Algo de una sencilla noche en mi habitación. Primera vez que me grabo e intento hablar en vez de escribir. La canción de fondo es Hot Air de Adalita, y no espero que les guste ni que les fascine. Tampoco espero que lo odien, solo que lo escuchen.
Este es el link: Noche 23 de enero de 2012
martes, 24 de enero de 2012
viernes, 13 de enero de 2012
No se deje vender, ni mucho menos comprar.
Desde que la gente le desea a sus semejantes cielos bonitos y las mejores energías para un determinado espacio de tiempo, sabemos que eso no será así. Sabemos, con certeza, que eso es solo una táctica para hacernos sonreír por seis segundos y volver al cielo gris y las calles tristes.
Desde que se espera incansablemente, sabemos indudablemente que nunca dejaremos de esperar, y que el tiempo de espera será en vano, se quemará sin ser fumado, sea cual sea la medida de tiempo, al igual que su propósito. Los ojos verdes, azules y grises siempre serán bonitos, y la espera siempre será espera, es decir. un momento donde no se hace nada, solo estar atentos a que llegue el momento que queremos.
Desde que soportamos sin rechistar, sabemos que lo que aspiramos recibir nunca lo recibiremos, y así sucesivamente con todas las cosas y situaciones de esta índole. Mientras se le sigan pasando por la galleta, usted queda como el chévere, el que se le hace de todo, no dice nada y todo está bien.
Esto es así en la mayoría de los casos, porque los seres humanos resultan pasarse por encima de los demás, siempre que tienen la oportunidad de hacerlo. Así, se evita uno y todos nosotros, muchas fatigas, además no dar pero siempre recibir. No se tiene en cuenta el afecto, la relación de poder que se maneje ni nada de eso. Solo se tiene en cuenta lo que necesitamos.
No es grato siempre dar y nunca recibir, hablando de la parte equitativa del hacer algo para y por alguien. Por lo menos no para mí. Termina siendo uno el alcahueta de todo mundo, y al que le piden todo porque saben que siempre lo obtendrán. Mientras me hacía la pregunta de cuál es el momento en el que uno se convierte de sujeto en objeto, me encontré con la respuesta de un gran amigo que me respondió "cuando dices 'sí' a todo". Entiendo profundamente su reflexión y las implicaciones que tiene decir 'sí' a todo, respecto a ser sujeto y ser objeto.
Con el objeto no tenemos ningún inconveniente ya que le podemos hacer lo que queramos, y no pasará nada que no queramos, generalmente. Mientras tanto, el sujeto puede decir 'no'. Cuando uno dice 'no', se opone, se niega. Siendo un poco redundante, generamos el conflicto y decidimos no dejar que nos hagan lo que los demás quieran con nosotros y lo que respecta a nuestra integridad, en el sentido amplio de la palabra.
Por eso, basándome en este planteamiento y más pensamiento que he querido explicar de forma concreta, he decidido de ahora en adelante, empezar a decir 'no' más seguido. No lo diré en broma, ni esto ni la negación, para ver si logro salir como libertador vencedor en mi experimento de hacerme notar como sujeto, y no como el objeto que me estoy sintiendo.
Porque una borrachera y una trabada son escapadas cortas, pero la verdad quisiera escaparme y no volver más. Quisiera hacer mi vida por allá, sea donde sea allá, y eso planeo hacer. Digo esto de tacazo y sin rodeos ya que prefiero ser más directo que acobardado. Y bueno, si quiere un consejo, no me queda más por decirle que no sea un huevón y hágase sentir como persona, así como los otros se hacen sentir manejándolo a usted, y lo peor de todo, sin que usted se de cuenta. Así que pilas, sea sujeto y no objeto, porque los sujetos no tienen valor, mientras que los objetos sí.
Desde que se espera incansablemente, sabemos indudablemente que nunca dejaremos de esperar, y que el tiempo de espera será en vano, se quemará sin ser fumado, sea cual sea la medida de tiempo, al igual que su propósito. Los ojos verdes, azules y grises siempre serán bonitos, y la espera siempre será espera, es decir. un momento donde no se hace nada, solo estar atentos a que llegue el momento que queremos.
Desde que soportamos sin rechistar, sabemos que lo que aspiramos recibir nunca lo recibiremos, y así sucesivamente con todas las cosas y situaciones de esta índole. Mientras se le sigan pasando por la galleta, usted queda como el chévere, el que se le hace de todo, no dice nada y todo está bien.
Esto es así en la mayoría de los casos, porque los seres humanos resultan pasarse por encima de los demás, siempre que tienen la oportunidad de hacerlo. Así, se evita uno y todos nosotros, muchas fatigas, además no dar pero siempre recibir. No se tiene en cuenta el afecto, la relación de poder que se maneje ni nada de eso. Solo se tiene en cuenta lo que necesitamos.
No es grato siempre dar y nunca recibir, hablando de la parte equitativa del hacer algo para y por alguien. Por lo menos no para mí. Termina siendo uno el alcahueta de todo mundo, y al que le piden todo porque saben que siempre lo obtendrán. Mientras me hacía la pregunta de cuál es el momento en el que uno se convierte de sujeto en objeto, me encontré con la respuesta de un gran amigo que me respondió "cuando dices 'sí' a todo". Entiendo profundamente su reflexión y las implicaciones que tiene decir 'sí' a todo, respecto a ser sujeto y ser objeto.
Con el objeto no tenemos ningún inconveniente ya que le podemos hacer lo que queramos, y no pasará nada que no queramos, generalmente. Mientras tanto, el sujeto puede decir 'no'. Cuando uno dice 'no', se opone, se niega. Siendo un poco redundante, generamos el conflicto y decidimos no dejar que nos hagan lo que los demás quieran con nosotros y lo que respecta a nuestra integridad, en el sentido amplio de la palabra.
Por eso, basándome en este planteamiento y más pensamiento que he querido explicar de forma concreta, he decidido de ahora en adelante, empezar a decir 'no' más seguido. No lo diré en broma, ni esto ni la negación, para ver si logro salir como libertador vencedor en mi experimento de hacerme notar como sujeto, y no como el objeto que me estoy sintiendo.
Porque una borrachera y una trabada son escapadas cortas, pero la verdad quisiera escaparme y no volver más. Quisiera hacer mi vida por allá, sea donde sea allá, y eso planeo hacer. Digo esto de tacazo y sin rodeos ya que prefiero ser más directo que acobardado. Y bueno, si quiere un consejo, no me queda más por decirle que no sea un huevón y hágase sentir como persona, así como los otros se hacen sentir manejándolo a usted, y lo peor de todo, sin que usted se de cuenta. Así que pilas, sea sujeto y no objeto, porque los sujetos no tienen valor, mientras que los objetos sí.
sábado, 7 de enero de 2012
¿Es usted mierda seca? No sabe o no responde.
¿Desde cuándo los cuerpos se han convertido en cajas de resonancia donde ya no pasa nada? ¿Y por qué no me di cuenta antes?
En muchas ocasiones siento que me he despersonificado totalmente de mi cuerpo, y siento que termino siendo solo un cuerpo más, un pedazo más de muchedumbre. De esa muchedumbre atestada de gente perdida, de gente sola y de gente sin más qué hacer que mirar y no saber para dónde coger.
Nos encontramos en cualquier lado, haciendo cualquier cosa, pero existiendo de todas formas, relacionándonos con quien encontramos medianamente afines energéticamente a nosotros, creando recuerdos. Pero sentimos, y los vínculos afectivos incrementan la frecuencia con la que compartimos cosa con otros seres humanos aleatorios, indiferentes e insignificantes, para convertirlos en otra cosa dentro de nuestras cabezas.
¿Qué es capaz de hacer cada uno de nosotros por alguien? Pero, ¿por qué hacerlo? Por el afecto, aunque suene infantil, y que la cuestión del amor siempre es catalogada como niñería y cursilería. Todos somos pavorosa y detestablemente cursis e infantiles por culpa del afecto. 'Yo hago lo que sea por tí', es la base del alcance de nuestras habilidades en materia teórica, y la indiferencia es el fracaso de nuestros propósitos y promesas. Terminamos haciendo de todo en un principio, y continuamos así, haciendo todo sin pensar, tocando la sinfonía sin haber escogido cuál o sin saber cuál tocamos. Qué marionetas tan bellas y tan útiles terminamos siendo sin darnos cuenta.
Comunico que me he dado cuenta de esto en el momento en el que me siento ignorado, y cuando tengo la cara de regaño y de grosería a flor de piel, pegando puños con la mirada a pesar de pacifista, y ahorcando a todos con las palabras que medianamente pronuncio en esos estados. Pero bueno, me he dado cuenta de esto que me urge descifrar, o por lo menos romperle el papel regalo para medio ver cuál es el regalito que me espera y me hace portar relativamente bien.
Aquellos instantes y situaciones son los que siempre he querido evitar a toda costa, como a la gente melosa, como si fueran una epidemia. De todas maneras, soy consciente de que si un carro está detrás de uno y lo alcanza, lo arrolla y ahí quedó uno tirado en el suelo sin poder devolver el tiempo y sin poder hacer otra cosa diferente a gritar y lamentarse por no caminar en la acera. Usted se traba y eso no se devuelve, solo lo disfruta o sufre, y después lo intenta ignorar u olvidar. Como dice una amiga imitando a su padre: "Uno es un pedazo de mierda seca. La mierda mojada por lo menos ensucia, pero la mierda seca todo mundo la patea y no le hace daño a nadie".
Lanzo el comentario para quien quiera atraparlo y sentarse a pensar en qué momento dejó de ser un cuerpo que suena, que ríe, que vuela y que sueña, y que principalmente es, pero que lo escoge cada quien. Quiero saber si eso es un estado mutante del ser, o es un estado temporal de la propia existencia del ser humano en un mundo tan sistemático y dominante, y si es algo que se sobrepasa con el tiempo.
Quiero saber si sentirse meramente como una cosa, y no precisamente una cosa nueva, sino una cosa espantosamente usada y acabada, sin energía ni ánimos para chocarse una vez más con la corriente, es algo normal o cotidiano.
Quiero saber si siempre vivimos así, si es temporal, o si apenas me doy cuenta de que siempre ha sido así, hemos sido así, o he sido así.
Independientemente de las explicaciones políticas, sociales, filosóficas, artísticas, antropológicas o de cualquier otra índole que pueda recibir y hallar, quiero una explicación concreta para lo que es el ser humano existiendo solo, con más seres humanos.
En muchas ocasiones siento que me he despersonificado totalmente de mi cuerpo, y siento que termino siendo solo un cuerpo más, un pedazo más de muchedumbre. De esa muchedumbre atestada de gente perdida, de gente sola y de gente sin más qué hacer que mirar y no saber para dónde coger.
Nos encontramos en cualquier lado, haciendo cualquier cosa, pero existiendo de todas formas, relacionándonos con quien encontramos medianamente afines energéticamente a nosotros, creando recuerdos. Pero sentimos, y los vínculos afectivos incrementan la frecuencia con la que compartimos cosa con otros seres humanos aleatorios, indiferentes e insignificantes, para convertirlos en otra cosa dentro de nuestras cabezas.
¿Qué es capaz de hacer cada uno de nosotros por alguien? Pero, ¿por qué hacerlo? Por el afecto, aunque suene infantil, y que la cuestión del amor siempre es catalogada como niñería y cursilería. Todos somos pavorosa y detestablemente cursis e infantiles por culpa del afecto. 'Yo hago lo que sea por tí', es la base del alcance de nuestras habilidades en materia teórica, y la indiferencia es el fracaso de nuestros propósitos y promesas. Terminamos haciendo de todo en un principio, y continuamos así, haciendo todo sin pensar, tocando la sinfonía sin haber escogido cuál o sin saber cuál tocamos. Qué marionetas tan bellas y tan útiles terminamos siendo sin darnos cuenta.
Comunico que me he dado cuenta de esto en el momento en el que me siento ignorado, y cuando tengo la cara de regaño y de grosería a flor de piel, pegando puños con la mirada a pesar de pacifista, y ahorcando a todos con las palabras que medianamente pronuncio en esos estados. Pero bueno, me he dado cuenta de esto que me urge descifrar, o por lo menos romperle el papel regalo para medio ver cuál es el regalito que me espera y me hace portar relativamente bien.
Aquellos instantes y situaciones son los que siempre he querido evitar a toda costa, como a la gente melosa, como si fueran una epidemia. De todas maneras, soy consciente de que si un carro está detrás de uno y lo alcanza, lo arrolla y ahí quedó uno tirado en el suelo sin poder devolver el tiempo y sin poder hacer otra cosa diferente a gritar y lamentarse por no caminar en la acera. Usted se traba y eso no se devuelve, solo lo disfruta o sufre, y después lo intenta ignorar u olvidar. Como dice una amiga imitando a su padre: "Uno es un pedazo de mierda seca. La mierda mojada por lo menos ensucia, pero la mierda seca todo mundo la patea y no le hace daño a nadie".
Lanzo el comentario para quien quiera atraparlo y sentarse a pensar en qué momento dejó de ser un cuerpo que suena, que ríe, que vuela y que sueña, y que principalmente es, pero que lo escoge cada quien. Quiero saber si eso es un estado mutante del ser, o es un estado temporal de la propia existencia del ser humano en un mundo tan sistemático y dominante, y si es algo que se sobrepasa con el tiempo.
Quiero saber si sentirse meramente como una cosa, y no precisamente una cosa nueva, sino una cosa espantosamente usada y acabada, sin energía ni ánimos para chocarse una vez más con la corriente, es algo normal o cotidiano.
Quiero saber si siempre vivimos así, si es temporal, o si apenas me doy cuenta de que siempre ha sido así, hemos sido así, o he sido así.
Independientemente de las explicaciones políticas, sociales, filosóficas, artísticas, antropológicas o de cualquier otra índole que pueda recibir y hallar, quiero una explicación concreta para lo que es el ser humano existiendo solo, con más seres humanos.
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