miércoles, 27 de abril de 2011

Materia es.

Pequeñas noches en las que no recuerdo haber soñado.
Y son pequeñas porque dormí y desperté;
Salí de inteligible e inconsciente estado
Donde ni las flores ni las luces yo toqué.
Son los cuerpos que pudieron haber hablado
Los que me enterraron en una oscuridad difierente
Repleta de experiencias no mencionadas
Y, ahora, soy yo, ese referente,
Ese espacio categorizado en el humo de las hadas;
Esa vela sin esperma caliente,
Que, corre sin mar y sin viento,
Y es sólo un cuerpo sin rumbo ni destino.

lunes, 18 de abril de 2011

Como muchas veces me dijiste.

Era una noche calmada. Era un aire normal. Era una mirada con personalidad. El humo que salía de tu boca hacía juego con tus fonemas y con tus ojos. Esa combinación extraña de colores y estilos irrumpían en mis planteamiento estéticos para decir que te ves bello. Eres hermoso. Era piel de ángel que inspira cariño antes de notar esa mirada penetrante que desnuda todo lo que me puede definir, me deja indefenso, y luego me devora. Esas pequeñas sonrisas que son tiernamente malignas.

Esos hoyuelos de tus mejillas son como hipnotizantes y hacen que olvide todo lo que dices para sumergirme en una manipulación potente de la cual no puedo salir. Cada palabra que produces me agovia y me perturba además de dejarme vulnerable por todas partes. Ahora soy tu presa. Ahora tu piel de ángel no es nada frente a tu mirada y tus pensamientos.

A diferencia de otras tardes, de otras noches, no caminamos tanto, sino que vamos a un punto fijo, a una meta de travesía que alfin alcanzamos. A diferencia de las noches no pasadas escucho tu risa y no sal líquida centelleando en la oscuridad. A diferencia de otras conversaciones esta vez hablas de tu pasado, de tus recuerdos, de tu nacer y de tu forjarte. A diferencia de otras situaciones, tú tomas la decisión. A diferencia de otros encuentros, no tienes ropa.

Esas escazas botellas que observo son suficientes para fluir y caer a una superficie planamente inestable, y no hacer más que eso, fluir. No quedan más que abrazos y besos esfumados en e débil brillar de la luna, de esa luna, esa luna, que ya no es más que un testigo de un pasado quedado en pasado.

Y yo te agradezco por esa breve descripción de mí mismo, tal y como me mostré a tus ojos.

J'ai tué ma mère (Yo maté a mi madre)

Qué manera tan maravillosa de envolver a gran parte de la sociedad. Xavier Dolan, con J'ai tué ma mère, logra destrozar las barreras del tiempo y de la cultura, y nos muestra un punto común que existe casi invisible en las vidas de todos los seres humanos: el odio hacia nuestras madres. Nos encarnamos todos en nuestra adolescencia y nuestra infancia, como momentos tanto pasados como presentes, y repercutor de nuestras actitudes sociales y frente a la vida. Xavier Dolan, a través de una escenografía alucinante y en ocasiones tan abstracta y simbólica, logra, gracias a su reparto, incluyéndolo a él mismo, que un jóven asesine a su madre desde una perspectiva diferente. Logramos entender que una madre no se mata solamente arrebatándole sus derechos vitales, ni su sentimentalismo, sino que se puede asesinar a una madre mentalmente, y son nuestras acciones y nuestra crianza las encargadas de eso, llegando al punto al punto de que es la madre quien se suicida. Esto es, puesto que su hijo es ella misma, y es producto de sus acciones, y, como todo, siempre se paga por las acciones que se cometen, se paga igualmente a través de los hijos, en una muerte accionada por uno mismo. Así, una madre puede morir por las manos de su hijo, abstractamente.

Un libreto alucinante y espectacular, que nos identifica de muchas formas, y nos pone a pensar de una manera revelavora. Un escenario impresionante que genera trastorno en ocasiones; vestuario interesante, además de situaciones y un reparto bastante llamativos. J'ai tué ma mère, nos introduce en una situación mental llevada a la corporeidad sobre esos sentimientos reprimidos muchas veces hacia nuestras madres. Lo demás, se lo dejo a la película.


Si desean descargar la película, este es el link: J'ai tué ma mère (Subtitulada a español)
Si desean ver la película online, este es el link: J'ai tué ma mère (Sub español online)

domingo, 10 de abril de 2011

...(5)

Una gota de sonido. Un grito perturbador. Una sonrisa esquizofrénica. Un cuerpo incorpóreo. Tú y yo. Nosotros y ellos. Puñetazos contra rifles. Cuchillos rozando mi ropa. Sangre riendo. Indefinible.

Tus pies siguen aunque no puedan más, y la sangre se precipita y alborota. Mis ojos miran tus ojos. Mi sonrisa no sonríe esta vez. Decepción flameante. Frustración venenosa. I love him. He loves him. Flores marchitas que nacen e irradian mi olfato. No hay más sino estrellas en un cielo sin dueño, o con todos los dueños.

Corramos, gritemos, bailemos, saltemos, ríamos, abracemos y sonríamos. Éste es nuestro momento, el sol es nuestro hoy. Cada movimiento faltará como los demás y será su unión la que nos dará la victoria sensual. Los rayos atravesarán nuestra materia maligna y la purificarán y arrojarán a una nueva tierra donde las flores no marchitarán y los ríos no se secarán. El paraíso está por llegar. Solamente estaremos todos gozando de la dicha de ser nuevos, de sobrevivir y de seguir luchando contra la galaxia. Pues, el destino ha ganado, y sólo queda vitorear.

sábado, 9 de abril de 2011

Mi sonrisa con la tuya.

Tienes sangre en tu brazo. Menos mal yo te abrazo. No sé qué más hacer en este momento tan repetitivo. Debería saberlo, lo sé, pero jamás me detuve a pensar en cómo reaccionar a este fluir repentino de tu interior, ya que siempre era inesperado. Sin embargo, la respuesta inmediata de mi integridad es un estúpido e inepto abrazo, que logra recubrir tu corazón en un capullo impermeable, así la sangre no hará estragos en la calle ni en nuestras ropas.

Vamos caminando, tú con jeans y yo con tennis grises. Tú con boina, mis mechones alebrestados, y nuestras manos frías dándose calor. Es dificil acostumbrarse a mis inesperados comentarios, y mucho más difícil responder a esos comentarios. Pero tú has sabido reirte y yo he respondido con una sonrisa. Nuestro desubicado andar es acompañado no por una conversación sino por nuestras respuestas a mis comentarios. Tus comentarios me encantan, por cierto. El caminar perdido y descubridor de tu cuerpo me hace reir y sonreir de nuevo, y enfermarte de algo similar. Ahora los dos tenemos algo en común más notable.

Pregunto a dónde vamos y me dices que para allá. Supongo que allá es un lugar bonito y divertido donde puedo abrazarte y hacerte reir más. Allá es un lugar donde puedo mirar el cielo contigo y sentir tus fríos brazos tocando mi cintura. Allá es un lugar donde podemos escuchar lo que queramos y abrir nuestras memorias a una memoria igual de perturbada y perturbadora. Allá es un lugar donde dos memorias tendrán recuerdos iguales. Caminamos olvidando temporalmente la trayectoria que hemos recorrido porque nadamos en nuestro acontecer brillante y ruidoso de afectos. La brisa mueve todos estos mis mechones y mi cara se decora con ellos, de una atrevida manera que colorea la sonrisa que colorea la mía. Y vamos.

Entraré en Nirvana contigo y sólo contigo. Tocaré tus piernas para acariciarlas y decirles que soy yo quien está acá. Abrazaré tus delgados brazos y los calentaré con mi frialdad. Besaré tus labios como una vez en un momento olvidado, y veré esos ojos castaños, esa sonrisa tímida y esa barbilla que me transportarán a nuestra dimensión, nuestro tiempo y espacio, para desaparecer de esta perspectiva tan normal, colectiva y pública. Mi amor, vamos hacia allá.

jueves, 7 de abril de 2011

No me gustan las polillas.

Es el fijar de la flora, y el de nuestro vellos, lo que delimita nuestro cuerpo. Me encontraba sentado en un pequeño prado fumándome un cigarrillo en un atardecer perdido y solitario. Sí, efectivamente estaba yo solo, puesto que el hombre común es tan aventurero y salvaje que no se atreve a incursionar en situaciones tan sencillas. Y no había nada. Sólo un cielo de muchos colores iluminaba el humo que escapaba de mi presencia, porque no somos compatibles en lo absoluto. El humo es un ser hostil y tímido que siempre que entra en contacto con nosotros tiende a escapar. El humo es cobarde, porque jamás nos enfrenta. Huir es su ocupación y su trabajo.

Los pájaros ya no trinan ni las hojas se mueven al compás de un viento que yo sí logro presenciar. Mi pantalón gris hace juego con mi tennis verdes y mi camiseta negra, y los tres se aíslan de la tierra que mi piel roza y con la cual se compenetra. La lluvia es lejana y hace parte de un pasado o de un futuro que aún no es presente en mi realidad y elimino todas las preocupaciones que convergen para destruir mi estrepitosa e inquieta mente humana. De aquí no me moveré porque he creado raíces.

No espero a nadie. Ni siquiera me espero a mí mismo. Sólo espero el momento adecuado en el que mis chispas siempre violentas y jamás agresoras decidan bailar para volar de esta dimensión a la desconocida, a esa que me depara cuanto yo no conozco pero que en ocasiones imagino. Efectivamente las situaciones creadas en mi mente jamás ocurrirán y yo las seguiré con un radar defectuoso hasta encontrarlas en la constelación desordenada de mi dimensión. Ahora viene a mi mente ese recuerdo de aquél que gritó y destruyó todos los vidrios y espejos ideológicos de mi creación, para reemplazarlos por toscos retazos de tela de colores con la cual yo podría hacer ropa. Pero estos trazos perdidos de ropa fueron mi ideología; una ideología impuesta por una polilla disfrazada de mariposa, y llevarme a volar a la isla y no a la pradera.

Ahora estoy en la pradera. Esa pradera verde y de muchos otros colores, tal y como la concebí en mi imaginación y en tantos sueños solitarios y resecos de tanto llorar. Siento las flores y el humo sigue cobarde y miedoso de mi fuerza. Ahora tengo poder, y mi mente y mi imaginación han ideado un plan para siempre dominar, reconstruir lentamente todos esos vidrios y espejos hermosos ya rotos en un pasado, para estancarse en este prado. Este prado que siento, que aísla mi ropa y fusiona mi cuerpo creando un todo; este prado lleno de colores creados por mí y lleno de espejos y vidrios nuevos y otros ya reconstruidos. Este prado, libre de polillas y retazos banales. Me encontraba entonces fumando en el prado. Ahora me encuentro ahí todo el tiempo cada vez que quiero y mi imaginación lo desea. El humo ya escapó. Ahora soy yo quien tiene el poder.

domingo, 3 de abril de 2011

Lá.

Lleno de noche en velo, lleno de pensamientos nocturnos, porque tengo miedo a pensarlos de dia, descubro esa facilidad dificil en la luz. Cierro los ojos y las luces siguen encendidas ¡no! es la luz de la noche. Ese interruptor es difícil de hallar, si existe de alguna forma. Esperen, tengo los ojos cerrados, entonces es imposible que pueda ver la luz de la noche. Creo que es un sueño, esperemos haber qué ocurre. Debería despertar para preocuparme por mi vida real.

El tiempo sigue pasando por mis costados sin decirme una sola palabra y yo te extraño. El espacio nunca se expande ni se contrae y yo sigo solo. Es difícil ver la luna cuando las nubes hacen ruido y llorar nunca fue tan bonito. La estrellas se durmieron y murieron frente a mis ojos cerrados y sonreí porque estaba vivo. Sólo los caminos se encuentran, se unen y se pierden.

Sólo yo estoy acá. Sólo hay mariposas invisibles mirándome y volando y yo no las veo. Ahora todo se esconde de mi vista. Golpearé las estrellas para que dancen perdidas en mi firmamento e intentar sonreir fuertemente por un breve instante, y volver de nuevo a mi sitio. Las noches callan todos los días mientras yo río melancólicamente en mi entrañas. Ahora todo sigue y yo sigo aquí.