Mis manos tiemblan y corren. Corren y me hacen correr. Porque ando en un universo paralelo a mis sentimientos. Ahora las calles son de flores marchitas y mi comida me ruega que no me la coma. Pero debo. Los cigarrilos son de muchos colores y con muchos estados de ánimo. Las personas ahora se saludan en la calle y son muy amigables en conjunto. Y solos, son como siempre: Así. Sí, así.
Voy a ir a comprar un ponqué de madera color dorado porque mi habitación ahora sí que está sola, está perdida y debo encontrarla. Y qué mejor que un ponqué de madera dorada para atraer a tu coraza junto a tí. Se siente celestial tocar tu almohada después de que tu cabeza solo toca el viento y nada más. Es como ir volando. Si volar fuera divertido las aves nunca tocarían tierra, pero se aburren y por eso se posan en un árbol en cualquier sitio. Quisiera poder recoger las flores que son de la calle y sembrarlas donde nadie las pise, y poner música con ellas y bailar, fumarme uno que otro cigarrillo para reflexionar un poquito sobre por qué la luna es tan aguafiestas y no baja a bailar y a fumar. Ese no ees su trabajo. Pero debería tener vacaciones.
Es muy chevere cuando te sientas a charlar con la luna de no sé dónde, a reir y a comer helado, fumar un cigarrillo y hasta quedar ebrios. Y luego terminar besando a la luna y acostándome con ella parra despertar en soledad como siempre. Bueno, no ha pasado, pero me imagino que debe ser chevere. Pero yo creo que nosotros juntos pues es habrá de ser mejor. Soñar es bonito pero cuando se sueña despierto. Así vivimos el sueño y no tenemos que despertar queriendo volver a soñar eso y estar bien. Es que esos universos son conflictivos. Mi mente y mi bestia no son amigos. Solo cabe decir que la bestia es grande. No sé qué es, pero es bestia, muy bestia. Mi mente es mi mente, eso es. Y ni modo de ponerlos juntos porque es como decirle a un perro que baile tango con un hipopótamos en un barco que navega en el desierto, mientras yo los filmo. Divertido. No. Vamos.
Le diré que un abrazo es bonito. Le compraré un ponqué con flores, y le diré que tiene mucho encanto, aunque no lo tenga, pero lo tiene. Esa forma de callar gritando es muy bonita y me hacer querer abrir su boca a la fuerza para sacarle una sonrisa grandísima y yo poder decir que lo sabía. Vamos. Ay vamos. Yo sé que sí. Pues porque yo soy así, creo. Exacto: Así.
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