Mientras Laura se fumaba sus últimos plones, y Marcela pedía más porro entre carcajadas y expresiones características de ella, Chan dibujaba con los lápices y papeles que acababa de recibir como regalo de Pablo. Nata cantaba a medio pulmón puesto que había escuchado más fuertemente su voz en una ocasión anterior. Entre la música y las voces, escuchaba particularmente la fricción del lápiz de Chan con el papel. Una mente que siempre me ha llamado la atención, por su sabio y suave tono. Cómo se estará reflejando en el papel ese conocimiento y todas esas experiencias de su línea de vida.
Se escucha la canción de todos nosotros cantándole el Happy Birthday a Ibagué, mientras él hace caras serias, e inmediatamente después, Marcela regando el ‘ponche-crema’ hecho por Alexa. Había gustado mucho del brebaje y luego lo regaba. Se siguió rotando el liderazgo de las canciones y cada viaje se encontraba en la pared verde desgastado que siempre presenciaba nuestros encuentros con la música, el trago, el cigarrillo, y muchos más grandes viajes que nunca se repetirán.
Marcela continuaba haciendo sus típicos comentarios de sobriedad y sus trabas.
Laura reía a la par con Pipe hasta sentir la orina entre sus leguis, por todos aquellos recuerdos y agradecimientos a estas personas a las cuales confiaba este vuelo. ‘¡Cómo puta mierda!’, Marcela profesaba mientras reíamos e Ibagué preguntaba muy serio que quién quería más. Me impresiona siempre cómo todos pensamos diferentes cosas, y hablamos entre varios, entendiendo y riendo de todo.
Marcela seguía haciendo caras cómicamente en todas las dimensiones, mientras se afligía por nuestras diversiones hacia ella.
‘Flaca’ cantamos todos imitando alegremente a Calamaro, y Marcela se tiraba toda armonía grupal. Nata se reía siempre de Marcela al decir ‘Miiiiiiiiiiii, marica mi Mí es el mejor’, mientras decía quién cantaba y tocaba. Camilo sonriendo y cerrando sus ojos para enfocar más su temporal universo, y el coste cantaba tímidamente.
Más explosiones de risas dedicadas a Marcela que al parecer siempre toma el puesto de centro de atención por sus peculiaridades. Más personas cantando diferentes canciones y ruidos extraños de la diminuta boca de Laura.
Carito sobria pero sintonizándose con nuestras trabas como si tuviera un radar que captara nuestras energías de estas trabas muchas de nuestro diario de vuelo.
Siempre recordaré la confianza de nuestras trabas para seguir entonados juntos en cada risa y momentos de pérdida grupal de todo nuestro entorno, confinado a esta habitación tan paciente y leal.
Tirando pelotas de volleyball de otros mundos en este colectivamente mundo real, logro encontrar muchos lazos que nos amarran y crean un nudo insolucionable que nos obliga a disfrutar de nuestras presencias cotidianamente.
Ya siento más calmada y controlada esta traba de energía, que hace que no quiera salir y que quiera controlar el tiempo para que siga siendo la 1:48 de la mañana de un domingo cálido. Me niego a tomar porque la traba me es suficiente, y quiero seguir viendo a mis amigos con el mapa de la hierba. Ahora la traba no es con hierba sino con momentos que luego comentaré a las personas que sigan en mi inconstante línea de compañías y personas especiales.
Soy de los partidarios de lo que dice Cortázar; de que la vida es un bus y se sube y baja gente que nos acompañará por un tiempo en nuestra ruta. Ahora lo que puedo hacer es aprovechar los orgasmos de risas con estos personajes tan particulares, que desean vivir sin preocuparse por nada más. Sólo vivir y disfrutar.
Donde sea, sea lo que sea, la música nos acompaña, desde un computador, una guitarra o nuestras voces y movimientos, que nos mantiene unidos en nuestro deje y aleje.
La noche transcurre incansablemente produciendo nuestros recuerdos y marcando con tinta negra y más colores este diario de vuelo joven y vividor.
Marcela dice ‘wow, no te estaba prestando atención Juli, perdóname!’, después de que le leo esta sencilla descripción de uno de mis libros interminables de recuerdos, experiencias y variedades, que comparto con muchos, desde mi libro, desde el de ellos, y desde los que los lean por casualidades de las vidas.
El humo sigue volando como gitanos que bailan a la música como si esa fuera el himno de su existencia. Estas tierras patojas caminadas por otras regiones, invocan música diversa para nuestros oídos y talentos. Más ponche-crema de Alexa para todos. Su sabor a chocolate, whisky y más crema nos endulza en la noche de amistades y amores de hermanos, compañeros y hasta graduandos; y humanos en especial. Le digo a Marcela que no me duerma para que en realidad deje de morderme el hombro, mientras Pablo toma ponche-crema, descansando de cantar y animar. El amor toca en la habitación pergamino y el silencio revolotea.
Más noches de juventud y disfrute me continúan, pero esta es como las demás; la mejor de todas, y una de la tanda de sueños cumplidos como esta noche de más amistad que cualquier otra cosa en la habitación de todos.
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