sonido. No me importa la letra ni el sentido. Me importa la energía; una que podría lograr los fiines que se propusiera.
La sociedad puede ser prejuiciosa, y las muchedumbres desorganizadas y diversas; pero las metas tienen un camino y está militarizado por uniformados.
En la ciudad blanca, histórica y monótona, incluimos pincelazos coloridos de imaginación e intelecto. La gente pelea porque las paredes adquieren imaginación y color del pueblo, que atenta contra su monotonía aburrida, esclavista y consumista, a un campo de reflexión y pensamientos, para quitar las barreras del uniforme y la homogeneidad.
La energía saltando de un lado para otro y contagiar como un virus de alegría a todos ahí. el humo es una jauría de perros mientras el pogo gira, transgresor a las manecillas del reloj.
Sentir energía rebosante de mi cuerpo con tanta fuerza me hace igual a los demás, que tienen lo mismo que yo. La música brilla en un espacio estudiantil, porque ese es nuestro sitio y esta es nuestra tierra.
Alcohol, humo de muchas fuentes, cabellos desordenados, sonrisas fuertes y una meta a lograr, convergen en música enérgica, para unos varios que resultaron muy inconformes y que focalizan su energía fuertemente. Siguen y seguimos luchando con la energía en todas partes y en todos nosotros.
jueves, 13 de octubre de 2011
Fumando cigarrillos.
Puede ser fácil salir corriendo cuando se ve a una persona especial. Puede ser difícil mantener una conversación cuando no se quiere hablar sino actuar. Puede ser que no todos tenemos la capacidad de disimular. Pero sé con certeza que mi cigarrillo se sigue consumiendo y el humo sigue corriendo implacable por la atmósfera que es ahora mi envoltura de pensamiento.
Malditas trivialidades del amor a primera vista que interrumpen cualquier posible desarrollo de mi vida cotidiana. Siempre me había bastado con verlo desde lejos sin ni siquiera cruzar una mirada o siquiera una palabra. Mis días transcurrían pasivos y normales hasta que encontraba su aura cerca de la mía. Su presencia, por muy lejos que estuviera, lograba sentirla imponentemente en mi espíritu. Y yo seguía fumando cigarrillos para pretender que por lo menos no lo determinaba.
Completando mis noches con tandas de vuelos cósmicos hacia otras dimensiones desconocidas, pero que igual disfrutaba con terror y excitación, él aparecía entre mis pensamientos descontrolados. Siempre te he visto y siempre te he anhelado pero nunca he tomado la fuerza para caminar y producir alguna palabra. Eres como una hipnogogia de la cual nunca puedo soltarme.
Los días seguían normales y yo fumaba cigarrillos para no determinarte cuando me di cuenta que el factor sorpresa es beneficioso dependiendo del estado en el que uno se encuentre. Yo estaba fumándome un cigarrillo como de costumbre cuando se acercó con bastante convicción y me saludó, dejándome pasmado y sin palabras. El humo ardió en mi garganta y me forzó a toser hasta botar todo el humo, ya que mi mente no funcionaba por un leve instante. Hablamos de cómo iba la universidad, de cómo iban nuestras actividades paralelas, y de cómo estábamos en general, que siempre fue un ‘bien’ bastante general, superficial. Concentrándome más en mi cigarrillo y en la gente que pasaba, las palabras que yo emitía eran sencillas muy típicas de cuando uno no tiene nada qué decir por cuestiones de nervios.
Un momento sencillo y posiblemente muy cotidiano, pero que en esta ocasión fue diferente, e hizo una ruptura en el fumar de mis cigarrillos. Un minuto de conversación con una persona con la que uno se deleita al mirar de lejos, hace que cuando crucen palabras se produzcan muchos más orgasmos.
En este momento vuelvo a estar sentado fumando cigarrillos, pensando y recordando. Momentos sencillos que aparecen en mi mente frecuentemente e incrementan mis ganas de excitarme y llegar al clímax con una mirada fija y una conversación más larga. Que me impresionará después, es posible, pero lo disfrutaré más, y puede que termine por acostumbrarme a conversaciones imprevistas y que nunca pueda practicar para no llegar a equivocarme.
Espero que vuelvas hacia mí con esa convicción, pero que no continúes tu camino, sino que lo continuemos juntos. Flores de colores colgadas de los árboles mientras las estrellas nacen de la tierra. No lo he vuelto a ver. En las noches, sentado en una cama que sé que no es la mía, sino que es sólo mi circunstancia, miro hacia las estrellas y la luna implacablemente inspiradora guía toda su trayectoria. Sé que no estás y que la sorpresa no volverá en un muy buen tiempo.
Mientras yo mismo me induzco orgasmos y clímax en cumbres desordenadas, deseo que salgas de la tierra en la cual nacen las estrellas, florezcas con pasión, y que sangres el sentimiento carcomido por mis colmillos. Sigo fumando cigarrillos.
domingo, 9 de octubre de 2011
Zapaticos mal hechos.
El problema no es uno, son muchos, somos dos. La cuestión es, que las lágrimas mojan y se secan, dejando la marca del llanto en las miradas; rompen el silencio con resignación, decepción y arrepentimiento. Todos sentimos repulsión, el problema es cuando no es mutua.
Sé que rápidamente ha llegado esa situación, por el simple hecho de ejercerme fuerza; por el simple hecho de soltar mi mano con decisión y caminar a un compás muy diferente del mío. Las miradas se juntaban con expresión de ilusión y alegría, y ahora lo hacen con incertidumbre y tristeza, dejando así, un aura de pérdida y unos ojos que no miran a ningún punto fijo para no concentrar sus sentimientos.
Soy como un escribano que redacta con tinta ajena, y que no tiene más papel que su piel. Los tatuajes invisibles e impenetrables de mi piel ya no sienten, pero el resto de mi cuerpo se adolece y disfruta. 'El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional', dicen por ahí. Hay que ver cómo es que es eso.
Quererme es casi que imposible y menester de dioses. El problema es que yo quiero. El problema es que lo sé. El problema es que sigo. El problema es que no obtengo buenos resultados, y me quedo como un zapatero que intenta fabricar un modelo llamativo y le sale mal, pierde su trabajo, y los materiales que invirtió en ello no los recuperará nunca. Además, mis zapatos habrán de ser pequeños, puesto que yo también lo soy, y deben servirme para caminar y recorrer el mundo supuestamente contigo; aunque es más probable que se destruyan fácilmente por ser pequeños. He ahí los problemas de la edad y la estatura, a pesar de sentirme feliz y orgulloso de ser tan enano.
Más cigarrillos me acompañan incondicionalmente, como si ellos fueran los únicos que me quisieran, ya que ahora los recuerdos no logran hacerme llorar ni sonreír, como lo hacían antes con implacable fuerza. Me quedé como una estatua trascendental para el cosmos de mi identidad, y debo continuar así, porque soy yo. Ni la lluvia, ni la luna ni las estrellas están para mí, porque me las han robado. De hecho, ni me las han regalado, así que me apropié de algo que nunca será mío.
Soy yo quien quiere, y soy yo quien se decepciona. Me desanimo rotundamente a seguir perdiendo mis materiales y a perder el esfuerzo sin saber que mis zapatos saldrán bien. Aunque definitivamente prefiero pintar y crear, mientras me sigo perdiendo en el mapa de mi universo personal.
sábado, 8 de octubre de 2011
Delirando por Agustina.
La ausencia de amor, puede generar locura. Tal vez es la no vigilancia del ser amado, que puede correr el riesgo de enloquecerse. Tal vez sean cuestiones de herencia. Aguilar vuelve de viaje con sus hijos y llega a casa y Agustina no está. Lo llaman a decirle que anda en un hotel, y al llegar, Agustina está loca.
Agustina está loca y él no puede hacer nada más que estar con ella. La tía Sofi empieza a hacerse cargo de Agustina, dentro de la perturbación de Aguilar. En Delirio,Laura Restrepo explora las situaciones contemporáneas que irrumpen en una pareja al parecer común y corriente. A lo largo de la historia, se empieza a desenvolver el pasado peculiar y caótico de la familia de Agustina; su infancia, al igual que la infancia de su madre y de su tía Sofi.
Restrepo, saltando entre pasados diferentes y el presente, hace que nosotros mismos empecemos a relacionar todas las historias y empecemos a entender en por qué de la locura repentina de Agustina. El amor de Aguilar por Agustina lo obliga a investigar sobre el por qué Agustina estaba en el hotel, y a indagar sobre el pasado de la familia de Agustina, a través de la tía Sofi, mientras Agustina se hace en el rincón, no habla, y luego empieza a llenar el apartamento de platones con agua.
En Delirio, cada aspecto leve cobra valor, puesto que cada uno tiene una historia que influye, en la forma en la que se necesita comprender lo que ocurre en cada momento, para lograr entender la locura de una mujer, además de su historia. Se muestra a la mujer con locura, y a la mujer relativamente cuerda, además de su propia infancia y del ambiente en el que se crió y logró desarrollarse, terminando en la locura, de amor, abandono, ausencia, que despierta la preocupación de Aguilar.
Laura Restrepo logra mostrar la locura de una mujer contemporánea, retrocediéndose a diferentes espacios, épocas, situaciones, de la manera más bella, desconcertante y contrastante en la que es posible mostrar amor, locura y recuerdos.
lunes, 3 de octubre de 2011
Amor y amistad.
Mientras Laura se fumaba sus últimos plones, y Marcela pedía más porro entre carcajadas y expresiones características de ella, Chan dibujaba con los lápices y papeles que acababa de recibir como regalo de Pablo. Nata cantaba a medio pulmón puesto que había escuchado más fuertemente su voz en una ocasión anterior. Entre la música y las voces, escuchaba particularmente la fricción del lápiz de Chan con el papel. Una mente que siempre me ha llamado la atención, por su sabio y suave tono. Cómo se estará reflejando en el papel ese conocimiento y todas esas experiencias de su línea de vida.
Se escucha la canción de todos nosotros cantándole el Happy Birthday a Ibagué, mientras él hace caras serias, e inmediatamente después, Marcela regando el ‘ponche-crema’ hecho por Alexa. Había gustado mucho del brebaje y luego lo regaba. Se siguió rotando el liderazgo de las canciones y cada viaje se encontraba en la pared verde desgastado que siempre presenciaba nuestros encuentros con la música, el trago, el cigarrillo, y muchos más grandes viajes que nunca se repetirán.
Marcela continuaba haciendo sus típicos comentarios de sobriedad y sus trabas.
Laura reía a la par con Pipe hasta sentir la orina entre sus leguis, por todos aquellos recuerdos y agradecimientos a estas personas a las cuales confiaba este vuelo. ‘¡Cómo puta mierda!’, Marcela profesaba mientras reíamos e Ibagué preguntaba muy serio que quién quería más. Me impresiona siempre cómo todos pensamos diferentes cosas, y hablamos entre varios, entendiendo y riendo de todo.
Marcela seguía haciendo caras cómicamente en todas las dimensiones, mientras se afligía por nuestras diversiones hacia ella.
‘Flaca’ cantamos todos imitando alegremente a Calamaro, y Marcela se tiraba toda armonía grupal. Nata se reía siempre de Marcela al decir ‘Miiiiiiiiiiii, marica mi Mí es el mejor’, mientras decía quién cantaba y tocaba. Camilo sonriendo y cerrando sus ojos para enfocar más su temporal universo, y el coste cantaba tímidamente.
Más explosiones de risas dedicadas a Marcela que al parecer siempre toma el puesto de centro de atención por sus peculiaridades. Más personas cantando diferentes canciones y ruidos extraños de la diminuta boca de Laura.
Carito sobria pero sintonizándose con nuestras trabas como si tuviera un radar que captara nuestras energías de estas trabas muchas de nuestro diario de vuelo.
Siempre recordaré la confianza de nuestras trabas para seguir entonados juntos en cada risa y momentos de pérdida grupal de todo nuestro entorno, confinado a esta habitación tan paciente y leal.
Tirando pelotas de volleyball de otros mundos en este colectivamente mundo real, logro encontrar muchos lazos que nos amarran y crean un nudo insolucionable que nos obliga a disfrutar de nuestras presencias cotidianamente.
Ya siento más calmada y controlada esta traba de energía, que hace que no quiera salir y que quiera controlar el tiempo para que siga siendo la 1:48 de la mañana de un domingo cálido. Me niego a tomar porque la traba me es suficiente, y quiero seguir viendo a mis amigos con el mapa de la hierba. Ahora la traba no es con hierba sino con momentos que luego comentaré a las personas que sigan en mi inconstante línea de compañías y personas especiales.
Soy de los partidarios de lo que dice Cortázar; de que la vida es un bus y se sube y baja gente que nos acompañará por un tiempo en nuestra ruta. Ahora lo que puedo hacer es aprovechar los orgasmos de risas con estos personajes tan particulares, que desean vivir sin preocuparse por nada más. Sólo vivir y disfrutar.
Donde sea, sea lo que sea, la música nos acompaña, desde un computador, una guitarra o nuestras voces y movimientos, que nos mantiene unidos en nuestro deje y aleje.
La noche transcurre incansablemente produciendo nuestros recuerdos y marcando con tinta negra y más colores este diario de vuelo joven y vividor.
Marcela dice ‘wow, no te estaba prestando atención Juli, perdóname!’, después de que le leo esta sencilla descripción de uno de mis libros interminables de recuerdos, experiencias y variedades, que comparto con muchos, desde mi libro, desde el de ellos, y desde los que los lean por casualidades de las vidas.
El humo sigue volando como gitanos que bailan a la música como si esa fuera el himno de su existencia. Estas tierras patojas caminadas por otras regiones, invocan música diversa para nuestros oídos y talentos. Más ponche-crema de Alexa para todos. Su sabor a chocolate, whisky y más crema nos endulza en la noche de amistades y amores de hermanos, compañeros y hasta graduandos; y humanos en especial. Le digo a Marcela que no me duerma para que en realidad deje de morderme el hombro, mientras Pablo toma ponche-crema, descansando de cantar y animar. El amor toca en la habitación pergamino y el silencio revolotea.
Más noches de juventud y disfrute me continúan, pero esta es como las demás; la mejor de todas, y una de la tanda de sueños cumplidos como esta noche de más amistad que cualquier otra cosa en la habitación de todos.
sábado, 1 de octubre de 2011
Viernes de contrastes.
Mientras me arde el corazón en miles de latidos continuos, escucho a Marcela cantar, cuando nunca pensé ni pensamos que cantaría de tal forma. Juan y Franco acompañando semejante pinta de artista brillar no por sus ridiculeces, sino por su pasión.
Sentir su energía reflejada en mi cuerpo, y lograr ver cómo ella penetra mi ser, en llantos de alegría internos, impulsados por el orgullo de alguien que ha logrado ser parte de mi existencia.
Muchos cigarrillos y una que otra cerveza, matizan este ambiente de juventud, destrucción y sonrisas que me hacen sentir parte de la persona que soy y de quienes están conmigo. Manuel fotografiando a Marcela y ella haciendo sus caras raras mientras imita con fuerza y a su propio estilo a Amy y The Cardigans, diciendo 'they tried to make me go to rehab' y 'love me, love me, say that you love me'.
La unión de todas estas percepciones me hace querer saltar, gritar y abrazar el cosmos y el destino que me convergen con Marce, mientras Diana toma cerveza con pitillo. el sonido del bajo y de mis latidos son discordantes, así que me aíslo de mis amigos mientras fumo y siento la música del alma de Marcela.
Hoy me lleno de nostalgia, de sueños cumplidos y no soñados, de decepciones simples, de belleza exterior invisible, de risas y dolores de corazón, mientras me fumo unos cigarrillos y contemplo a una mujer que grita al compás de la noche, con la melodía de su espíritu.
viernes, 30 de septiembre de 2011
Dónde Viven los Monstruos.
Acá les dejo una película para aquellos que creen que aún tienen un niño en su interior. Algo para aquellos que aún sienten que ese niño florece y sigue sobreviviendo en sus trastocadas y marcadas vidas. Una película para reír hasta el cansancio y hacer muecas diferentes a las que tienen rencor, a cambio de unas que están llenas de recuerdos. Dónde Viven Los Monstruos (Where The Wild Things Are?), dirigida por Spike Jonze, es una película basada en el libro de Maurice Sendak, que explora la mente de todos los seres humanos.
No es sólo una película infantil, ésa es sólo su cáscara. La película, a lo largo de la misma, nos identifica a todos nosotros como personas llenas de miedo, perdidas e indecisas en el mundo y nuestras relaciones sociales. Nos envuelve en un aire de arrepentimiento por muchas actuaciones nuestras a no hacer lo que de verdad estaba bien hacer, a ser valientes, a ser decididos y a ser maduros durante lo que fue nuestra infancia. Pero siempre, aunque las cosas estén mal, podemos cambiar nuestra perspectiva, y volver a ese estado de tranquilidad y positivismo, para reparar los hechos.
La película es una lección y una representación de nuestras vidas, que vale la pena ser vista. Una banda sonora divertida y dinámica, a cargo de Karen O (vocalista de los Yeah Yeah Yeahs) and the Kids, y Wake Up de Arcade Fire. Con una escenografía de animación virtual bastante estética, llamativa, agradable y muy imaginativa, Dónde Viven los Monstruos explora nuestros recuerdos para que nos demos cuenta que aún seguimos siendo el niño que creemos que fuimos.
domingo, 25 de septiembre de 2011
Mirando desde una ventana.
Cuando nos encontramos en algún recinto, siempre tendemos a preocuparnos y fijarnos en lo que nos está rodeando físicamente en ese momento y que, a la vez se encuentra fácilmente en el blanco débilmente mordaz de nuestra mirada. Pero jamás nos percatamos de que no sólo existen los objetos que nos están rodeando en ese momento, sino que hay algo mucho más grande y profundo que lo que percibimos con nuestras pupilas.
Me percato de diferentes objetos cotidianos y que en ciertas circunstancias dejan de serlo, pero miro hacia la ventana. Una vieja ventana, que es sólo vieja en concepto, y que ha sido rejuvenecida no sé cuántas veces, cerrada totalmente mientras observo hacia la calle. Es verdaderamente interesante ver que pasan tantas personas por un mismo lugar sin dejar una huella memorable. Cada persona hace su historia y su camino invisible en una roca destinada a ser libro. Tantas personas caminando siguiendo con sus vidas sin pensar en la de los demás, sumergidas en un egoísmo aislante y triunfante para sus propósitos en la vida.
Cuántas veces no me identifiqué con el mismo panorama, siendo yo, una de las personas que camina por la calle, y que en ese momento, observaba con un determinado desprecio inconsciente. Me daba cuenta que al caminar en esa inherente actitud, me generaba desprecio al observar a otros hacer lo mismo.
Después de ver la escena de egoísmo e indiferencia, perteneciente a nuestra propia naturaleza fuerte y caótica, me di cuenta que afuera había mucha brisa, pero que yo no la sentía. La ventana estaba totalmente cerrada, y por consiguiente el viento no lograba llegar hasta el interior. De esta manera, pude deducir que el simple hecho de que el viento rozara las calles y una pequeña pero muy verde planta, danzara al ritmo del aire brusco y dinámico, y que precisamente ese viento no me rozara, significaba que, en esa situación yo no participaba. Me había convertido en tan solo un espectador de la indiferencia, y que me encontraba en un recipiente hermético que no me permitía participar activamente en lo que estaba ocurriendo.
Por primera vez me di cuenta de que participo en algo con lo que no estoy de acuerdo, y lo peor de todo es que lo hago inconscientemente. Camino por la calle y no dejo una huella en el cemento, y me comprendo aparte de las demás personas que caminan por donde yo camino. Mientras tanto, yo sigo viendo a través de la ventana cerrada, mientras el viento no me toca momentáneamente.
sábado, 17 de septiembre de 2011
Prejuicios triviales.
Resulta complicado, en ciertas ocasiones, pasar desapercibido por las personas. Cuando llego tarde a una clase soy objeto de miradas de todo el mundo, mientras yo me mal-siento en mi puesto, saco mi agenda e intento borrar el sueño y el cansancio. Cuando llego a comprar alguna cosa. Cuando paso fumándome un cigarrillo mientras camino o me siento fuera de la universidad, me percato de que las personas que pasan, logran notarme.
A mí me tiene sin cuidado quién me mire y qué gesto haga. He llegado a pensar que es mi ropa, pero es diferente todos los días, así que no es eso. Mi cabello no tiene nada raro, pues está hecho del mismo material que el cabello de las demás personas. Mi cara es igual a la de todo el mundo, al igual que mi color de piel, así que tampoco.
Indagar con respecto a esto me llevó a pensar en la energía que logro manejar y desbordar, transmitiendo lo que pienso, siento y soy, en este espacio desbordado igualmente de gentes y mentes. Ya no me importa y ya me da igual lo que alguien pueda llegar a expresar sobre mí, o con qué prejuicios me bombardee, siempre voy a contrarrestar con miradas y sonrisas las dagas clavadas en mi espalda.
Que si miro raro a alguien en la calle; o si hago ciertos movimientos y ademanes extraños; si me río descontroladamente y me expreso de una manera fácilmente criticable; resulto ser yo. Me interesa hacer lo que hago y muchas cosas que no hago, sin importar las recompensas materiales que esto pueda conllevar.
Así como yo obtengo conocimiento y aprendo cosas de las demás personas, sobre ellos y sobre el mundo, las personas pueden hablar conmigo y obtener conocimiento y aprender muchas cosas desde otro punto de vista, y seguirán siendo prejuiciosos.
Realizo este pequeño comentario con el fin de que se sepa que hago lo que me gusta, a pesar de que me falte, y resulto ser parte del jardín, aunque tenga otro tono.
lunes, 12 de septiembre de 2011
Alturas ajenas.
No es sencillo gritar fuertemente, y menos cuando en realidad gritas con una razón, con una intencionalidad, con un impulso que empieza desde tu pelvis hasta terminar en el aire, y no precisamente de tipo sexual. No es sencillo mirar a todo el mundo desde la misma altura y que, por unos leves instantes, logres mirar por encima a quienes quieres y respetas; a las personas con las que sonríes a diario; a las personas con las que compartes y ocultas cosas. Muchas cosas resultan no ser muy sencillas.
Esta dificultad está, de muchas maneras, influenciada por la capacidades que creemos tener, sin darnos cuenta que las tenemos todas, y somos tan despistados que no tomamos la fuerza para explotar lo que puede cambiar al mundo.
Cada movimiento que hacemos está impregnado de algo que no sabemos siempre qué es, pero que se refleja y llega hasta quienes logran notar lo que hacemos día a día con nuestro cuerpo, nuestro objeto, y nuestro material. Estas pequeñas trivialidades que resultan ser importantes para nosotros, sólo son notadas por quienes sienten importancia hacia los mismo hechos y, en su intento de no estar solos, encuentran otras personas con las que tienen cosas en común.
Siempre queremos ser únicos, pero no nos damos cuenta que todos lo somos y que al mismo tiempo no lo somos porque, como todos queremos ser y somos únicos, somos exactamente iguales en este aspecto. Resulta ser un poco frustrante cuando hablo con alguien sobre música o alguna otra cosa:
-Me gusta mucho un grupo que se llama Adrianigual. La música de ellos me produce sentimientos fuertes y ganas de moverme sin parar. Deberías escucharlos.
-Ah, sí. Ya los he escuchado.
-Ah.
Me alborota los nervios cuando me doy cuenta que no soy el único en ciertos aspectos, y cada día me convenzo más de que en realidad somos iguales en autenticidad. Me sentiría mucho más a gusto en esa conversación si después me dijeran "No me gusta mucho esa música", a lo cual yo responderia que a mí sí, y que no me importa si a él no le gusta, yo disfruto de mis gustos y los exploto hasta tener orgasmos continuos.
Pero sé que siempre existirá esa diversidad de gustos, así como similitudes en ellos, y ahí es donde encontraré lo que es en realidad para mí, si es que merezco tener algo para mí. De todas formas, disfrutaré todos los días de ver a algunas personas por debajo, otras por encima, y otras por igual, desde mi propia altura, sin sentir el vértigo de que alguien me levante y me lance por los cielos cual ave que acaba de ser liberada.
Camino desde mi nivel, y no me interesa tener otro nivel, porque no quiero dejar de ser yo desde donde estoy, y no quiero volver a sentir que estoy en donde tengo la plena de seguridad que merezco cosas de otros y que no son mis propios dolores los que recibiré.
Esta dificultad está, de muchas maneras, influenciada por la capacidades que creemos tener, sin darnos cuenta que las tenemos todas, y somos tan despistados que no tomamos la fuerza para explotar lo que puede cambiar al mundo.
Cada movimiento que hacemos está impregnado de algo que no sabemos siempre qué es, pero que se refleja y llega hasta quienes logran notar lo que hacemos día a día con nuestro cuerpo, nuestro objeto, y nuestro material. Estas pequeñas trivialidades que resultan ser importantes para nosotros, sólo son notadas por quienes sienten importancia hacia los mismo hechos y, en su intento de no estar solos, encuentran otras personas con las que tienen cosas en común.
Siempre queremos ser únicos, pero no nos damos cuenta que todos lo somos y que al mismo tiempo no lo somos porque, como todos queremos ser y somos únicos, somos exactamente iguales en este aspecto. Resulta ser un poco frustrante cuando hablo con alguien sobre música o alguna otra cosa:
-Me gusta mucho un grupo que se llama Adrianigual. La música de ellos me produce sentimientos fuertes y ganas de moverme sin parar. Deberías escucharlos.
-Ah, sí. Ya los he escuchado.
-Ah.
Me alborota los nervios cuando me doy cuenta que no soy el único en ciertos aspectos, y cada día me convenzo más de que en realidad somos iguales en autenticidad. Me sentiría mucho más a gusto en esa conversación si después me dijeran "No me gusta mucho esa música", a lo cual yo responderia que a mí sí, y que no me importa si a él no le gusta, yo disfruto de mis gustos y los exploto hasta tener orgasmos continuos.
Pero sé que siempre existirá esa diversidad de gustos, así como similitudes en ellos, y ahí es donde encontraré lo que es en realidad para mí, si es que merezco tener algo para mí. De todas formas, disfrutaré todos los días de ver a algunas personas por debajo, otras por encima, y otras por igual, desde mi propia altura, sin sentir el vértigo de que alguien me levante y me lance por los cielos cual ave que acaba de ser liberada.
Camino desde mi nivel, y no me interesa tener otro nivel, porque no quiero dejar de ser yo desde donde estoy, y no quiero volver a sentir que estoy en donde tengo la plena de seguridad que merezco cosas de otros y que no son mis propios dolores los que recibiré.
sábado, 10 de septiembre de 2011
Como cuando los zapatos se mezclan en la calle.
Es normal estar en la calle. Es normal mirar. Es normal sentarse. Es muy normal estar solo. Lo que no es normal es cuando todas esas acciones y situaciones se juntan y forman un ejército que nos produce desespero mientras esperamos a alguien más. Lo único en lo que pensamos hacer es mirar a todas partes entre los manotazos de personas que van pasando, por si aparece esa persona.
Yo me aburrí de hacer lo mismo y me puse a ver calzados. Como soy pequeño, me siento y quedo muchísimo más bajo, entonces es más fácil para mí visualizar toda esta diversidad estética igual de grande a la diversidad de culturas, vidas y pensamientos habidos y por haber. Mientras mi espacio y otros más se acoplaban a la noche inmediata, llena de nubosidades y de una luna cobarde que se escondía tras ellas, empecé a observar el aura de quien pasaba. Mujeres con tacones color negro, gris, rojo, verde, y hasta con escarcha; botas de todos los colores y materiales que pasaban imponentes frente a mí; zapatos de cuero disgustosamente formales; tennis deportivos y otros de muchos colores brillantes; por último, tennis de tela de todos los colores y estilos. Ahí estaba yo, pero sentado.
Empecé a ver todos estos calzados y luego a mirar quién los usaba. ¿Para qué decidir si usar un tipo de calzado u otro, si todos sirven para caminar? Claro, la estética. Todos tenemos una personalidad, y la estética se encuentra ligada siempre a esta forma de pensar. Entonces usamos tacones o usamos sandalias.
Pero difiero rotundamente en eso de que la gente que piensa parecido o que tiene personalidades afines se la pasa junta. Observé botas de cuero verdaderamente burdas, caminando conjunto a un par de tacones cafés y una botas felpudas; observé dos sandalias de cuero con un par de Converse.
Muchos calzados muy diferentes logran convivir unos con otros, chocarse, rozarse, caminar, sentir el agua y ensuciarse de las mismas risas. Lo que más logró conmoverme fue ver dos pares de Converse, verdes y rosados, caminando juntos besándose mientras otro par caminaba lejos encerrado en su soledad.
La plaza recibe manotazos de calzados por momentos. En un instante hay varios calzados rondando sobre ella, y en otro momento deja de ser un espacio relevante y existente para todas las personalidades. Y de repente bajo la mirada y veo mis tennis Converse color rojo, y una colilla de cigarrillo en la mitad, apagada, mientras yo observaba todo este acontecimiento.
Las luces del centro logran iluminar todos estos pensamientos que rozan el suelo y nos permiten romper comunicación con la energía de la tierra, para brindarnos contacto con la comodidad y la estética. La luna se sigue escondiendo en las nubes y la noche llega implacable como una puñalada en el cráneo.
Mis tennis siguen encerrando esa colilla de un cigarrillo que me acompañó en mi abstracción y visión de nosotros mismos a través de los zapatos que usamos diariamente, y cómo los variamos todos los días, los años, las vidas. La luna se sigue escondiendo.
Yo me aburrí de hacer lo mismo y me puse a ver calzados. Como soy pequeño, me siento y quedo muchísimo más bajo, entonces es más fácil para mí visualizar toda esta diversidad estética igual de grande a la diversidad de culturas, vidas y pensamientos habidos y por haber. Mientras mi espacio y otros más se acoplaban a la noche inmediata, llena de nubosidades y de una luna cobarde que se escondía tras ellas, empecé a observar el aura de quien pasaba. Mujeres con tacones color negro, gris, rojo, verde, y hasta con escarcha; botas de todos los colores y materiales que pasaban imponentes frente a mí; zapatos de cuero disgustosamente formales; tennis deportivos y otros de muchos colores brillantes; por último, tennis de tela de todos los colores y estilos. Ahí estaba yo, pero sentado.
Empecé a ver todos estos calzados y luego a mirar quién los usaba. ¿Para qué decidir si usar un tipo de calzado u otro, si todos sirven para caminar? Claro, la estética. Todos tenemos una personalidad, y la estética se encuentra ligada siempre a esta forma de pensar. Entonces usamos tacones o usamos sandalias.
Pero difiero rotundamente en eso de que la gente que piensa parecido o que tiene personalidades afines se la pasa junta. Observé botas de cuero verdaderamente burdas, caminando conjunto a un par de tacones cafés y una botas felpudas; observé dos sandalias de cuero con un par de Converse.
Muchos calzados muy diferentes logran convivir unos con otros, chocarse, rozarse, caminar, sentir el agua y ensuciarse de las mismas risas. Lo que más logró conmoverme fue ver dos pares de Converse, verdes y rosados, caminando juntos besándose mientras otro par caminaba lejos encerrado en su soledad.
La plaza recibe manotazos de calzados por momentos. En un instante hay varios calzados rondando sobre ella, y en otro momento deja de ser un espacio relevante y existente para todas las personalidades. Y de repente bajo la mirada y veo mis tennis Converse color rojo, y una colilla de cigarrillo en la mitad, apagada, mientras yo observaba todo este acontecimiento.
Las luces del centro logran iluminar todos estos pensamientos que rozan el suelo y nos permiten romper comunicación con la energía de la tierra, para brindarnos contacto con la comodidad y la estética. La luna se sigue escondiendo en las nubes y la noche llega implacable como una puñalada en el cráneo.
Mis tennis siguen encerrando esa colilla de un cigarrillo que me acompañó en mi abstracción y visión de nosotros mismos a través de los zapatos que usamos diariamente, y cómo los variamos todos los días, los años, las vidas. La luna se sigue escondiendo.
martes, 30 de agosto de 2011
El cuidador de carros que sabía cantar.
Eran cerca de las seis y treinta de la tarde de un domingo normal en Popayán, cielo gris y clima cambiante, cuando decidí ir a Olímpica y comprar una gaseosa y unas batería para poder tomar fotos con mi cámara compacta. Mi sencilla misión se llevó a cabo satisfactoriamente, así que decidí volver a casa y continuar mi jornada, con la bolsa en una mano y un Marlboro rojo en la otra. En el trayecto de una avenida y cuatro cuadras, cuando me encontraba en la mitad de la avenida se me acercaron dos jóvenes, de unos 14 y 15 años, en una bicicleta cada uno.
-Disculpe amigo, ¿me regala un plon?
-Sí, claro- dije pasando mi cigarrillo a los desconocidos-.
-¿Y esto no tiene nada?
-No, es cigarrillo común y corriente.
-O sea que no tiene hierba.
-No.
-Ah, ¿y usted no sabe dónde podemos conseguir?
-No, la verdad no. Yo no compro hierba.
-Pero, ¿pero usted consume?
-Sí, pero siempre me fumo la de mis amigos.
-¿Y nosotros dónde podemos comprar?
-De pronto por La Ermita, pero no estoy seguro- ya quería librarme de los jóvenes, puesto que ya estaba afanado-.
-¿Y dónde queda eso?
-Bien en el centro- en ese momento me pareció sospechoso que una persona que viviera en Popayán no supiera dónde queda La Ermita, pero no presté atención a ese detalle-.
-¿Y si nosotros le traemos a vender a usted por acá? Pero bien barato.
-No sé. No creo. Es que yo no compro, mis amigos sí.
-Por eso, hable con sus amigos y compran.
-Pues yo les digo mañana porque no he hablado con ellos.
-Listo, ¿y no tiene algún número para llamarlo? Porque para encontrarlo está difícil.
-Sí, pero casi no lo uso.
-No pero dénoslo.
-No pues me buscan y listo.
-¿Ese es su celular?- señalando con la boca a mi pantalón-.
-Sí, pero casi no lo uso.
-Dénos el celular- con mirada y movimientos disimulados se me fueron acercando de frente, así que me alerté-.
-Ah, estos hijueputas.
Inmediatamente me devolví la mitad de la avenida y volví al supermercado que estaba a una cuadra. Resguardado en la confiable seguridad del exterior de un supermercado, me empecé a fumar un cigarrillo mientras esperaba a que los tipos se cansaran de intentar robarme sin éxito y se fueran.
-Jóven, ¿no tiene un cigarrillo que me regale?
-Sí, por supuesto, no hay ningún problema.
-Muchas gracias.
El señor que cuidaba los carros, de vestimenta deteriorada, me miró con cierto interés y agradecimiento por haberle regalado un cigarrillo.
-Mire aquí tengo candela para que lo prenda.
-No, gracias. Es para el frío, pero después. Aún no he comido nada hoy.
-Canta usted muy bonito- le dije-.
-Muchísimas gracias. Nadie me lo había dicho. De verdad se lo agradezco.
-No, en serio. Canta muy bonito.
-¿Cómo se llama, jóven?
-Julián, ¿y usted?
-Uriel.
-Se llama como mi papá.
-Ah, ¿también se llama Uriel? Vea pues.
-Sí. Usted debería explotar el canto un poco más, le puede salir algo en cualquier momento.
-Gracias, pero no tengo dinero para nada, así que es sueño perdido.
Me llamó la atención, en primer lugar, que este hombre, que apenas me había pedido un cigarrillo, fuera tan amable y se llamara igual que mi papá. El hecho de que cantara me había parecido interesante, puesto que lo había escuchado cantar muchas veces cuando iba al supermercado.
-Ahorita dos muchachos me intentaron robar.
-¿En serio? Menos mal no lo alcanzaron a robar. Si quiere lo acompaño por si están todavía por ahí.
-No señor, no hace falta.
Después de unos cinco minutos de charla, logré descubrir a una persona negativa, pero con talento. Le dije que buscara ayuda en iglesias y cosas por el estilo, puesto que me había dicho que él estaba al servicio del Señor. Entonces me pareció lo más conveniente.
Al pisar el filtro de mi cigarrillo después de haberlo consumido, me despedí de Uriel con un apretón de manos y un 'sea positivo', seguido de su cabeza asintiendo a mi sugerencia. Los ladrones ya no estaban, y cuadras más adelante me llamó mi mamá, preguntándome "¿Qué me cuenta hijo?", y yo, como siempre, dije "Nada ma'."
Como suelen decir las madres estas tierras, "Las cosas pasan por algo", para darle una explicación a los hechos de cualquier índole que ocurren. De esta manera concluye mi actividad interesante del domingo en Popayán, pues si no hubiera ocurrido, habría sido como otro día normal en el que no pasa nada.
Como suelen decir las madres estas tierras, "Las cosas pasan por algo", para darle una explicación a los hechos de cualquier índole que ocurren. De esta manera concluye mi actividad interesante del domingo en Popayán, pues si no hubiera ocurrido, habría sido como otro día normal en el que no pasa nada.
martes, 16 de agosto de 2011
Héroe banal.
Luchar contra las mareas de la distancia es menester de héroes, y claramente yo no soy un héroe. Resquebrajar y pulverizar las murallas del tiempo hasta convertirlas en banal polvo que estorba la existencia es cuestión de magia y fuerza. Aniquilar a la feroz y melancólica bestia del espacio, y convertirla a través de un abrazo del todopoderoso cielo, y al mundo entero en un pequeño volumen, para poder abrazarnos los dos, es trabajo de domadores. Claramente no soy nada de eso.
Para un banal ser humano es difícil cruzar el mundo entero, así como cruzar a la eternidad. Para un banal ser humano, dar un beso cariñoso sin un incentivo, es vacío. Para un banal ser humano es difícil sonreír sin el puchero y la mueca adecuada. Para un banal ser humano es difícil hablar si no existen las palabras ni las cosas que hay que decir. Para un banal ser humano es imposible inspirarse sin una musa y un espíritu interior que lo ejerza y lo sienta todo.
Puedo ser un banal ser humano que se masturba hallando clímax en medio de otros banales seres humanos que se masturban hallando el clímax de sus sentidos, así como puedo estar fuera de la pecera del placer y del estereotipo. Puedo ser un banal ser humano que se enamora en el mar lejano y que se inspira con la luna y las estrellas, así como puedo inspirarme en tu mirada y enamorarme en tu piel lejana y cercana. Puedo ser un banal ser humano, así como puedo dejar de serlo, o ser ambos.
El umbral de mi humanidad se encuentra en un ser humano como yo, pero se encuentra en tí, que has dejado de ser un banal ser humano y has salido de la jaula roída por el pensamiento colectivo y multitudinario, y has danzado en la selva de cielos rojos y tierras multicromáticas, para mostrarte como mi reflejo e introducirme a donde ya me encontraba. Cruzando ese umbral nos encontramos los dos, con una sonrisa peculiar, que elimina nuestra banalidad. Gracias a este umbral puedo correr contra el mar, cruzar esas murallas e hipnotizar a esa bestia, para convertirme en tu héroe personal. Un héroe en nuestra selva, y un banal ser humano en el resto de la existencia.
Para un banal ser humano es difícil cruzar el mundo entero, así como cruzar a la eternidad. Para un banal ser humano, dar un beso cariñoso sin un incentivo, es vacío. Para un banal ser humano es difícil sonreír sin el puchero y la mueca adecuada. Para un banal ser humano es difícil hablar si no existen las palabras ni las cosas que hay que decir. Para un banal ser humano es imposible inspirarse sin una musa y un espíritu interior que lo ejerza y lo sienta todo.
Puedo ser un banal ser humano que se masturba hallando clímax en medio de otros banales seres humanos que se masturban hallando el clímax de sus sentidos, así como puedo estar fuera de la pecera del placer y del estereotipo. Puedo ser un banal ser humano que se enamora en el mar lejano y que se inspira con la luna y las estrellas, así como puedo inspirarme en tu mirada y enamorarme en tu piel lejana y cercana. Puedo ser un banal ser humano, así como puedo dejar de serlo, o ser ambos.
El umbral de mi humanidad se encuentra en un ser humano como yo, pero se encuentra en tí, que has dejado de ser un banal ser humano y has salido de la jaula roída por el pensamiento colectivo y multitudinario, y has danzado en la selva de cielos rojos y tierras multicromáticas, para mostrarte como mi reflejo e introducirme a donde ya me encontraba. Cruzando ese umbral nos encontramos los dos, con una sonrisa peculiar, que elimina nuestra banalidad. Gracias a este umbral puedo correr contra el mar, cruzar esas murallas e hipnotizar a esa bestia, para convertirme en tu héroe personal. Un héroe en nuestra selva, y un banal ser humano en el resto de la existencia.
domingo, 14 de agosto de 2011
No estoy solo.
Siempre decimos que nacemos solos y morimos solos, pero el trayecto no lo hacemos solos. Que somos únicos e irrepetibles, también. Pero se pueden hallar cosas bastante interesantes en el pedregoso camino del caprichoso transcurrir del ser humano a lo largo de su vida.
Y me doy cuenta de algo bastante sencillo. Que aunque en el camino nos encontremos cosas tan diferentes y tan opuestas, la afinidad que puede existir entre dos espíritus anormales es realmente grande y, sobretodo, interesante, poderosa y especial. Caminar por la calle y encontrarse con tantas personas es verdaderamente abrumador, porque podemos pasar al lado de un mejor amigo, un novio, un compañero o alguien trascendental para la vida de cada flor que crece hasta morir. La cuestión es, ¿para cuándo vamos a tener a esa persona acompañándonos en nuestro sendero de perdición y transformación?, ¿y por cuánto tiempo? Efectivamente no tenemos ni la más mínima de idea de esas preguntas sobre el destino, el tiempo y el espacio.
Sonreír a diferentes hechos es algo bueno siempre y cuando ocurran de verdad, puesto que vivimos más tiempo en esta dimensión corpórea, decadente y trastornada, que en la otra dimensión dependiente de nuestros pensamientos, deseos y temores. Pero cuando estás cruzando estas dimensiones todo el tiempo, y te encuentras con otro espíritu que las traspasa rápidamente, creando lo mismos trastornos que tú tienes y que piensas que nadie más tiene, mueres. Cuando pensabas que nadie encuentra en un cuerpo anti-cotidiano la verdadera esencia de su espíritu, encuentras otro cuerpo exactamente igual, solo que mutuamente se encuentra el punto de convergencia para desnudad ambos espíritus a la luz de la luna y darse cuenta que la soledad es sólo una deficiencia y una debilidad mental.
Pegarse a la soledad es tener problemas, porque aunque corpóreamente estemos solos, estamos acompañados espiritualmente por otras personas más, que están viajando de dimensión todo el tiempo, y tienen sus espacio-tiempo trastocados grandemente, y producen una sonrisa de satisfacción y de felicidad al saber que no importa nada, sólo ser nosotros, seguir viajando, pero acompañados en la lejanía con otros cuerpos y espíritus.
Y me doy cuenta de algo bastante sencillo. Que aunque en el camino nos encontremos cosas tan diferentes y tan opuestas, la afinidad que puede existir entre dos espíritus anormales es realmente grande y, sobretodo, interesante, poderosa y especial. Caminar por la calle y encontrarse con tantas personas es verdaderamente abrumador, porque podemos pasar al lado de un mejor amigo, un novio, un compañero o alguien trascendental para la vida de cada flor que crece hasta morir. La cuestión es, ¿para cuándo vamos a tener a esa persona acompañándonos en nuestro sendero de perdición y transformación?, ¿y por cuánto tiempo? Efectivamente no tenemos ni la más mínima de idea de esas preguntas sobre el destino, el tiempo y el espacio.
Sonreír a diferentes hechos es algo bueno siempre y cuando ocurran de verdad, puesto que vivimos más tiempo en esta dimensión corpórea, decadente y trastornada, que en la otra dimensión dependiente de nuestros pensamientos, deseos y temores. Pero cuando estás cruzando estas dimensiones todo el tiempo, y te encuentras con otro espíritu que las traspasa rápidamente, creando lo mismos trastornos que tú tienes y que piensas que nadie más tiene, mueres. Cuando pensabas que nadie encuentra en un cuerpo anti-cotidiano la verdadera esencia de su espíritu, encuentras otro cuerpo exactamente igual, solo que mutuamente se encuentra el punto de convergencia para desnudad ambos espíritus a la luz de la luna y darse cuenta que la soledad es sólo una deficiencia y una debilidad mental.
Pegarse a la soledad es tener problemas, porque aunque corpóreamente estemos solos, estamos acompañados espiritualmente por otras personas más, que están viajando de dimensión todo el tiempo, y tienen sus espacio-tiempo trastocados grandemente, y producen una sonrisa de satisfacción y de felicidad al saber que no importa nada, sólo ser nosotros, seguir viajando, pero acompañados en la lejanía con otros cuerpos y espíritus.
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