A mí me tiene sin cuidado quién me mire y qué gesto haga. He llegado a pensar que es mi ropa, pero es diferente todos los días, así que no es eso. Mi cabello no tiene nada raro, pues está hecho del mismo material que el cabello de las demás personas. Mi cara es igual a la de todo el mundo, al igual que mi color de piel, así que tampoco.
Indagar con respecto a esto me llevó a pensar en la energía que logro manejar y desbordar, transmitiendo lo que pienso, siento y soy, en este espacio desbordado igualmente de gentes y mentes. Ya no me importa y ya me da igual lo que alguien pueda llegar a expresar sobre mí, o con qué prejuicios me bombardee, siempre voy a contrarrestar con miradas y sonrisas las dagas clavadas en mi espalda.
Que si miro raro a alguien en la calle; o si hago ciertos movimientos y ademanes extraños; si me río descontroladamente y me expreso de una manera fácilmente criticable; resulto ser yo. Me interesa hacer lo que hago y muchas cosas que no hago, sin importar las recompensas materiales que esto pueda conllevar.
Así como yo obtengo conocimiento y aprendo cosas de las demás personas, sobre ellos y sobre el mundo, las personas pueden hablar conmigo y obtener conocimiento y aprender muchas cosas desde otro punto de vista, y seguirán siendo prejuiciosos.
Realizo este pequeño comentario con el fin de que se sepa que hago lo que me gusta, a pesar de que me falte, y resulto ser parte del jardín, aunque tenga otro tono.
Pues su cabello, aunque exactamente su corte, sí es particular.
ResponderEliminarY no sólo es una mirada intrigante, sino también unos ojos de un color envolvente ... es en serio, jeje, es un color muy muy interesante y llamativo sin necesidad de detallarlo demasiado.