Yo quiero ser lo que tu quieras ser. Quiero ir contigo cogidos de manos. Ya la noche es azul y veo sólo nubes. Sin embargo, tú brillas en mi corazón sólo para mí. Acá, sentado después de unos cuantos cigarrillos y de pensar detenidamente esta línea de tiempo tan extraña, sé que las cosas van bien. El sueño está dominándome.
Tus respuestas ya son mudas y esta enrarecida vigilia me conduce a pensamientos y miedos. Sí, ese miedo a paralizarme en mi transición de la conciencia a la inconciencia y gritar en mis pensamientos tu nombre y tu necesidad.
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