Irlanda se puede dividir cronológicamente de muchas maneras, pero me gusta La Gran Hambruna, para hablar como antecedente al tiempo en el que ocurre Las Cenizas de Ángela, debido a que es mencionado muchas veces en el libro y lo que ocurre es una repercusión de aquel hecho tan devastador en la historia de la ex provincia británica. Un hecho con repercusiones un siglo después es argumento para decir que La Gran Hambruna fue una especie de catástrofe para Irlanda, que luego buscó su independencia de Gran Bretaña.
La escasez ocurrió entre los años 1845 y 1849, debido a la aparición del tizón tardío, el cual destruía totalmente a la patata, que era el alimento principal dentro de la dieta alimenticia de los irlandeses, así como para un latino lo es el arroz. Esto provocó la ruina de 3 cosechas seguidas de patatas, lo que generó una escasez alimenticia impresionante, obligando a que cerca del 25% de la población irlandesa emigró a Estados Unidos, Gran Bretaña, Argentina, Canadá y Australia, lo que por supuesto disminuyó la población en este pequeño país, azotado por este parásito proveniente de México y Estados Unidos.
Irlanda literalmente quedó en un estado deplorable, coloquialmente, quedó en la inmunda, y no se pudo hacer nada, ya que todo esto contrajo muchísimas consecuencias, tanto económicas, sociales y demás. Para 1900 Irlanda había perdido casi la mitad de su población debido a las sangrientas y miserables condiciones en las que se encontraba la mayoría del cuerpo demográfico del país, evidenciando una inestabilidad económica, y social en Irlanda.
Estas son las estatuas conmemorativas a la Gran Hambruna Irlandesa:
Podemos iniciar con el hecho de que muchas de las tierras y por consiguiente cultivos de Irlanda pertenecían a terratenientes británicos que arrendaban sus tierras a los irlandeses católicos, que no eran muy reconocidos por Gran Bretaña, para que produjeran diferentes tipos de alimentos a Irlanda específicamente, y con la plaga entre los años citados anteriormente todos estos cultivos se fueron abajo; entonces como no hay cultivo, no hay comida, y sin comida prácticamente no hay nada, y así quedó Irlanda.
Irlanda, repleta de historia y majestuosa como ella sola, como una mujer noble en su vestido encajado y adornado, tropieza en un baile de carácter social muy importante y es el hazme-reír de toda la fiesta, y blanco de todos, cayó a la profundidad con la Gran Hambruna, y con el dominio casi que total de Inglaterra sobre sus tierras, provocando que entre 1919 y 1921 se produjera la Guerra Anglo-Irlandesa, concluyendo en tregua y la independencia de Irlanda en 1922. Un país independiente, libre, y miserable.
Irlanda y su población, en una podredumbre espeluznante, durante la guerra de independencia y después de ella, notaron que las cosas muy difícilmente se arreglarían, y muchos vendieron su posición política por un pato de sopa inglesa, y no era la persona que recibía sino la familia que era condenada al desprecio y la indiferencia de toda la población irlandesa. Cuestión de moral, de orgullo y de supervivencia. Creer en su país mientras se muere de hambre o no se consigue trabajo es algo complicado si puedes recibir sopa del país que te dominó y ahora te deja libre, además de un trabajo, además de traicionar a tu propia nación. Complicado. Tal emigrar a Irlanda del Norte, la única Irlanda Británica, que se rehusó a estar independiente y a vivir en la miseria. La Gran Hambruna nos pasmó y nos asesinó, nos repercutió en lo que somos ahora, y nos hace pensar, vivir miserable y libre, o vivir cómodo y esclavo. Dilema personal.

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