viernes, 13 de enero de 2012

No se deje vender, ni mucho menos comprar.

Desde que la gente le desea a sus semejantes cielos bonitos y las mejores energías para un determinado espacio de tiempo, sabemos que eso no será así. Sabemos, con certeza, que eso es solo una táctica para hacernos sonreír por seis segundos y volver al cielo gris y las calles tristes.

Desde que se espera incansablemente, sabemos indudablemente que nunca dejaremos de esperar, y que el tiempo de espera será en vano, se quemará sin ser fumado, sea cual sea la medida de tiempo, al igual que su propósito. Los ojos verdes, azules y grises siempre serán bonitos, y la espera siempre será espera, es decir. un momento donde no se hace nada, solo estar atentos a que llegue el momento que queremos.

Desde que soportamos sin rechistar, sabemos que lo que aspiramos recibir nunca lo recibiremos, y así sucesivamente con todas las cosas y situaciones de esta índole. Mientras se le sigan pasando por la galleta, usted queda como el chévere, el que se le hace de todo, no dice nada y todo está bien.

Esto es así en la mayoría de los casos, porque los seres humanos resultan pasarse por encima de los demás, siempre que tienen la oportunidad de hacerlo. Así, se evita uno y todos nosotros, muchas fatigas, además no dar pero siempre recibir. No se tiene en cuenta el afecto, la relación de poder que se maneje ni nada de eso. Solo se tiene en cuenta lo que necesitamos.

No es grato siempre dar y nunca recibir, hablando de la parte equitativa del hacer algo para y por alguien. Por lo menos no para mí. Termina siendo uno el alcahueta de todo mundo,  y al que le piden todo porque saben que siempre lo obtendrán. Mientras me hacía la pregunta de cuál es el momento en el que uno se convierte de sujeto en objeto, me encontré con la respuesta de un gran amigo que me respondió "cuando dices 'sí' a todo". Entiendo profundamente su reflexión y las implicaciones que tiene decir 'sí' a todo, respecto a ser sujeto y ser objeto.

Con el objeto no tenemos ningún inconveniente ya que le podemos hacer lo que queramos, y no pasará nada que no queramos, generalmente. Mientras tanto, el sujeto puede decir 'no'. Cuando uno dice 'no', se opone, se niega. Siendo un poco redundante, generamos el conflicto y decidimos no dejar que nos hagan lo que los demás quieran con nosotros y lo que respecta a nuestra integridad, en el sentido amplio de la palabra.

Por eso, basándome en este planteamiento y más pensamiento que he querido explicar de forma concreta, he decidido de ahora en adelante, empezar a decir 'no' más seguido. No lo diré en broma, ni esto ni la negación, para ver si logro salir como libertador vencedor en mi experimento de hacerme notar como sujeto, y no como el objeto que me estoy sintiendo.

Porque una borrachera y una trabada son escapadas cortas, pero la verdad quisiera escaparme y no volver más. Quisiera hacer mi vida por allá, sea donde sea allá, y eso planeo hacer. Digo esto de tacazo y sin rodeos ya que prefiero ser más directo que acobardado. Y bueno, si quiere un consejo, no me queda más por decirle que no sea un huevón y hágase sentir como persona, así como los otros se hacen sentir manejándolo a usted, y lo peor de todo, sin que usted se de cuenta. Así que pilas, sea sujeto y no objeto, porque los sujetos no tienen valor, mientras que los objetos sí.

1 comentario:

  1. Vaya, es lo primero que leo de ti.
    Hace rato no leo un blog que me detuviera así.

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