miércoles, 22 de junio de 2011

El hecho de ver y ya no ver.

Yo soy ese que te observa y que te contempla en los soles y las lunas. Yo soy ese que te acompaña en tus pasos y sollozos durante los caminos del espíritu. Yo soy ese que escucha y que mira con órganos sinceros mientras tu corazón se limpia. Yo soy ese que te espera y te perdona sin rechistar, y que finaliza con una sonrisa de niño. Yo soy ese que dice amar cuando ese nivel cósmico del amor ya lo ha superado.

Hablar de los amores es hablar de cosas para pensar y sentir. Hablar de vos es no decir nada. Hablar de vos es sentirlo todo.

Así el cielo esté estrellado o encapotado, siempre lo observo preguntando si algún día alguna estrella aterrizará en mi mundo para acompañarme por mi sendero de costumbres no tradicionales. Mi álbum de sonrisas sinceras se llena más y más, día a día, con el recordar de cada instante invertido y desperdiciado en vos, en vos y yo. Llego a pensar que tal vez no soy la luna de tus noches ni el sol de tus mañanas, pero quisiera serlo. He tenido la oportunidad de ver tantos atardeceres y tantos amaneceres, que descubro que espero tanto ver el uno que cuando menos me doy cuenta, estoy viendo el otro. Así me ocurre con vos.

No son necesarios muchos besos ni muchas noches de placer y corporeidad. No son necesarias muchas conversaciones ni muchos cafés para sentir amor. Un sólo abrazo es suficiente para sentir dos alma estremecerse y crear caos en sus materialidades generando eso que muchas veces banalmente osamos llamar amor.

No puedo decir que fuimos un error porque ni tu ni yo lo fuimos. Fuimos y somos una perfección dentro de lo que es el ser humano como alguien que siempre se equivoca, y además, no nos arrepentimos. Todos los días pienso en que soy feliz, pero es una felicidad que camufla a la tristeza, porque la felicidad la tuve antes, la perdí y ahora el vacío es grande.  Siempre se busca mejorar, pero la paciencia es el don de los sabios y yo debo esperar cosas mejores. Sin embargo, nada me impedirá fabricar una sonrisa sincera y difundirla a mi entorno y  poder se la pequeña luz de algunos refugiados en mi cariño y pensamiento. Yo voy a correr por pastizales inventados para volver a escuchar esas palabras viejas que no escucharé más. yo volaré en mi propia constelación cromática, y estaré bajo los astros rabiosos pacientes de gestos amorosos. Seré uno de ellos.

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