Las experiencias de amistad logran formarse entre desconocidos, conocidos, amigos y hermanos. Baladas y risas con una fluidez intercontinental.
Cigarros, hierba, hasta una bomba; todos acompañados del humo danzarín, que tiene por escenario esta habitación verde desgastado, que ahora tenía un toque cítrico. Marcela y su rojizo que ya le he dicho que me encanta, y cada vez que fuma y se queda mirando al vacío mientras elimina sus pesares, estaba a mi lado consagrando este momento en nuestras risas y recuerdos.
A Nati siempre la veré en su encinte, con su aire gitano y de mujer espectacular, como si sólo el mundo existiera para hacernos gozar y disfrutar todas las mañanas, noches y atardeceres. Mientras miro a Pame, puedo decir que en todos los lados y dimensiones, será la mujer fresca, tranquila y maravillosa que sé que es. La musiquita toma el tinte de Pablito, que es tierra de mi tierra, mezclada con carisma, plenitud y comedia. nos encontramos en una posición geográfica que no está en ningún mapa. Sólo aparece en nuestra mente.
Las historias de vida, amorosas, dolorosas o relevantes, se han olvidado porque el tiempo ahora es de una noche. Con desorden o sin desorden mental, espacial, dimensional o personal, la música penetra a cualquiera, a un momento de plenitud que se sabe que es temporal, pero que también se sabe que se debe disfrutar al máximo. Verdes, verdes, personas verdes en la pared que cuentan sus historias, proyectadas por la luz de la habitación que crea estas sombras. No hay más que estas sombras en la pared. No hay más que esto aquí conmigo.
"¡Oh! ¡Fuera! Sigue escribiendo." Me dice Marcela al reírse porque le preguntamos que si ya había intimado con su novio, aunque yo ya supiera la respuesta. Y las conversaciones fluyen al sonido de un violín. Y estamos en un concierto bello e inigualable, de palabras y risas.
Rompamos los vidrios de mentiras con golpes de gracia y comedia, para que las flores no se pisen ni se marchiten en nuestra juventud. Estupideces y corduras interpuestas entre frío, velos levantados, y colores de ropa bonita.
Y quiero más, porque estoy en el limbo de dos mundos, con las ondas tranquilas de mis pensamientos. Voces desenfocadas del tiempo, mientras la luz toma un filtro cálido y selvático. Tomaré la mirada de la amistad y disfrutaré del juego.
La oscuridad ha terminado y nos metemos en caminitos de cielo, dibujados por nuestras propias manos y con todos nuestros sentidos. No pararé, ni nadie parará hoy, en minutos y horas, que es nuestra única línea de tiempo
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