sábado, 19 de noviembre de 2011

Días no tan aburridos.

Nos encontramos en la diversidad. Nos encontramos en un lugar donde hay tantos tipos de camisetas manjares como nuestra vida no logrará deleitar. Incluso, nos encontramos en un lugar donde hay tantos tipos de cabellos, como condones usados y por usar hay, sin contar las experiencias sexuales. Y tenemos que ser conscientes de eso.

Las historias de vida son todas diferentes, aunque muchas se intersecten con muchas otras. Pero el estar sentado viendo cómo todas se intersectan mínimamente, resulta ser agotador para una sola persona, además de subjetivo.

Ver motos, automóviles, bicicletas y hasta pies por todas partes es interesante por su diversidad, pero desde otro punto de vista, un poco más general, ver lo mismo termina por hastiarme de las calles, de la gente y de mi entorno. Hasta el mismo cielo empieza a aburrir, así siempre tenga colores diferentes cada segundo que pasa en el universo y en el pedacito de atmósfera que mis características visuales logran observar, por cuestiones biológicas.

Nos encontramos en un mundo de lo mismo, pero diferente, y al ser subjetivo yo, y al ser subjetivos todos, es donde le damos ese tinte de diversidad a nuestro entorno. Las cuestiones culturales y las líneas personales siempre conllevan a diferentes interpretaciones de los acontecimientos y de las cosas que llegamos a percibir aleatoriamente.

Pero bueno, la mujer que pasa al frente mío con una falda blanca de flores rojas y verdes, resultaría diferente si pasara con un pantalón marrón y botas altas. ¿No resulta interesante, y hasta entretenido pensar en eso?

El tiempo pasa y tengo una arañita verde corriendo a lo largo de mi brazo descubierto, ambos chupando frío porque no me dan ganas de abrigarme. Se cae esta arañita verde cumbia al intentar luchar contra la gravedad, como si sus intentos de rebeldía hacia la naturaleza que la creó, tuvieran un efecto positivo para ella.

Y mi monótono momento pasó a una clasificación diferente. Ya no soy una persona sola y aburrida viendo pasar gente mientras empieza a atardecer, sino que soy una persona aburrida que ve pasar gente con la compañia de una arañita verde que reta a la gravedad mientras empieza a atardecer, como supongo, muchas otras personas. ¿Será que la gravedad hace caer todo, así no esté compuesto por materia?

Y el cielo empieza a atardecer y veo un plano color azul con pincelazos de todos cálidos. Tal vez, siendo más exacto, es como si hubieran aruñado o rasgado esa pared azul y detrás existiera un viejo tapiz cálido, como si la felicidad y la fraternidad hubiera sido teñida de frialda y falacias entristecedoras. Después de todo, la existencia y la soledad momentánea no son tan aburridas, ni tan iguales a todas las demás soledades y demás existencias fragmentadas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario