Abro los ojos y me encuentro en una callejuela oscura, con una luz naranja iluminando el asfalto. Arriba está la luna, y llena por supuesto, aunque quisiera tenerla abajo para patearla y entretenerme mientras camino. Veo un gato. No. Es una mariposa. Bueno no. La verdad es una jirafa. Y me mira con esos ojos de 'Hola, quieres que te ayude?'', aunque yo no conozco esos ojos, y además están demasiado arriba y lejos así que no los veo, porque soy bajo. Pero me miró con esos ojos desconocidos. Y era verde. Tal vez era por la luz, como si el color de la luz y el de su piel fueran témperas y se mezclaran en ese pelaje alargado para dar otro color, es decir verde. Salió corriendo.
No sabía que las jirafas tuvieran alas, y mucho menos las verdes con luz naranja, pero bueno. Cada jirafa verá si quiere tener alas o no. Y no como las gallinas, voló! Quedé boquiabierto así que saqué una banca de mi bolsillo y encontré un cigarrillo encendido y esperé. Es que cuando uno ve a una jirafa verde volando es mejor esperar para ver a dónde se va. Y se fue. Se fue muy arriba. Demasiado arriba.
Las jirafas son jirafas porque no son como los humanos. Ella me trajo la luna, arrastrándola con un látigo y cadenas. Pobre luna que vino hasta donde yo estaba sentado para dejar que yo la pateara mientras reanudaba mi trayecto. Esperen! ¡¿Para dónde voy?! Ah sí, para allá. Gracias mi amor. Debería darte un beso sensual como aquellos, pero no te los doy, porque prefiero intercambiar una mirada contigo, y hacer que imagines todo lo que tu quieras, porque es más bonito imaginar muchas cosas, ya que todo sale exactamente como lo queremos, y, para colmo, perfecto. Si lo hacemos no queda perfecto y pensaremos, ''salió mejor en mi mente'', pero así son las cosas. Iré por unos cigarrillos y unos dulces.
Me pintaré a mí mismo en un pedazo de servilleta. Pero no tengo espejo así que me imaginaré, y me dibujaré para tí, para que me recuerdes y sonrías. Dibujaré unos ojos como los míos con una mirada como la mía cuando te miro, para que mires los ojos de servilleta así como miras los ojos que pintan a los de servilleta. Te daré una colilla de cigarrillo, solo para que la guardes, y recuerdes que la saliva que queda aún ahí, salió de la boca que te daba besos cariñosos y fuertes. Hasta que te fuiste.
Te fuiste. Te fuiste. Te fuiste, y te volviste a ir. Y me quedo yo solo en un callejón, el callejón que caminábamos siempre; el callejón en el que nos besábamos, nos abrazábamos; el callejón en el que fumábamos y bebíamos lo que quisiéramos; el callejón en el que decíamos lo que pensábamos; el callejón en el que mirábamos la luna y brillaban nuestros ojos al verla y al vernos y sentirnos juntos; el callejón por el que salíamos caminando muchas noches juntos. Tu y yo. Yo y tu. Ahora salgo solito fumando y sentado pateando una luna que me trajo una jirafa voladora de color verde a la que no le puedo ver los ojos. Espero también estés haciendo eso también, para hacerlo juntos.
quiero ver esa jirafa, que lástima que se vaya, yo también la extrañaré
ResponderEliminarjejejejejeje
me da pereza leer tanto mentiras :D manufo
ResponderEliminardebo decir que el inicio es algo confunso por el tipo de descripciones que das.. a veces se recargan mucho y no logran dar fluidez pero en general vayaaa inspiracion!! me gusta. congrats julian sigue asi! ;)
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