Las noches brillan constante cuando es su momento de iluminar las tristezas de muchos mortales, pero ellas no las vuelven felices, a menos de que nosotros escojamos pasarnos al otro extremo. Te quiero decir, mujer de carismas, que tú iluminas muchas tristezas y las matas.
Romper las rutinas de todos los días, de los normales y los descontrolados, siempre resulta impactante, pero después termina uno en acostumbrarse a disfrutar las sorpresas, por muy desconocidas que sean. Después de todo, con el tiempo, lo desconocido se convierte en conocido y en amigo, hasta en parte de uno mismo. Por eso, mujer de sonrisas, ya no eres una sorpresa desconocida.
Las noches del mundo, donde estamos muchos y a la vez pocos, volando y disfrutando por todas partes, son amenas porque hay tranquilidad en otras partes. Siempre es bueno un equilibro entre la locura y la paciencia, para disfrutar plenamente de ambas. Por eso, mujer de rostro apacible, nivelas las energías de todas estas personas desenfrenadas.
Muchas veces he intentado ser totalmente amable, humilde y servicial, además de detallista, pero mi forma de ser no me lo permite en muchas ocasiones, porque el orgullo y la imponencia siempre salen a relucir sus zapatos. Pero tú, tienes la fuerza para manejar todas estas energías, además de lograr amar sin desdén, que es tu punto débil, aunque de cierta forma demuestra que eres capaz de todo.
Mujer que de la distancia contemplo, y en algunas ocasiones siento cerca, eres más de lo que se percibe. Eres más que una sonrisa y que un gesto de cortesía y amabilidad. Más que una cara bonita, eres un corazón bonito y violento también. Porque la fuerza no viene de tu cuerpo, sino de tu espíritu, y confieso que en muchas ocasiones, he quedado conmovido por la belleza de tu espíritu, que pasa desde días sofocantes hasta días tormentosos, sonriendo y transmitiendo energía positiva como misiles a nuestros cuerpos.
Corazones gitanos, corazones de hierro, corazones de hielo, corazones de papel, corazones de mujer. Tú corazón ha resultado se mutante, ser diferente, hacerse notar. Corazón de lápices de colores que dibujan en las existencias de todo el mundo, a través de detalles y gestos significantes, que para tí no son nada porque son tu cotidianidad, mujer de acciones inolvidables.
Ya me mostraste tu faceta de artista; la faceta en la que me muestras que tu corazón de tonos cálidos, tonos fiesteros, y tonos helados, puede expresar lo que siente a través de este idioma tan bonito y profundo. Pues déjame decirte, mujer artista, que me impresionas y que te felicito. Déjame decirte, mujer colorida, que me encantaría poder verte escribiendo más, y expresar la retaíla de historias que habrás de tener para contar, y así deleitar y enseñar a muchos más. Porque puedes generar reflexión, sólo que no te has dado por enterada de ello.
Te invito a no dejar que el sistema te haga olvidar lo que tiene tu espíritu, y no pierdas esa magia que tienen tus acciones, además de poder transmitir sonrisas, que se hacen más fuertes, grandes y sinceras, mientras vas dejando de ser una desconocida. Y ya no eres una desconocida para mí, y para muchos, y agradezco, encontrar reflexión, y un corazón de otro material diferente al de los demás corazones. Sigue, sigue iluminando noches, tristezas y potenciando alegrias.
sábado, 26 de noviembre de 2011
viernes, 25 de noviembre de 2011
Ay, señor de voces y calles.
Estaba caminando como todos los días en un día normal en Popayán, dirigiéndome hacia el centro histórico de la ciudad, que es generalmente donde mantengo todos los días, con mis tennis rojo desgastado y un frío un poco incómodo. El cielo quería llover y mojarme a mí, porque sabe que siempre que llueve, mis pies se empapan, junto con mis medias y mis tennis que son de tela, y eso me molesta aún más.
Cruzando la avenida, teniendo que cruzar tres semáforos a pie, conociendo la falta de inteligencia vial y educación en tránsito que no tiene la mayoría de los usuarios de los diferentes vehículos de transporte público y privado, tuve que hacer, como siempre, acrobacia, piques y demás para poder cruzar la avenida. Resulta ser, para mí, un gran ejercicio de concentración en el cual tu vida depende de tu atención, agilidad y concentración.
Sin embargo, en esta ocasión, tuve una desconcentración bastante radical, al escuchar un "¡Joven Julián!", desde un andén, mientras yo estaba en la mitad de una de las vías, caminando afanado para que no me cogiera el color verde. Al verme obligado a voltear mi cabeza para saber quién era el de la voz gruesa pero sabrosona que gritaba mi nombre, me sorprendí. El señor Uriel, que había conocido hace unos meses, que cuidaba carros y además cantaba de una manera espectacular, me saludaba. Sonreí de forma amable, alcé mi brazo en ademán de saludo y grité "¡Señor Uriel!", mientras yo seguía mi rumbo, y él también.
Cabe anotar, que en esta ocasión, el señor Uriel no tenía una vestimenta andrajosa como en la ocasión en la que me pidió un cigarrillo y tuvimos la conversación tan particular que logramos entablar, sino que al contrario, utilizaba un pantalón, un saco verde, y zapatos, lo cual me dio a pensar que posiblemente su situación ha mejorado gradualmente desde nuestro encuentro. Tal vez, y solo tal vez.
Mientras y seguía caminando, me enfoqué en especular sobre qué podría estar haciendo el señor Uriel actualmente, ya que no lo había vuelto a ver cuidando carros. Tal vez sí está en el coro de canto de alguna iglesia, o canta en bares, o tal vez consiguió un empleo que le ha permitido vestirse de manera decente. Pero sobre todas estas cosas, tenía claro que el señor Uriel había tomado una decisión, y esa era progresar y no estancarse más.
Ojalá el señor Uriel explote su voz, y aprenda a tocar guitarra, para que él mismo componga sus canciones y que todas salgan de su voz. Espero nunca verlo en televisión, porque me rompería el corazón verlo ahí, ya que el señor Uriel es de esos personajes que no se notan nunca, que no son famosos, y que tienen un talento y una historia bella por contar no en un libro, ni en nada tangible, sino que se cuentan en las memorias de las demás personas. Quisiera en un futuro saber en qué está trabajando el señor Uriel, o verlo cantando en la calle con su guitarra, siendo una historia más, una bonita, que no busca fama, sino seguir la vida con tranquilidad y naturalidad.
Si fui yo, o fue otra cosa lo que impulsó a que este personaje tomara fuerzas, no me importa, pero lo intentó y lo está logrando. El señor Uriel se llama como mi papá y cuidaba carros mientras cantaba. Ahora, el señor Uriel se viste bonito, sigue cantando y espero no verlo cuidando carros nunca más, pero sí espero verlo otra vez en la calle, cantando junto a su guitarra, que espero ya la tenga, y decirle "¡Señor Uriel!", junto con una sonrisa amable y mi brazo alzado en ademán de saludo, mientras sigo caminando, pero no molesto por el clima, sino satisfecho de que mis días habrán de ser mejores por haber conocido antes al hombre que canta con su guitarra en la calle.
Y dejaré de llamarlo 'el cuidador de carros que sabía cantar', para llamarlo 'el señor que cantaba en las calles', así yo sepa que se llama Uriel como mi papá, porque no quiero que se haga famoso y ni tener que verlo en televisión porque no me gustaría
sábado, 19 de noviembre de 2011
El Episodio - El Dolor.
Otro poema de Pablo Neruda, que se encuentra en 'Memorial de Isla Negra', y debo confesar que en este libro de poemas, hay varios que de cierta forma me identifican bastante.
El Episodio.
-El dolor
Así se forma el alma enrarecida:
con espejo, con nadie, con retrato,
sin hombres, sin Partido, sin verdad,
con susurro, con celos, con distancia,
sin compañero, sin razón, sin canto,
con armas, con silencio, con papeles,
sin pueblo, sin consulta, sin sonrisa,
con espías, con sombras y con sangre,
sin Francia, sin Italia, sin claveles,
con Berias, con sarcófagos, con muertos,
sin comunicación, sin alegría,
con mentirosos látigos y lenguas,
sin comunicación, sin alegría,
con la imposición y la crueldad,
sin saber cuándo cortan la madera,
con la soberbia triste, con la cólera,
sin compartir el pan y la alegría,
con más y más y más y más y más
y sin nadie, sin nadie, sin ninguno,
con las puertas cerradas y con muros,
sin el pueblo de las panaderías,
con cordele, con nudos, con ausencia,
sin mano abierta, sin flor evidente,
con ametralladora, con soldados,
sin la contradicción, sin la conciencia,
con destierro, con frío, con infierno,
sin ti, sin alma, solo, con la muerte.
El Episodio.
-El dolor
Así se forma el alma enrarecida:
con espejo, con nadie, con retrato,
sin hombres, sin Partido, sin verdad,
con susurro, con celos, con distancia,
sin compañero, sin razón, sin canto,
con armas, con silencio, con papeles,
sin pueblo, sin consulta, sin sonrisa,
con espías, con sombras y con sangre,
sin Francia, sin Italia, sin claveles,
con Berias, con sarcófagos, con muertos,
sin comunicación, sin alegría,
con mentirosos látigos y lenguas,
sin comunicación, sin alegría,
con la imposición y la crueldad,
sin saber cuándo cortan la madera,
con la soberbia triste, con la cólera,
sin compartir el pan y la alegría,
con más y más y más y más y más
y sin nadie, sin nadie, sin ninguno,
con las puertas cerradas y con muros,
sin el pueblo de las panaderías,
con cordele, con nudos, con ausencia,
sin mano abierta, sin flor evidente,
con ametralladora, con soldados,
sin la contradicción, sin la conciencia,
con destierro, con frío, con infierno,
sin ti, sin alma, solo, con la muerte.
'Soliloquio en las olas' y 'Se amanece'.
Rebuscando entre mis libros, encontré una vez más a 'Memorial de Isla Negra' de Pablo Neruda, que es una recopilación de poemas del autor, referentes a diferentes etapas de su vida.
Rebuscando entre este libro, encontré dos poemas, que de cierta forma son diferentes, expresan cosas un poco ligadas o relacionadas, eso depende de cada quién. Uno de ellos se me quedó grabado en la mente, mientras que el otro, volaba en mis recuerdos queriendo florecer.
Acá les dejo dos poemas de Neruda, que espero les gusten ambos, pero principalmente espero que a tí te gusten.
Soliloquio en las olas.
Sí, pero aquí estoy solo.
Se levanta
una ola,
tal vez dice su nombre, no comprendo,
murmura, arrastra el peso
de espuma y movimiento
y se retire. A quién
preguntaré lo que me dijo?
A quién entre las olas
podré nombrar?
Y espero.
Otra vez se acercó la claridad,
se levantó en la espuma
el dulce número
y no supe nombrarlo.
Así cayó el susurro:
se deslizó a la boca de la arena:
el tiempo destruyó todos los labios
con la paciencia
de la sombra y el
beso anaranjado
del verano.
Yo me quedé solo
sin poder acudir a lo que el mundo,
sin duda, me ofrecía,
oyendo
cómo desgranaba la riqueza,
las misteriosas uvas
de la sal, el amor desconocido
y quedaba en el día degradado
sólo un rumor
cada vez más distante
hasta que todo lo que pudo ser
se convirtió en silencio.
Se amanece.
Se amanece sin deudas
y sin dudas
y luego
cambia el día,
rueda la rueda,
se transfigura el fuego.
No va quedando nada
de lo que amaneció, se fue quemando
la tierra uva por uva,
se fue quedando el corazón sin sangre,
la primavera se quedó sin hojas.
Por qué pasó todo esto en este día?
Por qué se equivocó de campanas?
O todo tiene que ser siempre así?
Cómo torcer, desembrollar el hilo,
ir remontando el sol hasta la sombra,
devolver luz hasta que la noche
se embarace de nuevo con un día,
y que este día sea nuestro hijo,
interminable hallazgo, cabellera
del tiempo recobrado,
conquistando a la deuda y a la duda
para que nuestra vida
sólo sea
una materia matutina,
una corriente clara.
Rebuscando entre este libro, encontré dos poemas, que de cierta forma son diferentes, expresan cosas un poco ligadas o relacionadas, eso depende de cada quién. Uno de ellos se me quedó grabado en la mente, mientras que el otro, volaba en mis recuerdos queriendo florecer.
Acá les dejo dos poemas de Neruda, que espero les gusten ambos, pero principalmente espero que a tí te gusten.
Soliloquio en las olas.
Sí, pero aquí estoy solo.
Se levanta
una ola,
tal vez dice su nombre, no comprendo,
murmura, arrastra el peso
de espuma y movimiento
y se retire. A quién
preguntaré lo que me dijo?
A quién entre las olas
podré nombrar?
Y espero.
Otra vez se acercó la claridad,
se levantó en la espuma
el dulce número
y no supe nombrarlo.
Así cayó el susurro:
se deslizó a la boca de la arena:
el tiempo destruyó todos los labios
con la paciencia
de la sombra y el
beso anaranjado
del verano.
Yo me quedé solo
sin poder acudir a lo que el mundo,
sin duda, me ofrecía,
oyendo
cómo desgranaba la riqueza,
las misteriosas uvas
de la sal, el amor desconocido
y quedaba en el día degradado
sólo un rumor
cada vez más distante
hasta que todo lo que pudo ser
se convirtió en silencio.
Se amanece.
Se amanece sin deudas
y sin dudas
y luego
cambia el día,
rueda la rueda,
se transfigura el fuego.
No va quedando nada
de lo que amaneció, se fue quemando
la tierra uva por uva,
se fue quedando el corazón sin sangre,
la primavera se quedó sin hojas.
Por qué pasó todo esto en este día?
Por qué se equivocó de campanas?
O todo tiene que ser siempre así?
Cómo torcer, desembrollar el hilo,
ir remontando el sol hasta la sombra,
devolver luz hasta que la noche
se embarace de nuevo con un día,
y que este día sea nuestro hijo,
interminable hallazgo, cabellera
del tiempo recobrado,
conquistando a la deuda y a la duda
para que nuestra vida
sólo sea
una materia matutina,
una corriente clara.
Días no tan aburridos.
Nos encontramos en la diversidad. Nos encontramos en un lugar donde hay tantos tipos de camisetas manjares como nuestra vida no logrará deleitar. Incluso, nos encontramos en un lugar donde hay tantos tipos de cabellos, como condones usados y por usar hay, sin contar las experiencias sexuales. Y tenemos que ser conscientes de eso.
Las historias de vida son todas diferentes, aunque muchas se intersecten con muchas otras. Pero el estar sentado viendo cómo todas se intersectan mínimamente, resulta ser agotador para una sola persona, además de subjetivo.
Ver motos, automóviles, bicicletas y hasta pies por todas partes es interesante por su diversidad, pero desde otro punto de vista, un poco más general, ver lo mismo termina por hastiarme de las calles, de la gente y de mi entorno. Hasta el mismo cielo empieza a aburrir, así siempre tenga colores diferentes cada segundo que pasa en el universo y en el pedacito de atmósfera que mis características visuales logran observar, por cuestiones biológicas.
Nos encontramos en un mundo de lo mismo, pero diferente, y al ser subjetivo yo, y al ser subjetivos todos, es donde le damos ese tinte de diversidad a nuestro entorno. Las cuestiones culturales y las líneas personales siempre conllevan a diferentes interpretaciones de los acontecimientos y de las cosas que llegamos a percibir aleatoriamente.
Pero bueno, la mujer que pasa al frente mío con una falda blanca de flores rojas y verdes, resultaría diferente si pasara con un pantalón marrón y botas altas. ¿No resulta interesante, y hasta entretenido pensar en eso?
El tiempo pasa y tengo una arañita verde corriendo a lo largo de mi brazo descubierto, ambos chupando frío porque no me dan ganas de abrigarme. Se cae esta arañita verde cumbia al intentar luchar contra la gravedad, como si sus intentos de rebeldía hacia la naturaleza que la creó, tuvieran un efecto positivo para ella.
Y mi monótono momento pasó a una clasificación diferente. Ya no soy una persona sola y aburrida viendo pasar gente mientras empieza a atardecer, sino que soy una persona aburrida que ve pasar gente con la compañia de una arañita verde que reta a la gravedad mientras empieza a atardecer, como supongo, muchas otras personas. ¿Será que la gravedad hace caer todo, así no esté compuesto por materia?
Y el cielo empieza a atardecer y veo un plano color azul con pincelazos de todos cálidos. Tal vez, siendo más exacto, es como si hubieran aruñado o rasgado esa pared azul y detrás existiera un viejo tapiz cálido, como si la felicidad y la fraternidad hubiera sido teñida de frialda y falacias entristecedoras. Después de todo, la existencia y la soledad momentánea no son tan aburridas, ni tan iguales a todas las demás soledades y demás existencias fragmentadas.
Las historias de vida son todas diferentes, aunque muchas se intersecten con muchas otras. Pero el estar sentado viendo cómo todas se intersectan mínimamente, resulta ser agotador para una sola persona, además de subjetivo.
Ver motos, automóviles, bicicletas y hasta pies por todas partes es interesante por su diversidad, pero desde otro punto de vista, un poco más general, ver lo mismo termina por hastiarme de las calles, de la gente y de mi entorno. Hasta el mismo cielo empieza a aburrir, así siempre tenga colores diferentes cada segundo que pasa en el universo y en el pedacito de atmósfera que mis características visuales logran observar, por cuestiones biológicas.
Nos encontramos en un mundo de lo mismo, pero diferente, y al ser subjetivo yo, y al ser subjetivos todos, es donde le damos ese tinte de diversidad a nuestro entorno. Las cuestiones culturales y las líneas personales siempre conllevan a diferentes interpretaciones de los acontecimientos y de las cosas que llegamos a percibir aleatoriamente.
Pero bueno, la mujer que pasa al frente mío con una falda blanca de flores rojas y verdes, resultaría diferente si pasara con un pantalón marrón y botas altas. ¿No resulta interesante, y hasta entretenido pensar en eso?
El tiempo pasa y tengo una arañita verde corriendo a lo largo de mi brazo descubierto, ambos chupando frío porque no me dan ganas de abrigarme. Se cae esta arañita verde cumbia al intentar luchar contra la gravedad, como si sus intentos de rebeldía hacia la naturaleza que la creó, tuvieran un efecto positivo para ella.
Y mi monótono momento pasó a una clasificación diferente. Ya no soy una persona sola y aburrida viendo pasar gente mientras empieza a atardecer, sino que soy una persona aburrida que ve pasar gente con la compañia de una arañita verde que reta a la gravedad mientras empieza a atardecer, como supongo, muchas otras personas. ¿Será que la gravedad hace caer todo, así no esté compuesto por materia?
Y el cielo empieza a atardecer y veo un plano color azul con pincelazos de todos cálidos. Tal vez, siendo más exacto, es como si hubieran aruñado o rasgado esa pared azul y detrás existiera un viejo tapiz cálido, como si la felicidad y la fraternidad hubiera sido teñida de frialda y falacias entristecedoras. Después de todo, la existencia y la soledad momentánea no son tan aburridas, ni tan iguales a todas las demás soledades y demás existencias fragmentadas.
martes, 15 de noviembre de 2011
Para mis hermanos estudiantes.
Estas semanas y estos tiempos han sido diferentes. Han sido de cambios, de abrir los ojos, no sólo los míos, sino los de muchos otros como yo. Dejé de estudiar en las aulas mi plan de estudios para el programa de pregrado que curso, y empecé a estudiar algo que en las aulas no se aprende. ¿Por qué? Porque se aprende en las calles. Porque los trabajos de esta materia no son en hojas grapadas, ni son maquetas, ni son ensayos. Los trabajos en esta materia son carteles, pancartas, maquillaje, música, gritos, consignas y la realización del concepto de unión.
Como muchos otros, antes era un apático al movimiento social estudiantil, y me parecía que no debía emplear mi tiempo en eso, cuando podía estudiar o tomarme un café. Con el tiempo, me di cuenta que no es sólo eso. Con el tiempo me di cuenta de que no soy sólo yo, sino que tengo compañeros de semestre, de carrera, de facultad, de universidad, y que no podía ser ajeno a esto. Si estudio, se supone que lo hago para poder actuar después. ¿Y por qué no empezar a actuar desde ya? ¿Por qué no empezar a darme cuenta de la fuerza que tengo como ser humano, ser político y social como lo dice Aristóteles, y mejor aún, emplearla?
Pues sí, empecé a marchar, a gritar, a cantar, a pintarme la cara, con el mayor compromiso que este exige, como si mi vida y mi futuro dependieran de ello. Y de hecho, así es. Entendí que la presión social ejercida por nosotros los estudiantes, que somos los futuros gobernantes, los futuros empresarios, ingenieros, músicos; somos los creadores de nuevos logotipos, de nuevos libros, y de muchas investigaciones; es bastante fuerte e invencible.
Sé que para una buena cantidad de gente esa teoría de 'el pueblo unido jamás será vencido' y de 'la unión hace la fuerza' puede ser bastante dudosa y poco efectiva. Pero yo no la entiendo como una teoría, la entiendo como una práctica que resulta indudablemente eficaz y útil. Cuando uno se mete a una marcha, canta, grita, corre, y sonríe al darse cuenta de que hay mucha gente como uno, marchan y gritando, con la cara pintada o con un cartel, probando que a la práctica esto sí funciona. Ahí es donde me apropié del movimiento estudiantil como estudiante de universidad pública, que es lo que soy. Yo no sé si los estudiantes de universidades privadas en su mayoría, sepan lo que se ir puntual a una asamblea de programa, de facultad, o general. No sé si sepan qué es gritar en esas asambleas que viva la universidad. No sé si sepan lo que es madrugar a marchar con toda la universidad porque queremos una educación pública de calidad. No sé si sepan lo que es tener que chupar gas, y arrastras a una persona desconocida pero que se sabe es estudiante para que esté bien. Pero lo que verdaderamente estoy seguro de que no saben, es del sentimiento que entra por todo el cuerpo al ver tanta gente, tantos estudiantes, profesores y funcionarios en la misma tónica de luchas por lo que merecemos; ese picazón en todo el cuerpo que estremece cada uno de nuestros vellos al gritar que somos estudiantes, y que estamos unidos y que lo lograremos todo. Sentir el orgullo de ser estudiante y de estar luchando por lo mío, por lo de mis amigos, mis enemigos, y muchos desconocidos que se convierten en compañeros, es algo inigualable.
Evidentemente no sólo son marchas, sino también conciertos, performances, flash mob, y ollas comunitarias. El sentimiento de la olla es lo más parecido a un paseo de olla pero en la calle. Sólo que acá hay más unión, así no conozca mucha de la gente que está comiendo de la olla. Estar presente ya es suficiente orgullo. Ver aplaudir a los transeúntes que nos dicen que nos apoyan y los autos y motocicleta pitando en apoyo a nuestra causa, es una de las cosas más alentadoras que pueden existir para mí, y para muchos estudiantes como yo. La gente y nuestros compañeros resulta ser nuestro motivo para seguir en pie de lucha, y siempre resistiendo.
Varias de mis clases me enseñaron que para crear un nuevo orden, la propuesta empieza siendo vista como un desorden, transgresor al ya establecido, pero una vez se establece el desorden, se vuelve un orden. Los que me dicen revoltoso y revolucionario, la verdad me halagan. Porque nosotros somos el desorden que luego logrará instaurarse como orden. Ahí estará reflejada nuestra victoria como movimiento social estudiantil, y donde nos daremos cuenta que este tiempo de lucha habrá valido la pena. Volantear, gritar, explicarle a la gente, pintarnos la cara y madrugar a marchar y a las asambleas, e incluso aguantar hambre hasta la hora que esté la olla, valdrán la pena. Lo sé, porque soy estudiante; porque estoy impregnado de sociedad, de colectividad, y de unión. Lo sé, porque acá estoy, intentando explicar que me siento orgulloso de estar existiendo, me siento orgulloso de ser un estudiante más en este mundo, y de ser un factor de cambio junto a los demás estudiantes que dejan de ser desconocidos, y se convierten en compañeros y hermanos.
Esto que está ocurriendo y esto que con fuerza hemos logrado, es la muestra de que podemos hacer muchas cosas, y que jamás debemos desfallecer. Somos nosotros ahora, y después serán otros que también lucharán y defenderán con intelecto, libros y mucho arte las imposiciones que se les hagan. Porque todos somos gente, todos somos estudiantes, todos somos pueblo, y unidos debemos mantenernos. Quiero hacer la invitación a que, no importa en dónde se encuentren, no importa que estén haciendo ahora o en un futuro, siempre y cuando sigan luchando por nuestra educación, por nuestros derechos, por lo que es nuestro, y principalmente, por nosotros mismos, podremos lograr lo que nos propongamos hoy, mañana, y siempre.
domingo, 13 de noviembre de 2011
Noches del mundo.
Las experiencias de amistad logran formarse entre desconocidos, conocidos, amigos y hermanos. Baladas y risas con una fluidez intercontinental.
Cigarros, hierba, hasta una bomba; todos acompañados del humo danzarín, que tiene por escenario esta habitación verde desgastado, que ahora tenía un toque cítrico. Marcela y su rojizo que ya le he dicho que me encanta, y cada vez que fuma y se queda mirando al vacío mientras elimina sus pesares, estaba a mi lado consagrando este momento en nuestras risas y recuerdos.
A Nati siempre la veré en su encinte, con su aire gitano y de mujer espectacular, como si sólo el mundo existiera para hacernos gozar y disfrutar todas las mañanas, noches y atardeceres. Mientras miro a Pame, puedo decir que en todos los lados y dimensiones, será la mujer fresca, tranquila y maravillosa que sé que es. La musiquita toma el tinte de Pablito, que es tierra de mi tierra, mezclada con carisma, plenitud y comedia. nos encontramos en una posición geográfica que no está en ningún mapa. Sólo aparece en nuestra mente.
Las historias de vida, amorosas, dolorosas o relevantes, se han olvidado porque el tiempo ahora es de una noche. Con desorden o sin desorden mental, espacial, dimensional o personal, la música penetra a cualquiera, a un momento de plenitud que se sabe que es temporal, pero que también se sabe que se debe disfrutar al máximo. Verdes, verdes, personas verdes en la pared que cuentan sus historias, proyectadas por la luz de la habitación que crea estas sombras. No hay más que estas sombras en la pared. No hay más que esto aquí conmigo.
"¡Oh! ¡Fuera! Sigue escribiendo." Me dice Marcela al reírse porque le preguntamos que si ya había intimado con su novio, aunque yo ya supiera la respuesta. Y las conversaciones fluyen al sonido de un violín. Y estamos en un concierto bello e inigualable, de palabras y risas.
Rompamos los vidrios de mentiras con golpes de gracia y comedia, para que las flores no se pisen ni se marchiten en nuestra juventud. Estupideces y corduras interpuestas entre frío, velos levantados, y colores de ropa bonita.
Y quiero más, porque estoy en el limbo de dos mundos, con las ondas tranquilas de mis pensamientos. Voces desenfocadas del tiempo, mientras la luz toma un filtro cálido y selvático. Tomaré la mirada de la amistad y disfrutaré del juego.
La oscuridad ha terminado y nos metemos en caminitos de cielo, dibujados por nuestras propias manos y con todos nuestros sentidos. No pararé, ni nadie parará hoy, en minutos y horas, que es nuestra única línea de tiempo
Cigarros, hierba, hasta una bomba; todos acompañados del humo danzarín, que tiene por escenario esta habitación verde desgastado, que ahora tenía un toque cítrico. Marcela y su rojizo que ya le he dicho que me encanta, y cada vez que fuma y se queda mirando al vacío mientras elimina sus pesares, estaba a mi lado consagrando este momento en nuestras risas y recuerdos.
A Nati siempre la veré en su encinte, con su aire gitano y de mujer espectacular, como si sólo el mundo existiera para hacernos gozar y disfrutar todas las mañanas, noches y atardeceres. Mientras miro a Pame, puedo decir que en todos los lados y dimensiones, será la mujer fresca, tranquila y maravillosa que sé que es. La musiquita toma el tinte de Pablito, que es tierra de mi tierra, mezclada con carisma, plenitud y comedia. nos encontramos en una posición geográfica que no está en ningún mapa. Sólo aparece en nuestra mente.
Las historias de vida, amorosas, dolorosas o relevantes, se han olvidado porque el tiempo ahora es de una noche. Con desorden o sin desorden mental, espacial, dimensional o personal, la música penetra a cualquiera, a un momento de plenitud que se sabe que es temporal, pero que también se sabe que se debe disfrutar al máximo. Verdes, verdes, personas verdes en la pared que cuentan sus historias, proyectadas por la luz de la habitación que crea estas sombras. No hay más que estas sombras en la pared. No hay más que esto aquí conmigo.
"¡Oh! ¡Fuera! Sigue escribiendo." Me dice Marcela al reírse porque le preguntamos que si ya había intimado con su novio, aunque yo ya supiera la respuesta. Y las conversaciones fluyen al sonido de un violín. Y estamos en un concierto bello e inigualable, de palabras y risas.
Rompamos los vidrios de mentiras con golpes de gracia y comedia, para que las flores no se pisen ni se marchiten en nuestra juventud. Estupideces y corduras interpuestas entre frío, velos levantados, y colores de ropa bonita.
Y quiero más, porque estoy en el limbo de dos mundos, con las ondas tranquilas de mis pensamientos. Voces desenfocadas del tiempo, mientras la luz toma un filtro cálido y selvático. Tomaré la mirada de la amistad y disfrutaré del juego.
La oscuridad ha terminado y nos metemos en caminitos de cielo, dibujados por nuestras propias manos y con todos nuestros sentidos. No pararé, ni nadie parará hoy, en minutos y horas, que es nuestra única línea de tiempo
sábado, 12 de noviembre de 2011
Anímese a pintar o lo que sea.
Hoy las nubes iluminan las casas tristes, aplacadas por los años y los gritos de muchos hombres y mujeres que han vivido las calamidades de su existencia. Hoy también soy uno de ellos. Estas paredes blancas, las cuales he querido llenar de colores, dibujos y fotos con mucho entusiasmo, me encierran en pensamientos que hace rato no encontraba, navegando en una pequeña balsa a lo largo de mis recuerdos.
Mi silencio sube el volumen y no hay un solo cigarrillo que me distraiga. Perder un lapicero, unas cuantas monedas y hasta un amigo, resulta ser muy diferente a perder el amor, y quien lo ame a uno. Es como sentir que uno es una cáscara de naranja podrida que ya no tiene nada provechoso por dentro, y que se encuentra totalmente vacía e inservible.
Sentir decepción es una de las mejores emociones que nos permiten decantar las lágrimas, y gritarse a uno mismo muchas cosas que se habían guardado, por amor e ilusión. Además, saber que nada volverá a ser como antes, es un propulsor para darse cuenta que se pueden hallar mejores cosas. Yo perdí un amor pero descubrí el cielo en todas sus presentaciones; conocí naturaleza, libros infinitos, amistades incomparables, situaciones únicas, y mucha locura y libertad, además de personas mejores.
Sé que a los relojes de arena se les acaba la arena, y que el tiempo no para, pero que nosotros lo desobedecemos y seguimos nuestro rumbo, así él ya no marque un tiempo. Así tiene que ser siempre.
Como la lluvia sí puede colorear las calles y los tejados con sus propios colores, y yo no puedo pintar mi cuarto, me desquito pensando que ya encontré un nuevo color, una nueva experiencia en potencia.
Sos vos, porque me suena más amenos. Sos vos, porque dejo las cursilerías y expreso mi cariño de otra manera. Sos vos que sos diferente y pintas con tu energía el lienzo de mis recuerdos. Sos vos, que me haces pensar que puedo amar otra vez, sin importar si es bueno o malo, pero que amaré al fin y al cabo. Sos vos, sos vos.
Ahora que estás vos, puedo caminar tranquilo, y puedo sonreír con más motivos. Ya que mi pared no puede ser pintada, pintaré mi vida con vos. Porque ya perdí el miedo y la lluvia seguirá de todas formas pintando sin progresar. ni terminar. La lluvia no se va a enamorar, pero yo sí. Mis cigarrillos no me distraerán todo el tiempo y tendré un nuevo fruto radiante como el sol, pero a su manera, y a mi manera. A la manera de vos, que me excita tanto. porque la mía es muy corazonada.
Dejaré los formalismos y me apropiaré de o que de verdad es mío, porque ahora me da igual qué pase. Qué pase o qué no pase será lo mismo porque seguirás existiendo vos, y yo seguiré existiendo. Ahí vemos cómo hacemos para cromatizarnos.
Mi silencio sube el volumen y no hay un solo cigarrillo que me distraiga. Perder un lapicero, unas cuantas monedas y hasta un amigo, resulta ser muy diferente a perder el amor, y quien lo ame a uno. Es como sentir que uno es una cáscara de naranja podrida que ya no tiene nada provechoso por dentro, y que se encuentra totalmente vacía e inservible.
Sentir decepción es una de las mejores emociones que nos permiten decantar las lágrimas, y gritarse a uno mismo muchas cosas que se habían guardado, por amor e ilusión. Además, saber que nada volverá a ser como antes, es un propulsor para darse cuenta que se pueden hallar mejores cosas. Yo perdí un amor pero descubrí el cielo en todas sus presentaciones; conocí naturaleza, libros infinitos, amistades incomparables, situaciones únicas, y mucha locura y libertad, además de personas mejores.
Sé que a los relojes de arena se les acaba la arena, y que el tiempo no para, pero que nosotros lo desobedecemos y seguimos nuestro rumbo, así él ya no marque un tiempo. Así tiene que ser siempre.
Como la lluvia sí puede colorear las calles y los tejados con sus propios colores, y yo no puedo pintar mi cuarto, me desquito pensando que ya encontré un nuevo color, una nueva experiencia en potencia.
Sos vos, porque me suena más amenos. Sos vos, porque dejo las cursilerías y expreso mi cariño de otra manera. Sos vos que sos diferente y pintas con tu energía el lienzo de mis recuerdos. Sos vos, que me haces pensar que puedo amar otra vez, sin importar si es bueno o malo, pero que amaré al fin y al cabo. Sos vos, sos vos.
Ahora que estás vos, puedo caminar tranquilo, y puedo sonreír con más motivos. Ya que mi pared no puede ser pintada, pintaré mi vida con vos. Porque ya perdí el miedo y la lluvia seguirá de todas formas pintando sin progresar. ni terminar. La lluvia no se va a enamorar, pero yo sí. Mis cigarrillos no me distraerán todo el tiempo y tendré un nuevo fruto radiante como el sol, pero a su manera, y a mi manera. A la manera de vos, que me excita tanto. porque la mía es muy corazonada.
Dejaré los formalismos y me apropiaré de o que de verdad es mío, porque ahora me da igual qué pase. Qué pase o qué no pase será lo mismo porque seguirás existiendo vos, y yo seguiré existiendo. Ahí vemos cómo hacemos para cromatizarnos.
domingo, 6 de noviembre de 2011
Trainspotting.
"Elige tu futuro. Elige la vida. ¿Por qué querría eso? Elijo no elegir la vida. Elijo otra cosa. ¿Las razones? No hay razones. ¿Quién las necesita si hay heroína?" Así empieza la declaración de un adicto a la heroína, para explicar por qué consume heroína. Sí, en el intento de "buscar una vena para inyectarse droga" o hacer Trainspotting, coloquialmente utilizado por los escoceses, un grupo de amigos, que después se convierten entre comillas, muestran su sin-rumbo por la vida en el Edimburgo de la década de los años 90'.
Danny Boyle, se basa en el libro de Irvine Welsh, del mismo nombre, para presentar una producción de 1996, en la cual no hay restricciones y un sólo límite, la muerte. Trainspotting nos dibuja en los ojos y en la imaginación el nivel de decadencia al que puede llegar un heroinómano, desde la perspectiva de diferentes jóvenes, pero enfocándose en la filosofía de Mark Renton, el protagonista, en su razón de inyectarse heroína, metadona, sedante o cualquier otro tipo de droga.
Llevar una vida común y corriente, con estudios, trabajo, familia, pareja, impuestos, casa, auto y todo este tipo de complicaciones personales y sociales, es bastante complicado y agotador. Los personajes sólo tienen que conseguir dinero, ir a su sitio, pagar por su dosis, y la reciben ya en su jeringa lista para inyectar. No se tienen que preocupar por absolutamente nada más, por lo cual, actúan y viven literalmente como individuos. "Si la sociedad existía, yo no estaba dentro de ella". Siempre hablando la voz en off de Mark, tocando su filosofía y su pensar.
En diferentes intentos por liberarse de la adicción, y volver a recaer, ocurren diferentes situaciones que nos esclarecen que esta filosofía de vida, que consiste en no escoger la vida tal y como se plantea, no puede funcionar hasta el final, por cual se necesita de amor y de contacto social para sobrevivir, y sino, pues morir.
Nos encontramos ante teorías de vida como "Envejecemos, no aguantamos más y se acabó" y "Mirando al frente, hasta morir", enmarcadas en cuadros de relaciones sexuales desenfrenadas, encontrones de deseo en los que nos damos cuenta de que "Somos heterosexuales por descarte, no por decisión", aunque depende de quién le guste a uno, ya que es una cuestión igualmente estética. Hallamos peleas, discusiones, traiciones entre "amigos", llegando al punto de darle dinero a los amigos para que continúen su adicción, ya que no es un problema para ellos. Encontramos muertes, desenfreno psicológico, ansiedad, y muchas situaciones simultáneas que nos mantienen impactados y pendientes de qué va a ocurrir después, o de qué va a pasar con la próxima dosis.
Nos accidentamos con la realidad y entendemos que todo cambia, y que tenemos que seguir con el cambio. Cambiar de música, de drogas, de amigos, de modelo de vida. Entendemos que la droga es un escape y un alivio a nuestros problemas, pero un punto de fuga fácil, y que no nos libera del problema. Entendemos que la droga no es sólo muerte, desesperación y adicción, sino también placer, porque o sino no se consumiría.
Hay en Trainspotting, el pasar por la juventud, por la crisis, el drama, el placer y las ansias de ser felices, de escapar del sistema y de los problemas. No querer afrontar la realidad, ni querer ser como todos los demás, atrapados, esperando a cansarse y morir, es motivo para tomar una pastilla, una jeringa, y continuar un camino alejado de lo que no queremos. Al final, nos damos cuenta que tenemos que ir a ese modelo de vida para subsistir, pero haciéndole unas pequeñas variaciones, y saber que siempre hay últimas dosis, pero que nunca se sabe cuándo es la última.
Con un reparto bastante interesante y muy bien logrado en las escenas, Trainspotting muestra a Mark, Spud, Tommy, Sick Boy y Begbie, y levemente a Diane, en el inconstante camino de la heroinomanía, caputrando sin censura lo que implica serlo. Con la dirección de fotogafía de Brian Tufano y el montaje de Masahiro Hirakubo, nos sorprendemos y sentimos la película en todo nuestro cuerpo, además de sentir la adrenalina que sienten los personajes, gracias a la banda sonora tan espectacular, que incluye canciones de Iggy Pop, Blur, Joy Division, Lou Reed, Sleeper y demás, para completar un largometraje maravilloso, catalogado como una de las mejores películas británicas de toda la historia.
Algo para ver, sentir, e imaginar una filosofía en la de pronto lo tienes, y de pronto lo pierdes, y se fue para siempre. "Me mantendré limpio y en movimiento, caminando derecho y eligiendo la vida. Busco otra cosa. Seré como ustedes".
Acá les dejo los links para ver y descargar el largometraje. Ambas están subtituladas.
Ver Trainspotting.
Descargar Trainspotting.
Danny Boyle, se basa en el libro de Irvine Welsh, del mismo nombre, para presentar una producción de 1996, en la cual no hay restricciones y un sólo límite, la muerte. Trainspotting nos dibuja en los ojos y en la imaginación el nivel de decadencia al que puede llegar un heroinómano, desde la perspectiva de diferentes jóvenes, pero enfocándose en la filosofía de Mark Renton, el protagonista, en su razón de inyectarse heroína, metadona, sedante o cualquier otro tipo de droga.
Llevar una vida común y corriente, con estudios, trabajo, familia, pareja, impuestos, casa, auto y todo este tipo de complicaciones personales y sociales, es bastante complicado y agotador. Los personajes sólo tienen que conseguir dinero, ir a su sitio, pagar por su dosis, y la reciben ya en su jeringa lista para inyectar. No se tienen que preocupar por absolutamente nada más, por lo cual, actúan y viven literalmente como individuos. "Si la sociedad existía, yo no estaba dentro de ella". Siempre hablando la voz en off de Mark, tocando su filosofía y su pensar.
En diferentes intentos por liberarse de la adicción, y volver a recaer, ocurren diferentes situaciones que nos esclarecen que esta filosofía de vida, que consiste en no escoger la vida tal y como se plantea, no puede funcionar hasta el final, por cual se necesita de amor y de contacto social para sobrevivir, y sino, pues morir.
Nos encontramos ante teorías de vida como "Envejecemos, no aguantamos más y se acabó" y "Mirando al frente, hasta morir", enmarcadas en cuadros de relaciones sexuales desenfrenadas, encontrones de deseo en los que nos damos cuenta de que "Somos heterosexuales por descarte, no por decisión", aunque depende de quién le guste a uno, ya que es una cuestión igualmente estética. Hallamos peleas, discusiones, traiciones entre "amigos", llegando al punto de darle dinero a los amigos para que continúen su adicción, ya que no es un problema para ellos. Encontramos muertes, desenfreno psicológico, ansiedad, y muchas situaciones simultáneas que nos mantienen impactados y pendientes de qué va a ocurrir después, o de qué va a pasar con la próxima dosis.
Nos accidentamos con la realidad y entendemos que todo cambia, y que tenemos que seguir con el cambio. Cambiar de música, de drogas, de amigos, de modelo de vida. Entendemos que la droga es un escape y un alivio a nuestros problemas, pero un punto de fuga fácil, y que no nos libera del problema. Entendemos que la droga no es sólo muerte, desesperación y adicción, sino también placer, porque o sino no se consumiría.
Hay en Trainspotting, el pasar por la juventud, por la crisis, el drama, el placer y las ansias de ser felices, de escapar del sistema y de los problemas. No querer afrontar la realidad, ni querer ser como todos los demás, atrapados, esperando a cansarse y morir, es motivo para tomar una pastilla, una jeringa, y continuar un camino alejado de lo que no queremos. Al final, nos damos cuenta que tenemos que ir a ese modelo de vida para subsistir, pero haciéndole unas pequeñas variaciones, y saber que siempre hay últimas dosis, pero que nunca se sabe cuándo es la última.
Con un reparto bastante interesante y muy bien logrado en las escenas, Trainspotting muestra a Mark, Spud, Tommy, Sick Boy y Begbie, y levemente a Diane, en el inconstante camino de la heroinomanía, caputrando sin censura lo que implica serlo. Con la dirección de fotogafía de Brian Tufano y el montaje de Masahiro Hirakubo, nos sorprendemos y sentimos la película en todo nuestro cuerpo, además de sentir la adrenalina que sienten los personajes, gracias a la banda sonora tan espectacular, que incluye canciones de Iggy Pop, Blur, Joy Division, Lou Reed, Sleeper y demás, para completar un largometraje maravilloso, catalogado como una de las mejores películas británicas de toda la historia.
Algo para ver, sentir, e imaginar una filosofía en la de pronto lo tienes, y de pronto lo pierdes, y se fue para siempre. "Me mantendré limpio y en movimiento, caminando derecho y eligiendo la vida. Busco otra cosa. Seré como ustedes".
Acá les dejo los links para ver y descargar el largometraje. Ambas están subtituladas.
Ver Trainspotting.
Descargar Trainspotting.
Repetición de bagatelas.
Dicen que la tercera es la vencida, y efectivamente así es. La tercera noche seguida de llorar en un colchón que no es mío, por alguien que tampoco es mío. Los recuerdos vuelven a mi imaginación y veo esos momentos diminutos pero de inmensa felicidad, que sé que ahora me lo están arrebatando. Sí, a usted me lo están arrebatando.
Saber que siempre me dirán que soy lindo, inteligente, que soy especial, que valgo mucho, y toda esa parafernalia del valor del ser humano, para yo tener presente que no soy especial; que a diferencia de los demás, soy raro por no tener esa especialidad, o porque esa cosa especial es de otra dimensión. Saber que ser bonito, inteligente y todas estas cosas no te garantiza tener amor, pero sí sentirlo hasta la médula y gritar y brincar por cada corrientazo emocional.
Mis días transcurren descontroladamente, porque no cargo reloj y mi noción del tiempo es bastante imprecisa, resulto estar solo en la incandescencia de mi existir, puesto que sus besos no pegan, sus besos no cantan ni sus miradas pintan. Sólo son una expresión de nada, ya que usted no siente, pero usted logra mostrarme que lo puedo querer y puedo olvidar lo demás.
Ocurre que usted me tira al suelo y todo se me cae, ya que cuando vuelvo a ti, ya tienes más, algo más que yo. No soy lo máximo ni nada por el estilo, sólo soy yo y usted ya me olvidó. Me botó y tiene el descaro de decirme que no me cambia por nada, después de extrañar, querer, desear, llorar incondicionalmente y cuidarlo, por no decir amar. Eso lo hice yo.
Cosas que pasan, cosas que ocurren, cosas que se esfuman, cosas que se queman. Las circunstancias me golpean como si pensaran que soy sadomasoquista, sin saber que todos somos circunstancias, y como ahora lloro yo, los haré sonreír a ustedes después.
La soledad pega más en mi pared. Ser visto y deseado pero que la gente conserve el miedo a tenerme cerca, a sentirme, a saber que amo, y que los puedo amar. No es necesaria la personalidad ni nada para tener a alguien. Sólo es necesario maldecir al cielo y saber que él sí nos siente.
Saber que siempre me dirán que soy lindo, inteligente, que soy especial, que valgo mucho, y toda esa parafernalia del valor del ser humano, para yo tener presente que no soy especial; que a diferencia de los demás, soy raro por no tener esa especialidad, o porque esa cosa especial es de otra dimensión. Saber que ser bonito, inteligente y todas estas cosas no te garantiza tener amor, pero sí sentirlo hasta la médula y gritar y brincar por cada corrientazo emocional.
Mis días transcurren descontroladamente, porque no cargo reloj y mi noción del tiempo es bastante imprecisa, resulto estar solo en la incandescencia de mi existir, puesto que sus besos no pegan, sus besos no cantan ni sus miradas pintan. Sólo son una expresión de nada, ya que usted no siente, pero usted logra mostrarme que lo puedo querer y puedo olvidar lo demás.
Ocurre que usted me tira al suelo y todo se me cae, ya que cuando vuelvo a ti, ya tienes más, algo más que yo. No soy lo máximo ni nada por el estilo, sólo soy yo y usted ya me olvidó. Me botó y tiene el descaro de decirme que no me cambia por nada, después de extrañar, querer, desear, llorar incondicionalmente y cuidarlo, por no decir amar. Eso lo hice yo.
Cosas que pasan, cosas que ocurren, cosas que se esfuman, cosas que se queman. Las circunstancias me golpean como si pensaran que soy sadomasoquista, sin saber que todos somos circunstancias, y como ahora lloro yo, los haré sonreír a ustedes después.
La soledad pega más en mi pared. Ser visto y deseado pero que la gente conserve el miedo a tenerme cerca, a sentirme, a saber que amo, y que los puedo amar. No es necesaria la personalidad ni nada para tener a alguien. Sólo es necesario maldecir al cielo y saber que él sí nos siente.
martes, 1 de noviembre de 2011
La gente también es una droga.
La gente puede decir que soy muy frío, que porque trato de manera desafiante y con desdén a la gente. Puedo ser directo, honesto y humillante en todas sus presentaciones, y definitivamente eso no me interesa. Pero le recuerdo a usted, que soy un ser humano, y por consiguiente, siento hasta la raíz de mis nervios, los sentimientos que soy capaz de provocar.
Déjeme decirle que me he acostumbrado a permanecer en solitario todas las noches; de estar rodeado de mucha gente en las mañanas y en las tardes; de estar hasta tarde viendo las estrellas, fumando, riendo, e interiorizando mi jornada.
Déjeme decirle que aunque permanezca solo, no significa que no quiera estar con nadie, ni que lo necesite. Estar aislado en las noches es de sonrisas individuales e invisibles, de golpes sordos e incluso, de orgasmos diminutos e insignificantes.
Pero, debo decirle que tengo ataques de paranoia, de gritos, llantos y preocupaciones desesperadas que salen como animales en mi habitación, y yo me encuentro indefenso totalmente, mientras mi mente ataca con imágenes desgarradoras. Le digo que ahora que está usted, la paranoia se muere, la soledad se equilibra, las sonrisas son diferentes. Ahora que está usted hay más cosas, más conversaciones, más sentimientos.
Me automediqué el amor y a corto plazo ha funcionado. Me automediqué el amor, pero no sé si a largo plazo pueda erradicar la enfermedad venérea que resulta ser mi personalidad; no sé si automedicarme provoque mi curación; si me vacune, o aumente este decaimiento, pero sé que ésta es mi droga, mi adicción, mi perdición.
Agradezco que puedo decir esto, y decírselo a usted, porque sus sonrisas y sus besos le dan levedad a mi alma, así sea una adicción. Sus besos y sus caricias no hacen juego con los míos, pero sí con mis sentimientos y algunos pesares.
Estoy dejando gente atrás y no me importa; estoy drogándome casi a diario y no me importa. Rompí mi rutina y me tiene sin cuidado, porque estoy desequilibradamente bien.
Déjeme decirle que me he acostumbrado a permanecer en solitario todas las noches; de estar rodeado de mucha gente en las mañanas y en las tardes; de estar hasta tarde viendo las estrellas, fumando, riendo, e interiorizando mi jornada.
Déjeme decirle que aunque permanezca solo, no significa que no quiera estar con nadie, ni que lo necesite. Estar aislado en las noches es de sonrisas individuales e invisibles, de golpes sordos e incluso, de orgasmos diminutos e insignificantes.
Pero, debo decirle que tengo ataques de paranoia, de gritos, llantos y preocupaciones desesperadas que salen como animales en mi habitación, y yo me encuentro indefenso totalmente, mientras mi mente ataca con imágenes desgarradoras. Le digo que ahora que está usted, la paranoia se muere, la soledad se equilibra, las sonrisas son diferentes. Ahora que está usted hay más cosas, más conversaciones, más sentimientos.
Me automediqué el amor y a corto plazo ha funcionado. Me automediqué el amor, pero no sé si a largo plazo pueda erradicar la enfermedad venérea que resulta ser mi personalidad; no sé si automedicarme provoque mi curación; si me vacune, o aumente este decaimiento, pero sé que ésta es mi droga, mi adicción, mi perdición.
Agradezco que puedo decir esto, y decírselo a usted, porque sus sonrisas y sus besos le dan levedad a mi alma, así sea una adicción. Sus besos y sus caricias no hacen juego con los míos, pero sí con mis sentimientos y algunos pesares.
Estoy dejando gente atrás y no me importa; estoy drogándome casi a diario y no me importa. Rompí mi rutina y me tiene sin cuidado, porque estoy desequilibradamente bien.
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